La operación de la hipocresía...
El cristianismo como religión fundamental del yo absoluto, implica una renuncia al mundo y por lo tanto a la naturaleza misma de los cuerpos en todo su esplendor, ya que extrapola la realidad bajo la óptica social del bien y el mal en cuanto a efectos de entidades siempre ajenas al hombre; así el creyente ya esta "disociado" en su "obligación" de asumir decisiones morales y en como ve, que estas influyen y afectan la vida de otros...
Describe un vértigo egoísta, por medio de las tentaciones que le afectan constantemente y derivan en formas de amenaza y angustia, vacío y violencia, hambre y dudas por doquier; el eje es la ambición del poder sensorial, y el control de las situaciones socio-políticas producto de las tensiones culturales, de esta forma; se produce una dislocación fatal del cuerpo propio y lo ajeno del anima psíquica universal...
La virtud degenera en la entidad fragmentada en dos fuerzas contrariadas actuando en relación de extremos que subsisten, en el espacio oceánico de pensamientos y emociones mezcladas en las contradicciones, y por medio de la intención "secreta" que mueve y conmueve, se siembra en la apariencia una identidad amaestrada del personaje ideal zoroástrico; se construye una mascara y refuerza un fantasma de ideal platónico a su vez, por sobre el mundo real y el mismísimo impulso de estar vivos...
La búsqueda "Acuerda" el sentimiento psicópata en la idea de un reino de dios trascendente y que solo se obtiene y resuelve, bajo el trauma de un sangriento ocaso en la forma de rito de paso bajo la estructura de una experiencia espiritual "mortal", la que siempre es dolorosa y terrible; se hace tortura que destruye el cuerpo y la mente se derrumba, se transforma al "mas allá" de una forma dramática y trágica a imagen y semejanza del destino fatal del propio ejemplo en vida que dio un profeta "divino" llamado Jesús; la identidad se quiebra y deriva en crucifixión personal, la inmolación del poder bajo el ardor de un dolor psíquico y sexual que produce el placer de alcanzar la ataraxia, en la perdida del sentido de todo deseo y agrado de la propiedad terrena y externa de algo o "alguien"; la riqueza y el gozo se hacen causas de una caída "eterna" al infierno en lo presente, buscando el escape místico al futuro perfecto en lo infinito...
La fe cristiana descendiente directamente de la ideología platónica y mazdeísta, pero "desterritorializa" el dogma individual de una libertad de acción ya desnaturalizada, por medio del auge de un concepto llamado "libre albedrío" como algo ajeno, pero acorde a una moral social colectiva; se hace edificio e institución religiosa y cultural, generando identidad colectiva en la impronta de un bien y un mal universal bien representado en costumbre y valor ético y estético...
Esta dualidad se convierte en la utopía de una conquista sagrada, bajo el rotulo de la igualdad ontológica por sobre todas las cosas que son variables y variantes de lo único y absoluto, formas diferenciadas y alteradas de si mismas ya que se aplica y predica, que solo existe un posible destino humano y cósmico en la verdad universal cargada de dios; algo bajo el nombre y comando de espíritu santo y afuera queda todo el resto herético, ya que esto ajeno, solo es la sobra-sombra-tiniebla y desgaste, de lo que algún día se pretendía como lo pleno, perfecto e ideal, lo eterno y sagrado; pero el problema es humano y no trascendental y he allí el engaño de nuestras concepciones de absoluto, eterno y omnipotente...
La totalidad se fragmenta y los detalles se pierden bajo un manto de culpa y redención, de un castigo que solo puede cobrar sentido y valor, en la transgresión de todo mandamiento que regula las conductas sociales; al rendir nuestra personalidad propia a un poder desbordante del yo universal...
Surge una suerte de leviathan metafísico que absorbe y traga el todo y a todos, dándonos la ansiada paz, "a love supreme", bajo un completo y continuo rechazo y hastío de estar vivos...
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