poemas populares...


NOSOTROS SOMOS, COMO LA PIEDRA DE TU ZAPATO...

COMO LA COSTRA DE LA HERIDA URBANA, LAMIENDO LAS OFERTAS.

CCC

SOVIET SUPREME

NOSOTROS SOMOS, COMO LOS AMANTES PERDIDOS

LAS ILUSIONES DELAYER...

COMO EL POLVO DE TUS ZAPATOS.

W.S.S.

A WEST SAD STORY

NOSOTROS SOMOS, COMO SUS BURDELES.

BUSCANDO LA GRAN FORTUNA PÉRDIDA EN UNA VIDA.

AC.

ANTES DE CARLOS

INGRAVIDA EXISTENCIA QUE NO SE PUEDE EXPLICAR

LA CORRIENTE ALTERNA.

DC.

DESPUES DE CARLOS

IDEA PERSONALMENTE INUTIL, DE ALGO QUE NO SE PUEDE EXPRESAR CLARAMENTE.

LA CORRIENTE DIFERIDA.

UN TONTO MASS[s1] ... (ing., masa.)

DE COMO LA GENTE, NOS ATRAPA EN SUS CATEGORIZACIONES ESCOLARES

CARLOS ESTA LOCO, NO PUEDE HILVANAR LAS IDEAS NI TAMPOCO, SEÑALAR BIEN A LA GENTE.

LAS SEÑORITAS QUE SE LE ACERCAN A CARLOS, CAEN REDIDAS BAJO SUS ENCANTOS; PERO CARLOS ESTA LOCO Y NO PUEDE HILVANAR CORRECTAMENTE LAS IDEAS.

ENTONCES...

LAS SEÑORITAS, SE ASUSTAN DE SU HOMBRIA TRASTOCADA Y DE ESE ROL DESTEÑIDO, DE REBELDE SIN CAUSA.

Y COMO TODA COSA EXOTICA, QUE FINALMENTE PIERDE SU SABOR ORIGINAL; CARLOS SE DESTIÑE EN LA MENTE DE ESTAS SEÑORITAS, POR MIENTRAS QUE LOS DEMAS HOMBRES, LE TEMEN O LO ODIAN.

PORQUE CARLOS ESTA MUY LOCO, TAN LOCO COMO usted MISMO.

CARLOS NADA EN LOS DESIERTOS, SE COME LAS UÑAS EN LOS LUGARES MAS REMOTOS; LO HACE DE UNA FORMA INTOLERABLE.

DESCUBRE SUS FACSIONES Y A SU CUERPO DESNUDO, SU MENTE Y LO QUE SIENTE.

EL SABE, QUE PARA LOGRAR REVELARSE AL ALTER EGO, PRIMERO DEBERIA ESCAPAR DE SUS CONGENERES.

¿POR QUE ESCAPAR?

PORQUE LA GENTE LO AGOTA; Y ES QUE UNA SOLA IDEA COLECTIVA DEL PARAISO, YA ES UNA HISTORIA MITOLOGICA.

PERO CLARO QUE CARLOS TAMBIEN QUIERE EL PARAISO.

VALPARAISO ES BASTANTE CERCANO, QUIEN SABE QUE SERA.

TAL VEZ ES PORQUE LAS MASCARAS, SE COMIENZAN A FUSIONAR; O PODRIA SER QUE CARLOS YA NO VEA BIEN.

LA VIDA LO CONTEMPLA Y EL SE QUEDA ELOQUECIDO, FRENTE A SU PROPIO REFLEJO.

EN EL ENCIERRO APARENTE DE LO INMORTAL, ENTIENDE QUE ESTA MAS QUE LOCO, ESTA VIVO.

CUANDO BUSCA A LA GENTE PARA EXPRESAR, SURGE LA GUERRA.

CUANDO SUEÑA QUE NO ES DE ESTA TIERRA, PARECE QUE ES LIBRE.

CUANDO APOYA SU RAZON TOZUDA EN LA ENSEÑANZA Y SE PIERDE UNA Y OTRA VEZ.

¿Que hacer?

LA GENTE AUN NO LO ENTIENDE, PORQUE LA GENTE NO SE ENTIENDE ELLA MISMA.

LA GENTE EXIGE Y LE EXIGE A EL, COMO UN TRAZO BRUTAL DEL DOMINIO QUE QUEDA MARCADO, EN LA ETIQUETA DE LOS FRASCOS DE CARNE Y HUESO, QUE SON LOS MUCHISIMOS HOMBRES.

COMO UNA VULGAR PARODIA DEL MUNDO FELIZ, QUE SE VE ENVUELTA EN SANGRE Y DESECHOS Y ATRAPA A LA GENTE, QUE ACTUA EN SERIE.

LA MASA LO AMASA.

POR ESO NADIE LO ENTIENDE Y EL TAMPOCO LOS ENTIENDE, SOLO EL CONTEMPLA Y SE ALEJA, DESDE AQUELLA VENTANA Y SE CALLA; RESPIRA PROFUNDO.

PIENSA QUE SOLO ESTA PENSANDO Y CUANDO LO EXPRESA, DICE QUE TODOS ESTAN LOCOS.

Y LA GENTE DICE:

QUE CARLOS ESTA BIEN LOCO.

Ego...

Como destruir el ego, es uno de los problemas mas frecuentes en los pensamientos del ser humano.

Lo que no es muy frecuente, es pensar en la razón del porque queríamos destruir o controlar el ego.

Todo tiene su causa y efecto, pero muchísimo mas allá de esta simpleza, existen las caprichosas posibilidades del flujo direccionado.

Me refiero a lo intangible del futuro, a la probabilidad velada del mas allá.

El arte del destino natural, o el objetivo del movimiento fractál.

¿Como podremos estar tan seguros de que lo que hacemos es bueno o malo?, si no conocemos sus consecuencias futuras.

La herencia de los ancestros es fundamental y extremadamente presente; pero mas allá de eso esta la misión del transito actual.

La empresa o labor de vida, aun en sus más ínfimas expresiones, es el reencuentro con el camino erguido.

¿Y quien es el camino? Aquí y ahora.

Jesús, buda, krishna, shiva, el papa, el patrón, el presidente, o el yo.

Indudablemente la gente opina con respecto a tu vida, muchos querrán dominarte total o parcialmente.

Por amor o ambición, por temor o intransigencia, por deseo u objeción; mas nada de esto perdurara por siempre, casi todos se cansan.

Entonces ¿quien queda? El camino palpitante sigue allí, por siempre.

Y utilizamos las ideas las emociones y los conceptos literarios, para expresar nuestras vivencias.

Apasionados frente al espejo sutil del tiempo trascurrido.

El discurso siempre se vuelve un capricho totalmente inútil, pero hermoso, calido y necesario.

Y encantados con nuestras propias palabras, encantamos.

Y allí quedamos como estatuas de sal que han volteado a mirar atrás.

¿Que buscaban las estatuas, al mirar atrás?

¿Acaso buscaban morir también ellas, con su imagen del pasado?, la cual se resistía de abandonar la temblorosa ciudad perdida de la inocencia.

Como si la sola urbe fuera, lo que reafirmara la existencia.

¿Tanto apego seria culpable de tamaño castigo?

La destrucción inminente de todo lo que algún día creíamos ciegamente.

O es que la sola idea de pensar en los miles de muertos y caídos, que fueran también reconocidos como amigos, relativos, parientes y amantes.

Sacrificados en el nombre del progreso, ¿Les diera acaso una suerte de solidaridad suicida?

Resistirse a dejarlos morir, como el reflejo del narciso abandonado que se ahogaba en su propio charco sentimental.

¿En ese momento donde estaba el camino?, no existía el camino.

El camino no existe, se hace agonizante; de hay el porque del éxito rotundo de un tema muy popular, que declara abiertamente este axioma.

Se hace camino al andar...

Preguntémonos. ¿como vamos por el camino?

Que llevamos, que cargamos; quien nos va encarando a través de la senda.

Como caminamos, como suena la respiración al recorrer; y en que pensamos al andar.

Habitualmente perdidos en las propias elucubraciones, olvidamos el sentido fundamental de este camino; pero el no nos olvida.

Y así van cambiando los escenarios y los personajes, algunos más rápido que otros; pero finalmente se transforman.

Mutan como el agua del río, maleable ante las formas del valle.

Inclusive lo que un día era ya hoy no es, y mañana talvez vuelva a ser distinto.

Yo creo que la gente empieza asustarse, como cuando en los cuentos infantiles, el héroe se adentraba más y más en sus marañas de insospechadas aventuras.

Siempre existía el peligro, la precaución del no saber; la ingenuidad del puro trastocada por la perversión del villano o la bruja de turno.

Mas nunca el héroe desistía de seguir, y aunque temblara de miedo o emoción, y perdiera la esperanza; el camino enfrentaba desafiante.

Mucha gente hoy día cesa de seguir, creyendo que se salvan de recorren el camino; evitando así las agujas del dolor o la pasión.

Pero el camino los recorre a ellos, los sorprende e ilumina atrapándolos en sus propias palabras y acciones.

Como en la historia bíblica del Jesús y sus guardianes, dormidos en el huerto a medianoche.

En donde Jesús viene a ser la mejor intención que tenemos, y los guardianes son las acciones que realizamos concretamente.

Todos ustedes somos nosotros, el dolor y la indecisión nos fustigan como los cinco mil latigazos 5000 de sangre y odio.

Depende mucho de con que identificamos nuestras energías, no tanto por querer sino por saber claramente degustar la esencia vital.

Me centro, pienso y siento, opino y creo que estoy bien.

Mas tarde no, me angustio y me deprimo, creo que ya no soy el mismo, y que las fuerzas se me van y el agravio mortal recae sobre mí.

Luego expreso total indiferencia ante lo malo; y de una u otra forma, me salgo con la mía.

Como si una alquimia hereje atentara contra los propios principios.

Habría que preguntarse, ¿que principios tiene uno?

La creencia no es cuestión de fe, sino de costumbre.

La fe es cuestión de sabiduría y de esfuerzo, de acción directa.

Es completa y total resignación al poder asombroso que nos cubre, la idea indescriptible o lo indescifrable.

Pero ustedes se preguntaran, ¿Y que paso con el asunto del ego?

Que muchas veces la continuidad literaria, agota los deseos mas sinceros que expresamos con las palabras.

LA SACIEDAD DEL ESCANDALO

¿Cual es el límite?...

Del cielo verde y sus defectos congénitos, de los ojos del voyeurista del porno social.

Muchas cosas suenan duras, pero casi ninguna palabra a matado a alguien, las balas de los hechos si.

Efectivamente la gente muere por lo que dice también.

¿Estas líneas son acaso indecentes?

¿Valdrán la pena?

¿Que la gente no vale nada?

Eso no es un pensamiento, es un hecho histórico.

Las sociedades saciadas de sus cuerpos y aun así, persisten en el dominio de sus almas enraizadas en la materia.

La voz se nos va poniendo grave, ¿adonde estará mi alma ahora?

Atrapados en los deseos sensuales, en las promesas de los cielos post-mortem. Pero... ¿quien promete todo esto?

Es como si la costumbre del fastidio y la rebeldía, nos hubiese carcomido la vida.

Hay cosas que nadie leería, hay cosas que son de uno y nadie más.

¿Alguien podría entendernos?

La fe mueve montañas, al igual que el dinero.

¿Pero quien esta detrás de aquella sombra? ... el poder.

¿Cual es el significado de nuestras acciones? ... el mañana.

La mente se ordeña a si misma, con las manos de la locura formal.

La indecencia es tan profunda, y la sensación de la vergüenza y el arrepentimiento minan totalmente nuestras vidas.

¿Somos felices? ¿Que se siente ser así? ... libre.

Así como tú eres.

Hazlo de una buena vez

Este es el fin del mono, el fin del año bisiesto y sus sudorosos programas del día a día.

La costumbre no molesta en los eventos sociales, me siento un hombre absolutamente desadaptado y alienado en este mundo.

Sin embargo, a veces calzo y hasta sonrío.

Los huesos saben donde esta su lugar, siempre lo han sabido; la mente no engaña completa-mente.

¿Cansado de todo?

Llame ya...

Es normal buscar ser querido, y existen aun muchas más respuestas correctas para tu alivio orgánico; lógicas e inteligentes pero que no convencen cabalmente con sus aires de prototipo escolar a muchos.

Me pregunto constantemente, ¿que es llevar una vida normal?

Consumir el molde y ser correcto.

Como si tuviéremos que rendir tributo al manual de conceptos culturales dominantes.

¿Será que el mundo entero estará demasiado preocupado, en la creación de sus nuevas cavernas?

Yo estoy aquí, por ahora.

Enterrado hasta el cuello en la suciedad del sistema, donde lo bello se torna violento rápidamente, y el temor cambia veloz sus carnes, por la fuerza demoledora de una espada sensible de carne fresca.

Un día todo aquello caerá en el olvido, y ya no habrá nada más que hacer; por mientras, juguemos a ser decentes y bien ponderables ciudadanos de ocasión.

La arrogancia se ha vuelto casi el único instante de reencuentro con la necesidad del carácter personal, tenemos derecho de existir.

Reafirmemos nuestra autoestima aquí y ahora.

Un gusano espera su consagración en las alas de un maestro zén.

Tantos actos momentáneos se convierten luego, en vergüenza, gloria y vacío.

La potencia cae pronto en el silencio.

¿Y que nos queda?

El recurso del olvido.

Titulo sabroso y bailable.

Le llamo tensa por que no es libre, le llamo espera por que no te encuentra.

Exorciza tus demonios y reinventa la celda vacía de Adán y Eva.

El pueblo sagrado ha sido manchado en la sangre del carnero y sus enemigos.

O materia inerte, vuélvete activa y arrasa con todos sus barcos de ilusión y desengaño.

Las bastardas del alma son los dominios de este imperio de papel moneda.

Cuando acabes de mostrarles tu cara, ya estarán llenos de moscas silbantes.

Apresura el paso y acostúmbrate a ser golpeado, a caer una y otra vez.

El amor queda atrás, en la época dorada del ensueño.

Nuevamente vuelve el lógos solar a luchar frente al dragón bermejo del salón oscuro y aterciopelado de tu corazón.

Sus ropas cambian fácilmente y su mascara no es la misma de siempre, se vuelve brillante ante tus ojos y seduce fácilmente.

La lengua lasciva y sonrojada, se florea con la esencia del esfínter.

Las velas satinadas de los barcos fatales son izadas por el hilo y la saliva del palo mayor.

La migraña drogada del hedonismo dulce, calienta a aquel que se vende rápidamente.

Dinero fácil...

Los negocios son negocios, y los necios son los necios.

Como el hombre a estado tan cercano a su mentira, ya la volvió parte de su vida loca.

Es por eso que me gusta el sonido específico de los mártires del protocolo, ¿si dios quisiera que lo encontráramos?

Seguro que se escondería en el lugar menos pensado.

Tengo aun más preguntas, y muy pocas respuestas.

¿Donde acaba?, ¿donde empieza aquella pieza?

Babee barbie barbarie.

Sacare todo lo que tengo en mi corazón, y quemare todo el mugroso descontento de un alma lavada en las maquinas del post-modernismo.

Soy falso en mis deseos, tengo el café bastante cargado y se me salta fácil la piedra, un desechable político en los calzones de margaret tacher.

Me autocritíco como un veneno sagrado y anarquista, los tiempos modernos ya no existen.

Soy un robot iracundo de un sistema indescifrable en su origen molecular. No me importa ganar los concursos del banano en vano.

Posar para toda esta gente y sentirme seguro de mi mismo y de mi hombría.

La gente busca consumir lo mejor.

Entonces me les entrego.

¿Que como puedo hablar tanta mierda?

Se requiere mucha experiencia babe, mucha experiencia...

Babe barbie barbarie.

Canción de cuna libre

Viene rodando un niño, sacando el pecho desde chiquito. Haciendo ruido desde antes de su alborotado nacimiento. Yo solo espero mirarle directamente a los ojos.

Que los otros lo quieran desde la distancia, y me ayuden a soportar el peso de toda una raza. Un paraíso terrenal se encuentra escondido hacia el sur. La verdadera tierra del olvido. Aquel sabrá más pronto que nadie, lo que escondían en sus temblorosos corazones. No se avergüencen moralistas que ya están perdonados. Tantos palos y escupos en los emblemas del odio ajeno, los vuelven dóciles e intolerables al mismo tiempo. Verán al hijo altanero frente al dueño ilegitimo del cielo, sumido y entregado ante el dios solar que enmudece los labios justo a tiempo.

Las cosas para grandes, son las cosas más horribles; y los grandes se acostumbran fácilmente a ellas. Entonces niños, cuidado con los grandes y sus cosas.

Cuidado con las cifras y la estafa trascendental del misticismo ciego y sordo. Como si en misterio hablaran, como si no supieran nada, ya lo saben todo.

Atesorad lo que los grandes pierden irremediablemente.

Este mundo ha sido destruido por los que siempre han deseado ser muy grandes.

Cuidado niños con querer ser grandes.

Mi nombre es...

Circulan los minutos a través del tiempo perdido, mi cabeza esta en su lugar de una vez por todas porque soy... un monstruo.

Tengo el deseo inexplicable de atragantarme con mis propias palabras, hasta poder volver a mirar con total libertad el horizonte silencioso, de las calles y la noche.

Nos escondíamos evidentemente por entre las sombras, nadie me convencía de su respetuosa espiritualidad, solo algunos que también se veían bastante perdidos. Cuando la gente se encuentra muy bien, es cuando esta más claramente libre, o enferma.

Que “hijueputas”, las montañas siempre estarán allí y yo aquí, anhelando llegar a ellas, y por mientras el asfalto y la desdicha de una sociedad perversa me acosan.

Ritmos van ritmos vienen, algunos se acercan a la completa sin razón y otros juega a ser Clark Gable, yo me creía un galán innato, y descubrí que no soy mas que una copia barata de los típicos sonrosados tímidos y hermosos, un sensible intelectual que casi se vende por un par de buenas tetas.

Tiene que haber algo mas después de todo esto, yo he visto a los ancestros y a los maestros solares, pero ellos son tan distintos a como uno se lo imagina que siquiera importan sus ideas traducidas.

La soledad es bastante efectiva cuando se trata de apelmazarse en la nada insulsa y quejumbrosa de una vida desgastada y mediocre,

Pero nadie vive tanto como para darse cuenta de que fue eso. Es como si uno estuviera constantemente teniendo que esconderse de los demás, en este mundo tan perfecto y tan insomne,

Yo voy a recortar la idea de que todo tiene que ser tan correcto; puesto que nadie esta aquí ahora conmigo, ya no puedo engañarme más, soy un diablo secreto y un ángel caído,

Mi padre me busca constantemente y yo juego a serle fiel, pero no es verdad. Porque en el fondo me siento solo y abandonado en esta dimensión tan suave y sensual, tan calurosa y sangrienta que me violento casi por cualquier cosa.

Soy un antisocial incurable y no me siento capaz de aceptar las frustraciones que esta ciudad amenaza. Tantos muertos de miedo y hambre, tantos buscadores de todo tipo, pero como no voy a ser puro si la pureza es algo que hace tiempos que se perdió aquí.

Uno tiene la esperanza de que las nuevas generaciones y el odio intenso a su degradante y casi inminente desnutrición espiritual nos salve, y entonces se atreve a ser optimista y acosarse con algunos sentimientos bellos y amables,

Pero los niños lloran desde que nacen, y lo siguen haciendo por siempre.

Hace tiempos que le siento el aliento a la muerte encima de mí y me juego como un suicida inconsciente, a que todo este bien, y al final soy yo el que dirá la ultima palabra, de una u otra forma.

No me interesan en lo mas mínimo tus aprobaciones o rechazos, porque simplemente es una tontería suprema esperar de los demás algo que es tan intimo y concreto como el hecho de que uno vive y muere desde el templo momentáneo que es nuestro cuerpo,

Mis grandes ídolos han sido realmente grandes, y es por eso que no me gusta el mundo ni la gente humana que me rodea, puedo mentir y aparentar que estoy bien y que hasta soy amable, pero cuando se acerca la hora de la verdad y mis pieles cuelgan desde la locura, entonces todo se vuelve claro y coherente, yo represento lo quiera o no, este momento histórico en el que nací y soy testigo.

Caos, anarquía y desilusión social.

Que suene el Púto grito cada vez mas fuerte, al carajo con lo aceptable, que los gritos sean aquí y ahora la expresión del arte puro que esta aquí y ahora y es del color de la sangre y el cielo.

El amor corroe nuestras venas y aunque seamos blancos de las críticas, estamos en lo cierto, no todo en la vida es dinero y poder, ni tampoco paz y amor.

Ojala que estuvieras aquí conmigo y me explicaras tantas cosas que no entiendo, y acercaras mis manos al sonido sordo de una gran explosión atómica, somos predadores y aun así tenemos al santo enterrado en nuestras mentes, ¿como es posible?

La gran distorsión aumenta y saltan los misterios por los aires. Me declaro libre y santo de esta inmunda existencia ficticia, el maya no absorberá mis huesos masacrados por el fuego y en las carnes desnudas simplemente encontraremos el desespero de una interminable pregunta.

No mas comentarios, no mas protocolos, no mas caras criticas ni ojos tiránicos e incriminantes, mira mi espíritu que no es nada mas que un siglo en este universo del tiempo y el espacio, vivimos varias vidas y hablamos con los dioses, los dioses nos miran y se ríen, malditos... que esperan de nosotros, somos nosotros los tontos que estamos esperando siempre algo de ellos.

No hay nada que hacer, nada que esperar. El triunfo económico es vació en mis oídos, producir no me interesa, yo soy una fabrica perfecta de arte puro y magistral, que se rehúsa a domesticarse o a volverse una marioneta del sistema.

Maestros siderales que me guían en este sendero de muerte y resurrección, en donde nadie ni nada esta asegurado. Suenen las campanas de la gran ciudad de cristal, les ordeno a los guardianes que abran sus puertas aquí y ahora y se muestren como son directamente frente a mi visión, y desaparezcan por siempre debajo de esta lengua adorada por las ratas cabizbajas del entendimiento fortuito.

Y que la verdad inexpugnable sea revelada inmediatamente ante nosotros.

Mister Colombia, cuéntenos...

¿Que es lo que más nos seduce de la violencia?

¿Será su asombroso sabor a hueso y fierro?

O...

El ritmo cardiaco expandido en la adrenalina y un sentimiento netamente urbano, en donde el significado de la muerte se nos vuelve intacto y plastificado.

La paz sea en las almas de los saciados, el descargue material de nuestras ansias; el enemigo, esta en nuestros campos de acción. Mucha competencia o demasiado irrespeto, cualquier cosa pudo desencadenarla.

Pero...

¿Cuales son las verdaderas razones?

Se esconde bajo la prensa, escarbando en las conciencias.

La imagen del descanso eterno bajo la tierra, la indolencia extrema se desencadena entre nosotros.

Pero...

¿Que haremos con ella?

Tal vez nos volveremos los monstruosos del pantano, las pirañas de los ríos y los caudillos del chacal hambriento.

Hablando de aculturación

Siete dólares vale tu pena.

Cantan con la cadencia de la anguila.

Fuck you, un cliché bastante gastado y presente.

Las sombras que se anteceden bajo el agua.

Son cuatro rimas las de la cima.

Y el muro de mis lamentos no esta aquí.

Enredado como el momento mismo

En que me ría de tu iracunda vergüenza.

Sin embargo nene, tu tienes ritmo.

Muy tarde para el perdón.

Las mentes débiles decaen y mueren como las hojas.

Aparecidos del averno, son tus mensajeros.

Y... ¿como cerrar las palabras?

Yo acepto el vacío de mi espíritu.

Juntos en un cantar eterno

Volamos desinteresados hacia las alturas.

De cualquier cosa sale un saber

Tensa espera, el bajorrelieve de la calle se vacía en las más profundas soledades.

Vientos de marzo.

Día lluvioso, nada especial y las horas se fueron deshojando en los relojes.

Cayó la luz, la misma sensación extraña de siempre, la de una tarde anaranjada.

Como si de repente, hubiera caído un rayo veloz y nadie se hubiera dado cuenta de que llego la noche.

Me mantengo verde, un metro ochenta y tantos centímetros me separan a ras, de la tumba de tierra.

El rostro enmudecía frente al cielo, los perros ladrando como el planeo brumoso de un avión...

Dulce suavemente, me fui enrollando en los tenebrosos caminos.

Dándoles forma y sentido, absorbiendo el miedo oscuro en mi mente.

Domando al ojo y al odio, pero ahora aun cuando nada nos sorprenda;

Un laberinto aparece en la senda.

Y he de seguir mi destino, buscando el cabo de este hilo de sodio.

Para liberar las cuentas de este collar y de una u otra forma, lograr.

La ciudad o el laberinto de innumerables ocasiones.

¿Como sondearlo?

Resolver el enigma de sus tramas indecisas, augurándonos la gloria eterna de un control del espejismo.

La brisa serena, limpia las ilusiones y nos calma las pasiones.

La espera solo es.

Los mensajeros de la paz

Nunca nadie nos espero; nunca nadie nos busco.

Y ahora que el ocaso se aparece por si acaso, las sonrisas tenues de una noche indescifrable nos conducen frente al límite de un camino hermoso, pero escabroso.

Tus ojos, se abrían de emoción.

Cuando peleabas de verdad por algo inmune.

Las flores no eran simples líneas de expresión, o el sonido amargo del protocolo.

Las flores eran lenguajes de las potencias del hombre nuevo, como placeres sordomudos.

(Imagina el amor entre sordomudos, el rango de sonidos varía sorprendentemente.)

La cabeza se nos movía de arriba a abajo en un reflejo del éxtasis del baile.

¿Perdí la conciencia aquella noche?

No recuerdo, pero aun sigo viendo esos ojos de fuego ante mí.

Como niños llegareis al cielo, y pensamos mil veces si acaso, ¿estará de moda ser libre hoy día?

No confundan los silencios con insultos, ni sentidos con los dogmas.

Es solo que, quisiera experimentar una utopía totalmente irreal; la paz en Colombia.

¿Que le sucede en la mente al rebelde?, ¿quien cree a ojos cerrados en su mundo perdido?

Cuando la mente hermética y fogueada por la indecente inseguridad, nos ahorca ahora la inocencia.

Entonces, ya no aceptamos más el que sea posible; desconfiando internamente, hermano que haya paz aquí en Colombia.

Recomiendo investigar más PLN.[1]

Que al ELN.[2]

Las farcsantes de la revolución social

Se reparten los abismos financieros del tío SAM, con las falanges conservadoras de ultraderecha armada, todo negocio tiene su dueño.

La muerte es solo una carta

Los huesos de los dedos estaban desnudos sobre la tierra, los podía sentir tan cerca de mi aliento.

Las voces se atragantan en mis oídos al recordarlo, la satisfacción plena en su fracaso emocional. Cansados de atravesar los campos santos de la guerra, cuando las armas detonaban la inocencia de un peregrino; los bosques de arena surtieron desde las tinieblas de esta historia y apostamos una vez más.

Aquellos cuerpos que se abrían paso por entre los muchos muertos del terror, conocían bien todo ese lugar por ser dueños y señores de una idea de nación. La distorsión del rock pesado nos salvaba de sus camisas de fuerza, y todos estaban confundidos con las enseñanzas del profeta. Aun así, muchos cayeron en la trampa.

Pero la muerte estaba sentada y serena frente a mi, con sus cartas sobre el polvo, los malditos por ella le apuntaban la capa y el bastón. Yo la miraba tranquilo y le guiñaba un ojo sensualmente, como si la hubiera conocido desde hace muchísimo tiempo; me agradecía las ofrendas y el desespero interno que mi presencia le causaba. Indudablemente estaba enamorada de mí, por eso le gustaba jugar conmigo y las apuestas de esa tarde eran muy altas; hablamos de la tierra del norte. Con una voz que tronaba desde sus monstruosos pulmones, la muerte me cantaba las canciones de cuna del demonio blanco.

Mis ropas blancas no le molestaban en absoluto, “mira quien viene allí”. Me dijo discretamente.

- son los dueños de esta tierra y señores de la guerra, ellos son mis siervos inútiles del tiránico pensamiento.

La música de los santificados en la sangre comenzó a sonar fuerte y claro en medio de las moscas que venían, y es que eran tan hipnóticos sus ojos de cristal verde que mis brazos palidecieron, llevados por la emoción extraña; Escalofríos.

- ellos no nos ven amado mío, ellos ni siquiera saben para quien trabajan realmente.

La muerte se reía de aquellos señores, porque inevitablemente sus destinos estaban atados a los de sus victimas y a los de ella misma.

Y cuantos destino estaban presentes ese día frente a nosotros, mas de los que tú podrías contar pequeño mío. Todos en fila esperando su turno, y algunos eran verdaderamente hermosos.

La carne es como un vegetal mustio y agitado, siempre zumbando en constante y tremolo ambiente, la sangre me agradaba ante los idiotas que estaban como pasmados del miedo a su sabor, y las moscas que seguían llenando sus bocas.

- Cuando acaben con los parámetros de la belleza, entonces se habrá acabado el dominio de la muerte.

Y es que la belleza se encuentra atada a la salud de una u otra forma, pero nosotros resistimos de entregarnos al misterio del vacío existencial, necesitando siempre a alguien que destruir para sentirnos bien. Solo la muerte y yo, jugando a las cartas del destino de muchos entre la brisa tibia del silencioso verano del odio.

- dios es como un inmenso vacío que debe ser llenado, para luego ser agotado y absorbido por las ansias de poder y el deseo del ser humano.

Largo tiempo paso mientras los demás se mataban entre si, con espadas y osamentas afiladas, con metralla y explosión de granadas. Nosotros absortos frente a las cartas, nos sentíamos como dos niños perdidos en una gran jaula del karma. Nuestras manos se movían lentamente cada vez que uno sacaba sus mejores jugadas. Sin duda La muerte estaba en plena forma y tenía una gran ventaja, pero yo también tenia mis trucos escondidos del pensamiento y la evidencia. Un gran fuego ardiente nos cubría y escondía de las miradas imprudentes e ignorantes, las voces cadenciosas e implorantes de perdón, cada tanto nos distraían dulcemente; y es que es tan fuerte el aroma del hombre que no sabe a donde va cuando muere, que impresiona en su potencia amarga. La muerte gano a muchos ese día; casi me desfalca, y si no hubiera sido por que yo tenia la imprudencia de acosarla constantemente con los gritos desgarradores de una campanita solitaria que el maestro puso en mis bolsillos, hubiera tenido que darle hasta mi propio corazón; pero no fue así.

Muy al contrario de lo que la gente común cree, a la muerte no le gustan los finales; porque cuando ya faltaba poco para que los tontos terminaran de pelear, ella lloro discretamente acongojada por el tiempo que aun mas fuerte que ella, amenazaba con cerrar las apuestas de ese día. “es la emoción del juego lo que me estimula”. Dijo la muerte mentalmente.

Muy parejo quedo el conteo final en el vicio de ese juego, puesto que ninguno de los dos quedo sinceramente satisfecho, y es que estábamos cansados de esperar que llegaran los ángeles a contar los resultados, entonces decidimos cerrar la mesa. Todo quedo ingrávido y en silencio.

Como no pudimos definir claramente a quien se llevaba ella y a quien me llevaba yo, fuimos salomónicos y dejamos que los mismos muertos decidieran. Pero como la mayoría no sabia ni leer o escribir en las lenguas sagradas de la luz, o mucho menos dialogar coherentemente frente voraz al lago de fuego; ella se llevo a la mayoría, y yo tuve que conformarme con los agraciados desgraciados que alcanzaron a encontrarle al maestro antes que a sus verdes pálidos ojos, y a unos cuantos sinceros buscadores de la alborada dorada.

Y es que cuando los ángeles necesitan algunos favores especiales, recurren a los demonios mas sinceros que puedan encontrar rondando el mundo; porque los hombres no son tan confiables como ellos, y cada uno se marcho en silencio.

Relojero relájate

Tiempo necesario para vivir, tiempo extraño de sentir.

Que estamos comiendo y cruzando, ajenos a este mundo natural.

Tiempo para permitirse caer, y regenerar el aliento después de un mal trato.

Tiempo para escribir y tratar de contarles, lo complejo que puede resultar querer triunfar obligado.

Tiempo para ver nuestros huesos, atragantarse en la boca de esta tierra.

Tiempo ingrato que te olvida fácilmente, que te come como una serpiente.

Tiempo para sentirse joven y útil, aunque sea una vez más.

Tiempo para degradarse en sutilezas, y acabar de herrar el caballo.

Tiempo para amar con las muelas, los desechos de una princesa rosa.

Tiempo para pensar en que todos estaban equivocados.

Tiempo para atreverse una vez más, a desafiar al tiempo.

Tiempo de juego y de holgazanería barata y marginal.

El humo recorrer así la pieza, y el magnánimo e acobardado personaje que aparece en la televisión; no se si me inspira o me tienta a sentirme un anónimo infeliz.

Tiempo para acabar bien con esto, continuamente.

Tiempo que sigue andando y no es más que una ilusión.

Tiempo ingrato que me olvida como una tumba fría, sin rosas.

El fuego a de comer mis entrañas, limpiar los silencios y abrogar por un mundo mejor.

¿Y a quien le importa?

Que:

Casi no pueda recordar, en que momento perdí la inocencia.

Con el látex y el papel impreso ya basta.

Tan barato y tan vulgar, pensando en sexo una y otra vez.

Pero no es de sexo el contexto de la historia inocente, es de seso y sentimiento.

La inocencia del mundo libre, en la inapetente idea de una justicia notariada.

La inocencia empapelada de creer en los humanos, mis hermanos.

Pero; ¿como no intentar ser verdadero, aunque sea una vez más?

Frente a toda esta malla de licra, asco y homosexualismo refinado.

¿Quien perdió su inocencia esta noche?

¿Quien domina realmente?

Salud nominal que no convence.

En donde el valor de un personaje, esta en su entrega.

Calles desgranadas, todas esas miradas desconfiadas.

Silbidos rancios de una puta descolorida, los cauchos del zapato desgastados, suenan desechados por el cemento y el andar.

Gatos y polillas, el ventilador que suena como en una cárcel medieval.

Masturbación fetiche del minimalismo ingrato, una pantalla encendida.

Y ese calor insoportable.

Por ahora la vergüenza se aleja irremediablemente, y nos vamos vistiendo cada día más formales en nuestra propia indecencia.

Pagamos y nos vamos, se acaba el cuento.

En todo lugar te encontramos.

Estado inalterado de la pureza, una búsqueda que acaba en las playas del dinero y la necesidad del glamour, la que me levanta el miembro anoréxico del placer.

Hembras diseñadas para la satisfacción plena.

Una mente débil y marchita, camisas caras de seda y ruedas.

Cualquier psicólogo que piense en psicoanálisis, se ubicaría entonces en la salida más fácil.

Más profundidad, por favor señores doctorados; los superdotados lectores, que cuentan el poder de su inteligencia, en números metálicos y una moral de la hipocresía; Sigmund Freud también halaba cocaína.

La venta de talentos que seducen a la podredumbre social, la xenofobia como una historia de empatías disfrazadas, con los rasgos de una buena onda nacional.

Llego la hora del quebranto, la materia sublime que se ha rebanado con los dientes la lengua.

Inscrita y legalizada en la tendencia narrativa de moda.

Del idiota ilustrado, una súper fuerza de exploradores del espacio, que aun no encuentran su destino, el absurdo de la fiesta.

Cuentan la vida, como tantas gotas de lluvia que caen del cielo.

Aburridos y sentados frente al sofá de cuero, se van restregando la crema del marques de Sáde, como todos los ciudadanos promedio lo hacen.

Investigando en la ridiculez de parecerse, a un bruto muscular bien aceitado y exitoso.

La venta de los derechos del deseo, como si pudieran domesticar la bestia que hay en sus propias mentes.

Arriba las estrellas, abajo los pornstar declaman los hipócritas.

50.000.000.000 de dólares al año deja el negocio de la pornografía en este mundo.

Con la droga que hace estragos en la mente, y el demente que se vuelve ansioso y renegado, pagando las deudas y al doctor.

La necesidad de tener que pedir perdón, en la intención de ser valioso.

Los vestidos inexplicables de la época fashion, presenciamos aun más emperadores engañados, con los trajes invisibles del mercado.

Todas esas caras que se deshacen en sus recuerdos.

La bicicleta que se estrello contra el muro, o el correazo amargo del origen.

Reprimidos por nuestros propios sentidos domésticos, nuestros órganos no son felices.

El orgullo que carcome los linderos del maestro del underground, y hasta que se volvieron todos, como el cuello sudado de George maikel.

Vomito ardiente, que libera la inmundicia de esta tierra y se ahoga en su aburrimiento.

Ya reprobamos el año muchachos, no mas educación de-sagrada inconciencia.

Punto g y mis manos, las que ruegan y pagan con violencia.

Un conato de furia y diarrea que agarrota los impulsos intestinos, un altruismo en desuso y franca decadencia nerviosa.

Los milagros del jardín bien amado, donde ya pronto estaré a su lado.

La incoherencia del hambre y el derroche, al sentirse como todo un romano.

Saber que estuvimos dispuestos a matar, a robar y a herir.

El asco de la mentira que tus dulces labios desprendían.

La imagen de todos esos perdedores, tan gastados y alienados.

Olvidados una y otra vez por la historia oficial.

¿Reciclar la basura?, O hacerse en una sola pieza, olvidarse de casarse.

La depravación misteriosa, el impulso de acabar con todos los límites.

¿Debo ser libre ante dios o el hombre?

Los hijos que nos sorprenden, o aquellos que se desentienden de todo esto.

Llegar a odiar severamente, a un saco de mierda que descansa muy cerca de uno.

Marihuana, coca, alcohol, LSD, anfetaminas, opio, sexo, violencia, yoga, música, peligro mortal, billetes, reality, política, los Ángeles, vértigo y ataques de pánico.

Pero... ¿adonde habremos dejado esa inocencia escurridiza?

Un fin justo y anciano para ella.

Como una traducción española de una vida animal, la misma que atesoramos en el recuerdo, de un domingo virtual de lo netamente urbano.

Asfixiados por la sociedad secreta

Apretujados por la incontinencia del influjo humano;

Somos atareados en nuestras mas intimas labores, diariamente fustigados con la gruesa rama de la conciencia externa, subiendo y bajando de los vagones numerados.

Hace rato que alucino arañas y ratones corriendo por entre los rieles.

Hemos dado todo lo que somos, para ser desechados nuevamente.

Todo ocurre, como las ruedas del carro al girar frenéticas, en un juego veloz del peligro latente que vivimos a diario.

Pero ya estamos acostumbrados;

Nuestra naturaleza, ha sido depravada en el mundo de la mecánica y las enmiendas.

Las orejas que no existen, los cumplidos por pudor y educación que no alcanzan a querernos.

Tu, ingrato peatón de la vida urbana que te alejas, viajando en las miles de busetas y el asfalto de este grandísimo lugar.

Las calles pavimentadas “ad infinitum”; son rasuradas por las llantas crudas de armatostes quejumbrosos una y otra vez.

El olor a gas y a cemento lo impregna todo y como cucarachas, nos escondemos, perdidos ante el vasto pueblo anónimo que nos ruge al oído.

Todos vestidos y bien cubiertos, camuflados de civilización moderna, buscando reconocimiento y contactos.

Suenan los bocinazos y el ojo siempre atento y alerta, vigila el actuar del vecino; como un pie forzado social de costumbre necesaria.

Pasan las carretas medievales, con sus cargas frustrantes de sobras y limosnas, aquellas que nos raspan en la piel más pudorosa.

Un trabajo de los niños y el rebusque, como la famosa palabra oriunda de estos lares nos explica.

Los pies del país avanzan por la negra marea del petróleo erótico, en estos tiempos de los humos tóxicos y agotadores del centro.

Tanto follaje humano entremezclado, acaba por destituir la legítima vergüenza ajena y nos aleja del virtuosismo.

Nada se mantiene, solo las viejas edificaciones que acumulan polvo y grietas, las que se apagan poco a poco, como un trámite de la vida civil.

Salvo los maltrechos árboles, que a duras penas compiten con las moles de acero por un poco de aire puro, para diluir en sus venas vegetativas el oxigeno, salvo el animal abandonado en la calle, nada nos recuerda nuestro origen biológico en esta inmunda urbe.

La séptima se nutre del cansancio y la alegría de sus transeúntes, es un tren conceptual que anida, en la cercanía del origen bogotano un mundo aparte.

La trece tan cambiada, completamente sobre poblada de estímulos grises y sobresaltados, las extrañas miradas y el comercio inclemente que ha rebosado el templo y sus alrededores.

El olor a la gente, los humos de las incontables pizzerías, locales de empanadas y demás fritangas brillantes que se sienten.

Llega la noche y la mañana, hay que volver al mismo lugar para ganar el dinero y la fuente del respeto social.

Sobrevivimos.

Salgo cada día limpio y nuevo, llego cada noche cansado y enloquecido.

La comida es engullida, casi atenta contra el paladar que la secuestra.

La cama y la hora que se pasa como si nada, no nos da el momento exacto de descansar, ni de sentirnos dueños de nuestro tiempo.

La hora de dormir nos sorprende con sus pesados parpados, con sus manos de niebla que amortiguan la conciencia y la televisión.

Suerte cuando alguien lo espera a uno en la casa, porque la soledad puede ser la última persona que veas en este mundo.

Y la casa entera espera el momento de tu retirada magistral, cuando en las sabanas dulces, tu idea de mundo desaparezca.

Que se diluya completamente, muy buenas noches compañero anónimo de la ciudad.

Muchos sueños indescifrables te esperan, siempre y cuando puedas entregarte al caer y el péndulo misterioso.

Una noche mas en la ciudad de los perros salvajes y afuera, suenan los ladridos al palpitar en el eco de la oscuridad cromada por el yodo de las lámparas.

La cama nos va engullendo, cuando estamos finalmente liberados.

Gracias a dios por eso.

El dolor se apaga, con la luz de la casa.

Carnes rojas

Carnes rojas se apresuran en pasar, corren flojas por las aceras como los mosquitos aterciopelados por todo un mundo, el que es tan senil y adecuado para ti.

Te sonrojas por fin, cuando aun no todo esta perdido, y los carros suenan lejos todavía de aquí, por eso tenemos tiempo.

Los bosques olvidados que se preparan para tu bienvenida, la carne de mi carne; enrojecida por la infame ignorancia del autor.

Flores en las manos, las manos húmedas que enviudan del pudor.

Un mundo aturdido que enmohece lentamente, y un hedor terrible que estremece al mas valiente.

La textura gruesa del pliegue, mantiene caliente el sudor.

Las flores se derriten.

La mente embotada por la inercia del placer, se agota en su propia reincidencia sensual.

Algo tiene que pasar con toda esta carne roja.

¿Será acaso el clima?

¿Lo que asfixia la paciencia?

Piedra

Piedra por piedra, subiré la montaña.

Agotado y hambriento, subiré hacia lo alto.

Paso a paso, mantendré la esperanza.

Comenzare a descubrir mi pasado, del silencio.

Atesorando el recuerdo del amor fraternal; de cuando aun no conocía, el fulgor infernal.

Volveré a sanarme una vez más, del pegajoso estimulo.

A tierra echare mis demonios, soltando el más dulce cariño.

A uno mismo.

Recuperare la inocencia, ahuyentaré las arpías.

Volveré a caminar descalzo, sobre todo lo alto.

Caminare una vez mas por la montaña elevada, y agradecido soltare una carcajada, al mirar atrás hacia el camino sonriente.

Todo habrá sido un lapso muy corto de tiempo, y sabré entonces que nunca e salido de mi palacio iluminado; simplemente las cortinas se mantenían cerradas.

No podía ver las riquezas internas así como estaba, desesperado.

Sáname maestro de la llama infinita, conviérteme en un lucífero ardiente.

La calle

Se moja en la lluvia, los vientos arrecian mis ojos enrojecidos por el humo; la mente inquieta avanza por la calle y la acera, sobre poblada de gente extraña.

Sus cuerpos y las miradas, son las fieras del alma y ellas quieren cazarte si eres lento.

El billete corre de mano en mano, en la calle se abre el cielo ante el poderoso y lo apuñalan por la espalda, al mismo tiempo que le sonríen de la mano.

El asco no se halla en un cuerpo vivo, esta en el alma oscura del odio y la ambición desmedida, vuelve todo lo bello un terror ciego; y amamanta el deseo de acabar pronto, para no volver a verte nunca más.

Luces frías y la música a todo volumen, recrean una idea descolorida del paraíso terrenal; pero todo esta hundido en el fango espeso del control de nuestras mentes, del control de nuestros deseos sublimes y animales.

Todos van con sus caras de hambre existencial, tratando de llenar huecos vacíos en la propia crianza, el cariño cuesta caro y nunca es suficiente para mí.

Y es por eso que volvemos a ella, porque nunca es suficiente; para transformar nuestra imagen del mundo distante, y la necesidad de lograr la dulce y ansiada paz aunque sea por un momento.

Caminamos y ensuciamos nuestros pasos, y atravez de todo este infierno hermoso y glamoroso, aun se pueden ver tus ojos, los que aun esconden allí al fondo, toda tu misteriosa y pura inocencia.

Miserere

La mano que colgaba desde el balcón, la sangre goteaba como una tarde silenciosa y reposada; ya todo estaba en calma.

El viento lentamente iba secando el rastro carmesí del río líquido apelmazado en el suelo de la calle, debajo del balcón la gota se hundía en un mar de sal y olvido encharcado y viscoso.

Su rostro se hallaba en calma y sosegado, se aprestaba a caer desde las alturas; pero había quedado enredado en las rejas frías del metal, y eso era lo mas cerca que llegaría del suelo.

La fuerza del aliento se agotaba lentamente, las pupilas fijas en el llanto sordo de un final tragicómico, y es que era un ridículo en su majestuoso y fatal conjuro, la muerte no había dado cuenta del momento indicado, acometiendo la indigna tarea de llevársela antes de tiemNB.

Desde que aquella idea acampo en su mente, toda la ira y frustración se le habían enjaulado en su cuerpo, el calor de la vida no eran suficientes para dejarla tranquila; un día miro hacia arriba y decidió subir hasta el piso mas alto de aquel edificio de piedra y acabar radicalmente, con la intensa lucha que había estado obligada a enfrentar en ese pueblo anónimo.

El sentimiento de la suposición inestable aplacaba sus sentidos, le colmaba el deseo de ansiar las cobijas del momento suicida; el mundo se armaba en toda su eterna insensibilidad, como un diente de la boca feroz, que ante ella se abría para devorarla día tras día, noche tras noches.

Nadie andaba por allí, el tiempo exacto que tardo en subir no importa, es como esas propagandas del cine que rápidamente se olvidan, cuando la función principal ya ha comenzado, su cuerpo necesitaba un descanso final.

Ella era blanca como la luna, y su cuello tendido al silencio, aun dejaba ver un signo de vitalidad fatua, la vena dejaba de latir sutilmente.

Sus manos eran largas y delgadas, acabadas por las uñas embaldosadas de una pintura barata de bulevar rosada; el cabello liviano le colgaba como una lengua lasciva y ajena, con el viento jugaba en su ultima hora, lo único que aun en su cuerpo, le quedaba sin endurecerse.

El frío agrio de la muerte, se había entronizado ante la mirada perdida de la chica, desde la calle vacía yo la miraba tenderse ante mí, como si aun mantuviera esa indecente curiosidad ante el mundo vicioso y maldito que la sedujo algún día.

¿Habría ella algún día, entendido su existencia?

Nunca quedan rastros del pasado glorioso.

Desde el rincón de la avenida principal, yo me acerque sin palabras y extasiado, la miraba con su boca entreabierta, la que como la miel caliente, dejaba deslizarse desde lo profundo de su ser, con un hilo largo y constante de agua enrojecida, la mano del misterio que volvía a cerrarle los ojos.

Alargada como su estatura, la tarde se iba secando ante el dantesco pero hermoso espectáculo de su caída interrumpida.

La joven se lanzaba hacia su vértigo, finalmente desnudaba sus palabras y aclaraba que nada nunca mas, volvería a esclavizar sus sentidos y sus sentimientos.

El ultimo baile antes de acabar con todo.

Ella subió las escaleras empolvadas del antiguo edificio de piedra, porque quizás habrá pensado en dios o en el infierno, pero todo eso ya estaba allí desde hace muchísimo tiempo en su cabeza.

Sin prisa ni tampoco mucha pereza, ella avanzo por los corredores de ese inmundo sistema de escaleras y ascensiones ficticias, hasta llegar a la cumbre de esa montaña pequeña, forzando la entrada a la azotea.

Arriba el cielo se abría y las palomas nadaban en el viento, dejándose ver por las miradas curiosas de los niños que jugaban en la cancha, algunas cuadras más al sur.

La muchacha que estaba vestida únicamente con un camisón de seda blanca, acariciaba sus pechos con la excitante sensación de un camino inminente, hacia la sublimación de su presencia aquí en el suelo humano, en donde sus pies se enfriaban aun más que antes de tiempo.

La tarde fría y gris, le servia de consuelo y entregaba lucidez imprecisa, la decisión nunca había ocurrido, las cosas simplemente sucedieron.

Ella camino hasta el borde y mantuvo siempre la mirada hacia arriba, aun cuando faltaban dos pasos el tiempo se hizo aun mas lento, tal vez pensó un poco mejor su decisión, pero esto no la detuvo.

Lo primero que hizo, fue palpar el vacío con uno de sus pies descalzos, como cuando uno prueba la temperatura del agua en una piscina; los nervios le hacían cada vez mas evidentes en su rostro, la emoción perdida de una tensión; pero supo dejar controlarse y apretar la barriga, las manos rociaron entonces su cara; con un limpio ademán, se corrió el pelo del rostro y sin muchas ganas, se dejo caer al vacío.

Justamente porque no salto, fue que al caer quedo ensartada en la reja metálica de un balconcito de un nivel mas bajo de los pisos del edificio. Probablemente ella nunca imagino todo esto, pensó que su vuelo seria un gran salto hacia el final del horizonte; pero quedo allí enroscada en el medio del camino entre cielo y el suelo.

Solo su sangre llego a tocar la acera terrestre, un tiempo después, solo quedaba un viejo cuento y una marca indescifrable, impresa en los adoquines del camino que la gente transitaba.

Depresión

Si es tan intensa desaparece, si es tan completa dómala; por que la luz se halla envuelta en las flamas de las tinieblas de una técnica industrial, todo vuelve a ser como antes, la fortuna de las estrellas que inunda el espacio absoluto, no solo estoy fragmentado, sino que desintegrado; el proceso del deterioro es tan indescifrable que no puedo mas que recurrir, a la farsa del sentimiento, pero aun me queda una duda extrema.

Mi corazón siente que no lo tolerara, ustedes siempre estarán allí, esperando sus puestos en este viaje, hablando de su infancia y de su historia personal.

¿Que somos ahora?

El momento del silencio, el paso hacia el inmenso cuadrante del hacer.

Si no entendiste, allí es donde esta la respuesta.

Todo quedara

Todo quedara, como cuando salimos de la casa aquella tarde, placida y esfumada en los recuerdos del domingo.

La silla aterida frente al ventanal dormido, las plantas que se mecen afuera.

El olor de la madera aceitada que nos cubre del frío.

La cómoda cobija de una mujer calida y sensual junto a mí.

Esos besos y esas caricias, su voz de ingravidez.

Todo quedara enfundado en mi conciencia, atormentado en sus delirios de gloria y fortuna.

La taza expandida, asentada sobre la mesa y el mantel, de un color azul marino como la prenda de su amante.

El sistema nervioso esta allí, sedado por su propio cuerpo que agasaja nuestros huesos, los que están recubiertos, de una extraña indecencia muy agradable.

La letra escrita, el pulso hecho trabajo, la forzosa huida, el destierro y las revistas desparramadas sobre el piso.

La ropa amarilla, colgada a medio camino, entre la puerta y la cocina, sobre la espalda de una silla de astillas compactadas, rustica y directa.

El espejo y el aliento impreso, la melodía de la vanguardia vieja y sus ecos tremendos, de un exceso de amor talvez, adornado con la ingrata odiosidad del ser humano.

También quedara el testimonio del dolor que siempre pasa, de la huella que se borra.

El cenicero vacío, poblado de cenizas desteñidas; engullidos cientos de cigarrillos, por la voracidad de un deseo incontrolable.

El tiempo de ver las cosas como son, cuando es cuando y donde es donde.

Allí estarán.

Dicen...

Que soy un ser obscuro, que no tengo sentimientos y me importa solo mi persona.

También se dice que soy como un ángel de la luz sagrada e inmaculada, lo que queda siempre cerca de lo lejos, la verdad de la mentira o la mentira de la verdad.

Dicen que es la droga que esta actuando en mi cerebro.

Pero yo soy el ourobos que se muerde la cola, el círculo primario.

Un punto acongojado ante la inmensa mayoría.

Los enturbiados sentimientos de una sociedad bastante incorregible.

Con los gritos le exijo al cielo, el desastre interno que indique el catártico estado de rebeldía, esperando algún día, lograr la utopía.

Dicen que no se y se, de la meditación y de los pasajes clásicos de una época dorada; también que siempre termino desilusionando a los que en mi confiaban que yo si sabia.

Pero de eso nadie sabe a ciencia cierta, nada de lo que mis dedos sienten, de lo que en mis pulmones siento, de lo que en mi corazón rojo yo percibo; del poder que espero que aun yazca, bajo el manto de la mugre abarrotada, en una vida moderna que le pesa y uno lleva a cuestas.

Dicen que me retiro al paraíso.

Que hay un miedo en mí, un deseo indefinido, una bipolaridad malparida.

Tanto se dice de mí y no solo de mí, también se dice de ti y de aquel y del uno y del otro, lo que siempre se dice.

Aleluya

Aleluya a mi señor, al que canto ante el tribunal eclesiástico de mis desventuras, aleluya por la vida y la libertad extrema, del humano naturalizado y relajado; cristo y buda en comunión con sadamm y al qaeda, que la izquierda se antoje de la derecha sociabilizada, y nadie entienda nada mas de guerras, aleluya a mi siervo predilecto, el maestro de la alquimia zodiacal, la disolución de los sistemas nominales para percibir la verdad capital, que la luz sea contigo, aleluya hermano mío.

Que las drogas se hagan libres, para liberar de ellas al ser santo y humano, sin tanto complique.

Aleluya por el tiempo completo y eterno que tenemos, nuestras almas inmortales se antecede, ante toda desgracia y vanidad.

Aleluya por tu protección divina, la que nunca nos faltara.

Aleluya ante los poetas descalzos que emergen del caos, las ciencias demasiado innovadoras, con las que más tarde cambiaremos el universo.

La fuerza de lo imposible, es muchísimo mayor, que la iluminación del momento medible e inmediato.

Siempre la historia sorprende.

Aleluya.

Tarde en la noche

El insomnio no me deja tranquilo, se me aparece cuando menos lo necesito, me atrapa con sus rostros del juicio y comienzo a sentirme incomodo en sus brazos.

La idea no se me va de la cabeza, ¿que hice?

¿Será que la obra, finalmente supera al artista?

Yo creo que si, aquella se mantiene donde nosotros ya no estamos, aunque sea un poco mas de tiempo.

Pero la mente no deja de buscar, se concentra en las ideas y busca el logro de sus metas.

La respiración se enrarece y uno suspira constantemente, en busca de un descanso, y esto no logra más que tensionarlo aun más a uno.

Y es que este insomnio hambriento me atraganta la saliva en la garganta, me hace pensar en las cosas tremendas, en las tantas lunas que pase contigo, la emoción mía de mi alma.

En este momento de angustiosa espera, ante la puerta hermética del poder del sueño, yo me vuelvo el ser supremo también, no existen nada más que mis ojos abiertos.

Todo es una chispa del combustible fósil de nuestras vivencias, aquí en la tierra.

Algo mareado y definitivamente fuera de foco, espero la calma de un descanso, pero mi alma no deja de escuchar tu voz, debo sacarte entonces de mí.

Y es que este amor desgarrador que me alcanza, no puede ser más que un impulso por dejar tus huellas, marcadas en mi piel.

Le grito al cielo, con mi llanto amargado, con mi sonrisa de niño.

Con mis danzas ambiguas de la energía cruda.

Tarde también me levantan los fantasmas, los eclipses de una luna de mi sueño.

Se nos pasa el tiempo así y uno aquí; ¿que esta haciendo?

Insomnio déjame dormir, acaba ya con esta sed existencial; yo ya he acabado con lo que quedaba de mi historia.

¿Y ahora que?

El insomnio me obliga a pensarlo dos veces, ¿será que no estoy bien alimentado?

Tarde ya es para lamentarse, pero no para enmendar la herida en el camino.

Banshee

El cuarto en la penumbra no dejaba ver su rostro, nadie sabía quien era y el pánico se apoderaba de los niños rápidamente; cuando entramos a la casa dormida, ya todo estaba cerrado y en silencio desde hace meses.

Pero tú apareciste como el viento, te deslizaste tímidamente hacia el fondo del cuarto oscuro, abriste la puerta y te perdiste en los rincones de la sala, dejando una huella de escarcha babosa.

Todo quedo en silencio.

Nosotros mirábamos desde la puerta abierta de la entrada, mirábamos hacia el fondo de la habitación del lado sur, pero nadie te reconocía, y es porque tú no debías estar allí.

Mas tu esencia femenina, por lo menos nos daba un referente de tu existencia, de seguro eras una hembra casi humana, muy parecida a una mujer flaca y pálida.

Nadie se atrevía a entrar, porque tu silueta en el fondo, nos helaba la sangre de las venas; te acurrucaste en un rincón y allí te quedaste, muy quieta y agazapada en las penumbras.

La luz no se prendió al accionar el interruptor y el terror apareció, algunos se fueron alejando de tu presencia; solo 3 quedamos parados bajo el umbral de la puerta, frente a las tinieblas.

Uno avanzo mas adentro y nos dio el coraje necesario, el otro llego a la mitad y yo, finalmente decidí llegar al fondo, directamente hacia tu lado me acerque.

Caminando ante tu aliento presente en el espacio, le invoque una fuerza sobrenatural al cosmos del espíritu, para no perder mi temple y no salir corriendo despavorido.

Llegue a unos metros de tu rostro enmudecido y pude, contemplar como se movían tus miembros livianos, supe que eran como las hojas secas mecidas por la brisa del otoño dorado.

Envuelta en tus cabellos negros, largos y desordenados, los que tus manos pequeñas acariciaban hipnóticamente.

Ninguna palabra mencionaste, cuando me acerque aun más hacia ti; y cuando mi corazón ya no podía latir más rápido, tú te volteaste como un rayo al mirarme y vi en ti, todo el dolor del mundo antiguo.

Toda la tristeza infinita del que ya habiendo desaparecido, aun no puede dejar de estar aquí.

Como un niño me abrazaste y sentí el frío de tu espalda en mis dedos, como si fueras un témpano de hielo azul que emanara el humo de una luna llena.

Sentí tu piel como la de una rana, muy lisa y húmeda, con tu lengua larga y morada saliéndose por entre los labios demacrados.

Comenzamos a olernos como un perro en celo, me hiciste hundir la fuerza de mi estoque, en la ranura extraña de tu sexo, pero aun así estabas fría, con el poder de tu mirada me atrapaba como en un sueño infantil.

Mezcla de amor y terror, nunca supe a ciencia cierta, lo que me impulso a hacerlo; solo se que en su rostro reflejaba el universo.

Fui seducido por tu presencia y llegué a sentir tanta pasión por ti, que casi me vuelvo loco.

Yo entregue mi semilla sin pensarlo y mas tarde, tú desapareciste, te me fuiste desvaneciendo poco a poco, con tus ojos de las cuencas vacías, en donde brillaba el fuego frío del enigma.

Tu mirada color del fuego violeta, fue lo último que alcance a ver de ti mientras sufría.

Luego, solo quedaba la explicación inútil, frente a un grupo de incrédulos pasajeros de este barco insólito que es la vida.

Nunca supe quien fuiste o podrías llegar a ser, pero hay algo que no se fue; algo que aun mantengo en mi memoria, tu presencia acuática y fantasmal.

La promesa de un vacío, en la ilusión de lo que ya ocurrió.

El tiempo que ha perdido su color.

Sexualismo del poder

Lo sensual en el poder, es la adrenalina que le recorre en las venas; son desiertos de acidez extrema.

Un sentimiento de que todo lo puedes hacer, como el alba nevada que detenta este poder.

Nada es coincidencia en este universo, solo que no lo podemos medir tan fácilmente.

El poder adquiere esta fuerza y es la convicción mismísima, del logro ante la incapacidad de entender nuestra existencia.

Manejarla, como al vehículo que la lleva; su cuerpo.

El poder, nos arroba y susurra constantemente al oído, se consume a la mirada enmudecida del ojo que desea, todo lo que ve allá afuera.

Y allí es donde esta su engaño, realmente uno no desea todo lo que ve.

Porque ante este magnifico elementario de obturaciones formales, y siendo seducido por cientos de diseños gráficos vitales, de formas, de gustos y disgusto; el hombre se siente atolondrado con el poder, que yace en su centro; el busca conquistar.

Intenta lograr vencer su límite.

Y otra visión también es;

¿Que percibe y presiente el hombre, cuando se acerca realmente al poder?

La vida es como un dragón de fuego, excita y aterra al mismo tiempo.

Nada es tremendamente bueno, nada es tremendamente malo.

Sobreviven las tendencias y oscilaciones, realmente todo este juego es bastante simple.

El poder es la clave para reunir factores, la astucia es el deseo de ingravidez o falta de resistencias, mejor dicho; necesidad de soluciones absolutas.

El cuerpo es el arma, con la que realmente nos aterra y excita.

Quien maneja el poder, maneja el mundo porque el mundo, no es más que poderes.

Poderes elementales, poderes animales; poderes ancestrales, poderes económicos.

Poderes materiales y tutelares, poderes legales, poderes de las armas.

Poder del terror, poder de la paz.

La rosa y el cuchillo, la mano y el poder.

El poder, el poder.

Existe una esencia profunda, que uno busca al manejar su destino, frente a un sin numero de amenazas.

Naturales o impuestas, fisiológicas e ideológicas.

Internas o externas, porque el conflicto es la vanguardia del paradigma dominante.

Uno puede dominar, fácilmente la existencia de los otros; mas con la suya propia, se ve envuelto en aneurismas filosóficos, e incongruencias constantes.

En el poder, el fenómeno de la aceptación, es fundamental.

Quien acepta tiene al poder, quien no acepta, no lo tiene.

Pero, no es nada más que un juego humano; social.

Cuando uno esta en uno, nada de esto se sostiene; todo comienza con el otro.

El poder que esta en el otro, el poder que tiene el otro.

Durante milenios, el hombre altera y absorbe poder, tanto de una masa trabajadora; como del cráneo de su enemigo, del corazón sacrificado, en el horno de la guerra santa.

Cuando se accede al fenómeno ritual, las potencias y lo que implican, pueden recubrirse de imágenes verdaderamente horrendas.

Buscando la legitimación del poder, el control de la información es vital.

El poder utiliza a la muerte como su aliada; le entrega el hombre a sus brazos, sacrificios que aun no sabemos si el gran dios desea.

Existe una cara horrenda del poder y una cara hermosa del poder, siendo resumidos a una sola cosa;

Ambas son como la moneda, y por eso es que el poder es moneda.

Cada moneda, tiene su cara y su sello.

Una parte hermosa y una asquerosa.

Las cosas más hermosas; muchas veces se hallan inmersas en los pútridos focos infecciosos, de nuestra bestialidad extrema; esperando a ser rescatadas tal vez, algún día.

Una bestialidad humana y avanzada, pero evolutiva a su vez.

Una bestialidad, ya ajena a lo animal.

Con el poder justamente, hemos logrado desarrollar aun más allá, las tendencias animales que ya poseíamos naturalmente.

La inteligencia también ha servido, a este extraño avance genético de las conductas obsesivas.

EMP

Encadenado al carbón, a este crudo aceite.

Acongojado por la piel seca, el hambre y lo enfermizo.

Solo nos queda una fe, la fe en dios, y en la misericordia.

¿Y la misericordia; me curará?

Solo se que estas células, son patrones en movimiento, brillan en su espacio infinito.

Son dueñas de una perspectiva que arruga el tiempo mismo.

Me haré pequeño, más chico que una mota, que un granito.

Descenderé al vacío etéreo, al plasma radial.

Saboreando el éter, como un denso velo que sustenta, la imagen mental.

Que prisma que proyecta, como el lente que expulsa su materia.

Como el soplido de un animal, estamos preparados para percibirlo.

Un pulso electro magnético.

Aberraciones

Nada que ver con la broma sagrada; los que quedan son clowns del desierto.

Niños perros que aullando a la luna, me recuerdan que siento y vivo desnudo.

Sus cabellos bailan con la lluvia de sol, la eterna circularidad de un ojo dorado.

Disco alado.

Completo y santificado por las arenas del nortino desierto, sonidos perfectos de las cunas de sal y arena.

Cada espacio, recorrido y entronizado en su patrón melódico, arando vibrante y correcto; como los miles de agentes indiferentes a la existencia.

Las dunas que son como un coro de iglesia, destruida por los militares del concepto teológico.

Pero esas nubes del vacío, son perfectas y acceden a un sistema de las dimensiones concretas, absolutas y activas en la nada misma.

Pasa el tiempo.

Es por eso que siguen bailando y cantando, a pesar de todos tus muertos; a pesar del cansancio y la inútil espera.

Sonidos celestiales que se arrastran vagamente, por sobre esta tierra.

La arena canta, brilla en su luz del efecto que reverbera, lo que estuvo aquí por siempre, sigue sonando en sus cantos sagrados; dejando al mar que se aleja.

Las montañas se levantan por sobre los miles de metros cúbicos de materia planetaria, dejando esta civilización de gigantes del dragón alado, olvidados en sus tonadas de la piedra cantante.

Con sus caras insólitas y la historia de este mundo añejo, ellas siguen tronando, cristalizando el completo sereno de una infinita noche lunar.

Monjes anacrónicos

Los muchachos de la cruz roja, vuelan con sus sombreros rojos; carcomen al destino y le arrebatan la escudilla a un monje inconsistente.

Ellos recorren todo el universo y adoran la vida en su esencia pura; no todos lo hacen tan bien.

Ellos juegan a ser planetas, a recorrer los mundos que tanto los angustian; tienen en sus manos un peso muy grande, y que nosotros demolemos y convertimos en arena fina que se la lleva el viento matinal.

Sus ojos son hermosos y están llenos de luz, en su desconfianza empiezan a ser cada vez más puros, libres; ellos saben que están dominados por sus pasiones, sus dolores y su eterna desconfianza a este mundo social.

De esa bestia inmunda que se alimenta de sus sagrados corazones.

Sin embargo a cada hora que pasa, su mente se va liberando cada vez más; van aprendiendo a ver la realidad interna, a entender sus procesos y aceptar sus designios secretos.

Ellos son los verdaderos revolucionarios de la fe; los que no temen acabar la carretera, y son valientes, fuertes y hermosos.

Su poder radica justamente, en que no tienen esas trabas que la gente que se dice normal, exhibe y acepta fácilmente.

El estado del caído, es un estado supremo.

La enfermedad y la ignorancia es lo de menos; quien destruye su energía, lo hace por orgullo y se maldice en la indolencia propia.

Las garras de los demonios internos, no son tan fuertes como las alas de los Ángeles protectores; ellos los elevan y se los arrebatan a los demás cobardes del pensamiento, del sentimiento y la imbecilidad racional.

El poder mas grande es el de olvidarse de ese miedo inmenso, de aguantar la luz y avanzar en el camino de la auto complacencia, experimentar la unión con la conciencia de lo que ocurre y sucede alrededor de ellos.

Cada quien con sus distintas reflexiones; con sus eternas consideraciones del paraíso y el infierno que han creado.

La sonrisa sin nombre se acomoda en sus espaldas; ella intenta que se sostengan en su agujero negro, y es que no puede convencerlos por siempre; por eso se acelera y toma aliados en la idea de los demás, construye imágenes externa de acción y pensamiento.

Los demás que siempre están de más, son las cárceles del amor correcto.

Porque ellos solos pueden, aspirar la eternidad misma y elevarse, hacia la transmutación completa y poderosa; porque ellos mismos son el dios santo encarnado y elegido, aquí y ahora en esta tierra.

La pito

Sus ojos de la revelación, eran como dos estrellas cansadas; concientes de su eterna necesidad de ser libres.

Las manos dejadas, la voz de una niña hermosa y poderosa; su voz de anciana milenaria y el desdén de un espíritu ancestral, agradable y relajado.

El camino del sol, la tierra y el agua en sus zapatos sin suelas; ella estaba completamente liberada, se sabía eterna en su sabiduría ingenua y profunda.

La energía de un sentimiento puro, era ella una verdadera energía de amor y conciencia de lo que realmente importa en esta vida.

Y hasta el día de hoy, la recuerdo con cariño y cercanía.

Rápido

Debo ser mas rápido que mi propia mente; recurrir al intento sagrado del desfalco etéreo, sentirme solidario en la herida verde.

Las místicas zorras del placer, comentan mis dotes celestiales; yo las quiero a todas, soy un macho libre de impuestos.

Cuando el tren pasa frente al sueño maldito, las vacas se acaban y el hambre no importa.

Dominios de ajedrez, son mi locura y desazón; los peligros del que escribe rápidamente.

Suelto el salmo entrometido en las nalgas, los chiflidos del pánico y el absurdo me acompañan cuando la gente se enoja y exige su dinero.

Sistemas de comer, de escribir dramaturgia moral, pensante y vectorial.

Con sus ejes trasteados, se mueve la fuerza narrativa; los personajes no son libres, se ahogan en las ganas de complacer o asquear.

Yo no existo aquí, solo la sombra apercibe mi presencia, estamos conectados desde un barranco, de una montaña lejana a otra hundida en el mar profundo.

Mis hermanos de la disipada civilización de mu, me acuerdan, me esperan; voy a subir el descenso y conteo las gotas del líquido precioso que me da mi hermanito; me alimento del color vacío.

Luz que absorbe la palabra escrita; misterios del humano proceder, son mas que nunca hoy día necesarios.

Para jugar a los mártires, a los bellos efebos andantes, a las princesas absolutas y al caldo de cultivo de una biología molecular.

La fusión nuclear y el arrojo del líder militar; materias de anarquía celeste, lenguajes perdidos, recubren mis pieles de las cuales, me voy deshaciendo lentamente.

La carne color tierra, en su lengua amarilla, rebrota como un caleidoscopio de azufre.

Y el trueno eterno retumba en mis oídos.

Místico en probeta

Le hablo a lo que no esta...

Recubriendo con papel celofán, la hélice de un gran cuerno de narval.

Los millones de zancudos que mate, me llaman desde sus tumbas del olvido; como ha un dictador arrepentido lo despiertan, sus pálidas victimas.

La fuerza del cuchillo ardiente, la palabra de poder reposa en las faldas de una monja loca; ebria de un amor insatisfecho.

El paseo por la calle de la carnada, sus sentidos agotados, las sonrisas deshilachadas.

Mi sotana se revuelve sola, come miel de los bancos mundiales; reprime a los destructores del mar.

Las palizas de mis padres santos, me acomodan la cuerda mental, yo no se mi nombre.

Son muchas letras que no dejan de ser códigos, símbolos; formas y jeroglifos perdidos.

Las cataratas de los ojos viejos, inundan la fe en dios.

La espalda del muchacho que explota en la ira, la pregunta sin respuesta.

Su hermana muerta, su piedra densa; el escupo en la senda y las sandalias del ermitaño.

Y de repente, un ojo solar desnuda la transmisión de los impertinentes; desolla vivos a los inútiles del pensamiento, del sentimiento.

Nos deja juntos, enredados en la escoria del metal precioso.

Bailando las danzas de los gnomos terrestres, las ondinas que brillan bajo el manto de una luna fértil.

El paseo matinal, la mente vaciada y sus servicios secretos; porque toda mente aúlla ante su majestuosa monstruosidad.

Las piernas gordas y heridas del niño sin amor; el recuerda a su madre en su casa, esperándolo para cenar; todo en silencio.

Pero el debe seguir adelante y agarrar con los dientes y las manos, los cuellos de aquellos inmundos del mundo y transformar la materia eterna.

La flor que danza en las llamas del fuego, no se quemara.

Veo castillos de cristal, son grandes, pequeños.

Son muchos; los enemigos les cortan el paso, la mano se levanta y el pecho empieza a arder.

Sulfuros, nitritos; neutrones y hologramas; las ojeras del que despierta antes de tiempo.

¿Que arrebato de violación mitológica te a traído aquí?; ante mi.

Padre eterno, madre santa; sangre pura, hueso limpio.

Compañeros y amigos, ambos sufren por el mismo amor; y veo a cristo que se acerca y me dicta su pasado, su presente y su futuro; cuando aquellos juegan a ser poderosos.

Nosotros estamos domando el dragón que yace submarino.

Sico-violence

Una sustancia extraña, flota en el aire de este país; es la violencia extrema.

La carne se agrieta, los ideales son de papel moneda; el gusto al fracaso es evidente, una guerra es una guerra.

Muchos son los muertos; los enrejados y el gusano blanco que madura en la glotonería del poder.

Como caníbales malditos, el pueblo se alimenta de la sangre del caído; dominado, esparcido, por las junglas y manglares.

Los muertos se rellenan de pólvora y las piedras, los hunden bajo las aguas de los ríos.

Santidad de los feligreses que materializan, el horror supremo.

Que cosas pasan por aquí; la luna roja se eleva; los sueños bolivarianos son traicionados, la carnicería empieza.

Suena el ruido ingrato, del que manda y pone más dinero en la mesa; son los niños los que sufren.

Veo unas manos aun más odiosas, que las del mismísimo diablo; aquí el hombre lo ha superado con creces.

El zorro solitario espera; los comandos heroicos se aglutinan frente al palacio legislativo, todos reciben su parte del botín; la sangre cuesta plata.

En la distancia, las casas esperan los juicios.

Cuando la noche cae, todo es revelado; suenan los disparos, los aviones; las charlas y el desasosiego del que esta encarcelado.

No e visto en ningún otro lugar, la perfecta mentira y el conciente engaño, mejor desarrollado; evolucionado y la manipulación de las personas en Colombia.

Cuando siento el asco sincero, mi alma se imagina que va a quebrarse en mil pedazos; somos los testigos silenciosos bajo amenaza.

Cuando sudas, relinchas de vacío y aprietas el gatillo; ya no hay vuelta atrás.

La mortal realidad, control político, social y armado; el miedo ingresa en la graduación de su significado.

Hombre infrahumano, menos que un animal; perdido y sirviente de la muerte.

Mas allá de lo que termina, esta lo que sufre; maestros del dolor.

Lo que muchos ven en películas de bajo presupuesto; yo lo presencio en la realidad, todos mienten, los diarios, la televisión y sus inútiles noticias, caricaturas de una seriedad inexistente.

La falsificación del espíritu santo, se vende al por mayor; un mercado hambriento, que se traga toda la verdad y escupe los huesos bajo un manto de ignorancia.

La imagen del que mueve los hilos; paga y recibe compromisos, renuncia al paraíso perdido, se alimenta de la mente de los débiles.

Demonios en sus ojos, en su aliento; la insignificante precipitación de los elementos, la química del verdugo en acción.

Y el aroma del sudor, vuelve a controlar el corazón; la violencia engendra un ligero e intenso olor.

Es un olor a sangre que se cuela en los pulmones; es como un vicio, una alucinación precoz del mundo humano, sus anhelos se reducen a una simple pulsion, la de matar.

En la mente una sola cosa despierta y se sostiene; la fuerza de la ira, la que domina todas las facultades y trastorna el niño en mano sangrienta; espada que chorrea un liquido viscoso.

La llamarada humeante de la pólvora; un cuerpo es un cuerpo, tiene un valor concreto, determinado.

La crucifixión de cristo, ocurre aquí todos los días; su agonía es explicita y digna de una película extrema.

Pulp fiction in situ.

La vía de la guerra, no conoce fronteras; no respeta ninguna ley, es la esencia del hombre sicopático.

El odio juega un papel fundamental; nuestra mente tiene que prepararse ante el horror.

Control total; sumisión del hombre, la edad de cuero y perversión triunfa en las calles de los pueblos, veredas, ciudades de Colombia.

Estamos embalsamados en vida; narcotizados por sus manipulaciones, traicionados por nuestro propio ego, nuestro deseo y ambición nos quebrantan la dignidad.

Cada día el hambre cruel, instruye la crueldad del ignorante; vende su alma a precio barato.

La imbecilidad es la muerte del hombre libre; mente ahogada en la brillantina del falso profeta, y un corazón torturado, agotado e incomprendido.

Esta tierra necesita una revolución espiritual, o un magnifico Apocalipsis, fulminante como todas sus masacres, opresiones y arrebatos de idiotez.

La bomba nacional

Se reía, se reía; mientras la bomba explotaba.

Sus dientes, volaban por los aires y el seguía riéndose.

La amistad se agitaba en el suelo, lleno el mundo de pólvora esparcida; su corazón asfixiado, consumía.

Un estruendo y el relámpago; la onda expansiva del contenedor que desintegra la trama vital.

Se reía de su destino, de su vida y su desgracia; el reía y contaba, como la bomba explotaba y le arrancaba, los dedos, los brazos, la inocencia.

La calle humedecida, con el llanto de un perro aislado en una esquina; la ceniza se alzaba y acechaba el universo.

El sol que atardeció y el, se reía; contaba el chiste de la vida, la cabeza mareada, vomitando la angustia y la nausea.

De un momento al otro, el desmayo y la odisea cívica; la ambulancia y los guantes de látex, lentejuelas de la ciencia.

La camilla y el aun, se reía; se reía de su suerte y de la muerte, inquieto, destinado a borrar la mueca del terror.

Sus ojos se apretaban y la boca torcida, unos segundos; pero luego, el nuevamente se reía.

Se paro y se fue sonriendo; angustiado de la inmensidad que lo alejaba de sus manos, de una humanidad sensible.

Tal vez simplemente, cuando se reía; se protegía de la locura y el miedo.

Noventas

Recuerdo al novita, un muchacho britpop chileno de la época de los noventas y el colegio.

Su peinado smith y el cauchito de grasa forrada en la camisa de satín blanco a tono perlado.

Los anteojos cuadrados negros, mil novecientos cincuenta y la mirada melancólica y adusta de lo que no venera el futuro; punk triunfa en nuestras ideas.

Y aunque sin formas duras el novita ansiaba la vida alternativa, como todos nosotros los extraños de aquel extraño país.

La onda dark, lo misterioso y la mujer pálida, sensible, confundidos los dos con la vida; la imagen de un futuro alegre que no alucina en sus pancartas culturales y lo cierto, es que chile se agoto en la guerra contra el fascismo que asfixiaba a las tribus urbanas.

Entonces surgió la juventud media e intelectual, perceptiva y atormentada; buscando el fin del mundo en la mirada fija al océano pacifico.

Lagrimas, mujeres que se van con la altamar y sus vestidos vaporosos que recorren la existencia; no puedo explicar el amor profundo que siento al recordarla a ella, porque fue una de nosotros.

El novita quedo en el pasado y ya van mas de 10 que no se nada de el, y aunque nunca fuimos amigos yo aun lo echo de menos de vez en cuando.

La época dorada del sufrimiento, la investigación pura y eterna en su esfera intensa y liberal.

Radicales libres, jóvenes que al quebrar esquemas nos llenábamos de la energía vital de lo interior; tribu, familia, participes de un paso agitado y excesivo en todo caso a nuestra hermosa y demacrada bohemia chilena.

Y es como un glamour que no brilla aquella fuerza intensa que existe en la amistad, estar solos, mirando fijo hacia la calle y los carros; la música que nos lleva y encontramos todo aquello que jamás quisieron darnos en ella.

Libertad, anarquía y esplendor, un espíritu aventurero, sediento de la vida y de tu grande y poderosa mirada, esencia eterna del poder enérgico absoluto y creativo.

La noche y sus estrellas que no visten ningún diseño de la moda, el mar y su alegato imponente al pequeño desierto de arena que es su playa existencial.

Tenemos los recuerdos desfasados de una historia demasiado hermosa, la incalculable indecisión de un barco embrujado en trayectoria hacia el sureste.

Somos vástagos de un pueblo heroico en su desgracia e iluminado por la luz de un nuevo prometeo en masa, una ecuación ingrata, contemplativa, disfuncional, apática.

Y ahora el mundo sigue siendo hermoso a veces, pero es yaun poco más frío y aburrido a nivel social; más bien muchísimo más frío y aburrido ahora.

No se si sea Colombia, pero lo cierto es que aquellos días de intensa emoción y efervescentes tumultos callejeros, riñas de amor y aullidos delirantes, me suenan como una obertura fugitiva, interpretada en su corazón de alimaña sagrada.



[1] Programación Neuro lingüística. Método científico y psíquico de transformación de la conducta humana, en base a la reprogramación mental positiva y conciente.

[2] Ejercito de liberación nacional; falange armada de accionar guerrillero, Colombia.


[s1]1 MASS ingles, masa; de la masa fisica molecular, masa, aglomeracion multitudinaria de personas; gran cantidad de gente.

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