identidad y pos-modernismo...
Desarrollo y construcción de identidad
La construcción de identidad histórica en la época post-moderna
El fenómeno de la construcción de la identidad individualista en la posmodernidad, fue algo fascinante así como aterrador, (tensión egoísta del vacío de la perdida de ideologías colectivas), y podría muy bien ser entendido esto, como una "labor" latente y potencial del surgimiento de un nudo narcisista generalizado, en el sentido de “ente” totalitario en la identidad, que se insertara como ideal novedoso, en nuestros hábitos y costumbres impulsados por las políticas del neo liberalismo radical de aquellos años, de fines de la década de los 70 y durante el 80 y hasta hoy día.
Esto ocurre en relación a la (de)construcción de la personalidad humana al constituirse como sujeto, ahora desde sus esferas privadas por medio de la identidad forjada por la propaganda que ofrece “consuelo” y salida, al desencantado individuo perdido en el anonimato de las mareas de las masas, luego del paroxismo social, emergente y espiritual de los 60 y principios de los 70 en donde los márgenes internos societarios fueron denunciados y reivindicados; (en forma de “minorías” sociales, cada vez más exigentes de derechos y libertades, mujeres, razas, emigrantes, etc.), hacia una magistral entrega al efectismo sensorial, visual, de lenguaje “enajenante” de finales de los 70 en donde la evasión se hace un arte y; entrando ya más duro y parejo de lleno en el paradigma mercantil, tecnológico, triunfalista y abstracto que anestesió a millones por medio del control de los “mass media”, las telecomunicaciones de alto impacto y la tiranía omnipotente de la publicidad en todo lugar, durante aquella época de los 80 y que aun nos influye hoy día, aunque con ciertas variantes.
Fue el tiempo en donde un ser ya no significaba tanto como elemento de relación activa con los demás, sino como maquinaria de ejecución de tareas, mecanismos de (re)producción técnica o creación de servicios y sus demandas en el ámbito del trabajo productivo y cultural, visto todo como una necesidad de economizar al máximo la idea humanista, y que se aplico en el control del entretenimiento y el gasto, como recurso de expresión de “libertades” humanas.
Fue así que la identidad humana se supeditaba a resolver(se) y asistir el flujo constante de bienes y materiales de una “estabilidad” del sistema neo liberal que entregaba el derecho al trabajo como un rol preciado en sí mismo y dominante pero que para efectos de asociación social, realmente se perdían como fines ideológicos altruista, en pocas palabras la gente se plegaba a la idea de maquinaria conductista del capitalismo del nuevo orden; y por lo tanto así es como el narcisismo y la indiferencia posmoderna surgen como marca distintiva de nuestra identidad cultural.
Producto de la inversión de este proceso revolucionario, en contrarrevolución económica, apoyada en la sombra por las acciones de fuerza y represión focalizada, el individuo se vio en la necesidad de resolver su relación con el otro ahora, como un medio para alcanzar sus propios fines egoístas, sin ningún problema o traba de conciencia o pensamientos moralizantes que totalizaron ideologías y enfrentamientos masivos donde, la idea del super yo ideal en contrapartida con el ello satanizado como la imagen de un enemigo externo, que era sublimado en un “laissez faire” interno, en el mercado de productos y servicios, tecnologías e innovaciones del individuo en su esfera privada; se construye el consumismo y el crédito como función personal; ahora uno era libre por adscripción a algún partido político así como a un club de fútbol o ser fan de alguna tipo de música y en todo eso, coexistían ya maneras de legitimar por medio de la apariencia organizada una aparente ilusión de libertad de pensamiento, que en realidad era más una válvula de escape de las tensiones que una libertad real, era y en parte aun es; una libertad de elegir entre las opciones que el sistema, permitía que existieran y así, no quedaba otro reducto de independencia o rebeldía, de resolución que la del si mismo, como “nación” dentro de la nación, el estado como concepto de apoyo y solidario se derrumbaba totalmente, dando paso a un nuevo estado, mucho más distanciado del quehacer público, más bien un estado administrativo y vigilante de que los individuos, puedan ser libres siempre y cuando; cumplan sus deberes contractuales; definidos por el banco mundial e inversionistas de transnacionales, en el documento de 1965; “la convención de Washington”, quedando el individuo ya replegado a encontrar la “felicidad”, en la adquisición y el gozo o la nausea del reflejo de uno mismo; como espacio de independencia.
(Revisar documento de, “la convención de Washington”, 1965, en el link: http://www.arbitrajecomercial.com/BancoConocimiento/C/convencion_de_washington/convencion_de_washington.asp
Y en http://www.cartapacio.edu.ar/ojs/index.php/centro/article/viewFile/582/458, pg. 1 de Jorge stahli, 2000)
El posmodernismo y su pesimismo desencantado, se dedico a de productos representativos de esa idea, en el mercado. También hablo en relación a lo publico visto como lo devastado de credibilidad; generando una “modulación” de onda fragmentada, tendiente como ya hemos repetido, al carácter hedonista y Narciso al replegarse de todo sentido colectivo, en la identidad.
Acostumbrarse a la idea de lo privado como ejemplo de progreso y evolución social y económica por sobre lo público, a no creer en nada más que nuestro propio esfuerzo, y a comprender que las reglas del juego era las de una competencia en donde solo la adquisición de o la capacidad de; valen ya como fundamentos de sentido existencial.
Nada de esto hubiera sido posible, de no haber ocurrido la des-articulación y demolición sensible de nuestros ideales de colectividad solidaria o emancipada de la idea del lucro como valor social, el neo liberalismo asienta el gran golpe final de su teoría imperialista, implementando en la cultura del territorio ya conquistado, a sangre y fuego si era necesario, como el fundamento de nuestro sentido de estar aquí, de participar y cómo hacerlo en nuestras sociedades; proyectos económicos políticos de intereses que nunca se hacían evidentes ante nuestros ojos; ese deseo existencial como principal motor de control social, se convirtió en la promesa liberal, pero el posmodernismo reflejo en su desconfianza sumisa, en su deterioro moral y en su relajo de los sentidos, un repliegue a sí mismo, como fuente de consuelo, escape y adoración, de satisfacción y así deriva lo más seguro, el narcisismo y las filias, los trastornos obsesivo compulsivos y las psicopatías derivadas, pero como siempre el individuo se plantea en relación al como lo percibe otro, para evitar la problemática de relacionarse con los otros y aun mas, con ese gran hermano, ese ojo que todo lo ve a manera policial pero bondadosa, de advertencia, de siempre amenaza paternalista, que viene siendo que el terror que se ha hecho angustia y hastío, y que funciona a veces, a manera regulante de la pulsión que conforma el súper yo y el ego, en implantes modelos de seducción y sublimación en esta época.
La rebeldía se desplaza al no importarse, al figurar posturas límbicas en apariencias, al juego del manierismo de estar en el bando triunfal, en el aceptar la muerte del enemigo y comprender que aunque se entienda, se sepa lo que ocurre, ya no hay manera de cambiarlo y eso, genera el repliegue al sí mismo, en “no estar ni allí” con el resto y el mundo, más que de una manera instrumental y como medio de, resolver nuestra identidad.
En Chile la generación de la abstención moral, fue la del 80 y 90, en ese sentido se vive aquí, un poco lo que se construye como identidad cercana a este proceso hedonista desencantado en ese periodo fuertemente; sin embargo, el proceso a variado en estas últimas décadas; mas sin embargo, la identidad se mantiene aun definiendo por status de poder adquisitivo y mercado.
Cuando llego el fin de las utopías y los idealismos producto del “y no paso nada”, la humanidad se obsesiono con las quimeras de la ciencia biotecnológica y las ingenierías; como auges metodológicos de aplicación disciplinaria asistidas, por el nuevo gran poder de los medios y el muro de la realidad económica se impuso frente a toda vinculación política que no fuera, mediada por el dinero y la capacidad constructiva de este, de estatus y por lo tanto, de identidad;
“Este capitalismo dotado de una gigantesca capacidad productiva, necesita instalar en las subjetividades el consumo como deseo. Pero como abomina de la posible morosidad de este deseo, de la tendencia a cocerse a fuego lento, también busca instalar, en el interior de cada uno, los impulsos voraces hacia el consumo, la actitud hedonista.”.(Tomas Moulian, El consumo me consume, pg. 22, 1993, Lom editores)
Cuando ya todo lo que esta dicho y relamido, se conocía y había visto fracasar o haber dudado, se comprendería del vivir aquí y ahora de inmediato, los “fast food”, café instantáneo y otros dispositivos para acelerar las funciones molestas a la producción y, alargar los horarios de las funciones de producción, esta es la época en la cual mas se reafirma la idea de que tiempo es; dinero, y esencialmente es el ser el que existe y se desarrolla en el tiempo, por lo tanto, no esperando al después ni pensando en el antes, el individuo se acostumbro a actuar así, a conformar una identidad rápida, cíclica, reciclable, algo así como un guardarropas de tipologías de ser relación, unas en el territorio dominante y triunfador que define la idea fija del progreso económico, y otra la obliteración doblegada del fallo y el fracaso como recurso histórico de todo aquello, que se demuestra como defectuoso, a sistémico, poco práctico y disfuncional, entonces es el miedo a la evidencia lo que se hace un peligro en esta época, donde las identidades se revisten de mascaras de apariencia autocomplaciente y “fuerte” o de estrategias victimizantes o “acabronadas”, en este nuevo juego del polímero de esta democracia que anuncia un sálvese quien pueda y por sus propios medios.
la publicidad en aquellas épocas instauro una manera de ser humano, en la preferencia de estilo al mismo tiempo que de uso real; derivando en su enajenación en el personaje que vive su síntoma y se aprovecha del momento porque mañana, realmente no existe a nivel práctico cuando ya estamos desencantados y hay que sobrevivir ahora en este neo darwinismo liberal, surge el fundamente de la identidad funcional y efectiva, en contraste a la identidad disyuntiva; (fenómeno del empleado del mes, construcción de ídolos pop en todo espacio cultural, los ganadores vistos como ejemplo moral); de aquí nace el fetiche de la perversión light y el “no future” repulsa del anarquismo hecho eslogan de adolescentes “sobrantes” de este sistema; (sex pistols, album never mind the bollocks y convertido en consigna punk callejera; 1973).
La identidad en el posmodernismo se instala en la promesa de “adquirir” por fin la igualdad social, en los milagros de la ingeniería económica y la movilidad del mercado laboral, pero que en el fondo aumenta aun más la angustia del ser; de todo lo que se comercializa a toda hora y en todo lugar, en fanfarrias de una sublime obediencia erótica y robótica al ser perfecto en los maquillajes, (los 60 habrían la posibilidad de entender que todo es una ilusión de los sentidos), y conquistarse uno por medio de la imagen pública de su realidad privada, el circulo semántico de construcción de identidad se cierra y torna en lógica.
Pues esta era una posibilidad muy seductora al de la conducta narcisista y del rey midas, que al ver todo como valor, justamente le impide de convertirse el mismo en un valor mas allá de lo material, y agregando que entonces, lo que primero fue solo algo nominal; luego fue dándose cada vez más, a la decadencia y a la vez, de “pasmosidad” y asombro.
¿Qué hizo el humano frente al sentido electrónico y extraterrestre de esta nueva era de neón y enlatados?, pues nutrirse de una investigación alienante de la individualidad propia en la capacidad de “admirar” nuestras sociedades ya no como estadios públicos sino mas bien privados, pobladas de adelantos tecnológicos al servicio familiar y personal, por medio de la oferta del mercado, de la sofisticación y el confort como las nuevas formas de sublimar aquella pulsión de gozo y libertad, pero en el fondo más bien diría yo, de necesidad de contacto, como la no represión; pensando en la obra de Sigmund Freud y el fin de las ideas totales, al servicio de una sola cosa, la satisfacción propia; la identidad Narcisa en conflicto con lo ajeno;
“el capitalismo se desarrollo bajo la égida de la ética protestante en orden tecno económico y en su cultura tendiente a la acumulación del capital, del progreso y del orden social; pero a medida que el hedonismo se ha ido imponiendo como valor ultimo legalizado del capitalismo, es que este a perdido su carácter de totalidad orgánica; la crisis de las sociedades modernas es ante todo cultural y espiritual”, (la era del vacío; Gilles Lipovetsky, pg. 85, 1983);
Por consenso se entienden las lógicas, los ojos son los que miran, los instrumentos de percepción, lo que pasaba es que la gente no se daba cuenta que hasta ese momento en que entro el postmodernismo a explotarse, como la construcción social de identidad de masas, era también la influencia de los medios de telecomunicaciones que recién en esta época, realmente se iban masificando y distribuyendo a gran escala; (televisores, radios, equipos sonoros hi fi, walkman, y otros adelantes de la tecnología de las comunicaciones y lo visual; el arte pop instaura la reproducción en masa como un arte, dándole la connotación de, “acción artística al consumo”; todo esto es algo tan típico y necesario para cualquier régimen totalitario; lo que deriva en el capitalismo neo liberal del 80 en adelante, con toda su parafernalia al culto a la imagen corporativa;
“el orden tecno económico o estructura social (organización de la producción, tecnología, estructura socio profesional, reparto, de los bienes y servicios), esta regido por la racionalidad funcional”; (la era del vacío; Gilles Lipovetsky, pg. 85, 1983).
Para matizar, indicare que una dinámica epistemiológica que permita entender al ser enunciarse de manera valorica y por ende, moral que decaía brutalmente en picada en esa época, fue gestada de la misma tensión social del desencanto, la banalidad y la idiotez que se convirtieron en actitudes y estéticas generalizadas de identificación en la población mundial, hasta ese entonces a poca gente le interesaría identificarse con marginalismos o excentricidades, producto de su poder económico si lo harían y en ese sentido en honor a Michel Foucault, me atrevería a decir que el posmodernismo intenta “integrar” por primera vez, la anormalidad producto de la amoralidad, como postura relativa al poder siempre adquisitivo del dinero, en la compra de libertades, necesidades básicas y otras superfluas, más que a cualquier ideal político o metafísico fijo; en pocas palabras, con dinero se puede acceder al todo inclusive, de ser y actuar de manera exótica, aberrante, excesiva y grosera si tu estatus te lo permite; y es con este triunfo y auge del capitalismo orgulloso y jactancioso de sí mismo como dador de las libertades y absolutos tan deseados por el hombre, que cae en su misma trampa; por ende en la década del 70 y 80, es que la identidad es bastante modificada por todo esto, hacia una tendencia narcisista y desechable, de todo lo rápido, de todo lo vacío.
Básica y fundamentalmente, el eje del poder vario en relación y hacia el poder de un individualismo adquisitivo, comparándose al del otro y el resto siempre, se hizo fundamento del ejercicio concreto de libertades y por lo tanto, derechos de la “actitud” económica del vivir el presente, tender hacia el consumo y la postergación de toda promesa metafísica mística o científica, integrase al diagrama contractual, para la creación de esta neo "estructura" humana, política y operante en aras del triunfalismo económico, llamada sociedad posmoderna, formada por grupos o entidades colectivas fragmentadas en mil facciones y tendencias, que intentan redimirse en infinidades de modas y tipologias de preferencias, (acciones de función política, económica y sexual en esencia que entregan sensación de identidad a fin de cuentas), llamadas a surgir durante las décadas de los 70 y 80 y en adelante, también como lenguaje significante habiendo cambiado “irremediablemente”, la forma de percibirse a uno mismo y al mundo en general.
Esta es la era posmoderna, del bloque azul ganando tremendo terreno; de la tensión totalmente atomizada después de la gran guerra y el temor al fin del mundo, y el “capitalizmo” escrito con Z, dejando a la lógica el sentido de esa letra dispuesta allí por algo; absorbiendo todo y a todos en su utopía abstracta económica un sistema que determino triunfar por medio de otras guerras, micro estrategias de guerrilla asistida en la población civil, y el periodo de focalización del conflicto y ejercicio de la violencia "legal" de estado, principalmente en las comunidades conflictivas de sus países y en el 3° mundo, fueron y aun son, época de violencias focales, locales, estratégicas del barrio y la calle, auge de la nueva frontera de mafia y el valor del hombre de poder, mas allá de cualquier moral, si el fin era logrado, entonces todo estaba bien; por eso el hedonismo orgánico en la des-articulación del otro y uno como una cosa, para uso y siempre presto a la actividad del devorasen, producto del territorio compartido por tolerancia mas que por aceptación en la consumación de un ideal que adormece los sentidos, de tanto estimularlos, y es por todo esto que se derivo en el hastío y la anorexia como auto castigo narciso.
Como es que la identidad que el posmodernismo requiere que exista y se fundamente en el sentido de si mismo, por medio de la seducción estándar que la idea del "bienestar" y la complacencia ejercen tentación, forjada en el progreso técnico y tecnológico, estético del diseño y la función desechable de todo lo que esta allí para usarse y reemplazarse; (seres humanos incluidos); en la des-personalización del individuo, cada vez más fuerte, intensa y alienante.
Esta es la disolución de toda utopía o "localismos", en la construcción de identidades globales de sus participantes atomizados, para ejercer, organizar, administrar e identificar símbolos y justificar(se) rápidos como poderes pragmáticos facticos ante el mundo por medio del tener, devenir en el flujo histórico y el advenimiento de un sentido orgánico de vitalidad crítica y presente en la constante que cambia a cada estación así como emblema de avance y desarrollo; de incremento de calidad de vida en lo absoluto de su "identidad" totalitaria y enajenada ante su propia imagen del espejo, así como el niño se mira y se descubre, las sociedad posmoderna elaboraron el mismo efecto ante si mismas, se entienden en la distancia pero no se tocan a si mismo, sino a su imagen refleja, así se reconoce y construyen las nuevas identidades, pero que aun se siente ajenas, distantes, incompletas, incomunicadas del mundo, están en el mundo.
La identidad es de esta forma el "sentido del ser" que se mira en el espejo del que se parece a uno y el que se distingue del resto, ¿pero que esta mirando?, ¿que es lo que reconoce alli?; en el desmedro del "sentido del ser colectivo" y evasión narcisista y así, lo engancha tanto a nivel publico como privado, en el juego ontológico de su propia relación política y cultural con la exclusividad, con ser único funcionando en contraste y tensión latente ante el aburrimiento y la subyugante que el sistema capitalista extremo, genera inevitablemente en las personas producto de sus requerimientos sociales y económicos, cada vez mas extenuantes mas válvulas de escape son necesarias y el circulo vicioso, se fortalece.
las misma formaciones de identidad que van buscando una estabilidad normal, formal ante el poder que se les ofrece; y que varia en sus puntos de vista frente a la manera de estar, participar, de integrarse por referencia e interés dinamitan la relación con el otro; en este momento y aun hoy día, perduran como exacerbación de aquellos triunfos y fracasos de la política de la propaganda generalizada en las estanterías repletas de cosas "lindas" pero inservibles del supermercado y el consumo de bienes y servicios de manera tan implementada, pero vacías de sentidos profundos; esta es la heredera del “laissez faire” en la holgura de la disciplina estética y en el rigor de las atrocidades de las grandes guerras, el recuerdo de la hecatombe y el miedo, como participe importante de la construcción de identidades.
sera que el dispositivo espíritu del tirano, del amo se antojara entonces con el ejercicio de una violencia atroz en solo ciertas superficies, en micro puntos, dentro de las zonas del poder occidental y también, en las que derivaron del cuerpo físico como político y por ende, cultural vencido ante el destello sibarita y compulsivo.
Y fue en la costumbre de entender el poder como efecto de justicia y por lo tanto, en la construcción de identidad correcta en relación al ejercicio de ese poder civil, de universo privado que el mercado capitalista habría logrado por fin su triunfo, pero justamente es aquí, en esta coyuntura que se establece durante los 80, cuando se establece “la convención de Washington” como plan maestro de dominio mundial, que se indico esencialmente el endurecimiento de las políticas publicas y de los controles violentos sobre la población, influyendo en las personalidades humanas.
¿y porque tendría que tener sentido la identidad aquí entonces?, ¿no sera una suerte de utilitarismo psicológico laboral?; tal vez la respuesta es muy simple, pues sirve para ejercer por medio de las costumbres alteradas por la idea de "improvement", las conductas reformuladas y los hábitos y acciones adquiridas por influencia en los individuos, que fragmentaron las maneras de ser y hacer colectivas, para cumplir roles, funciones, pulsiones societarias e interpretativas del ser cada vez mas individualizado y egoísta conectado a los roles por medio de la nominalidad de aquellas labores, que se establezcan por norma o convención otra vez, política y por ende cultural, y esto es lo que moldea individuos a fin de cuentas; con todas las novedades plásticas, del mercado, la extra agilidad y velocidades adquirirías, siempre a la mano.
Creo que en cierto sentido; el nuevo dios pos-moderno, y su ídolo el dinero.
bien sean estas identidades, obligadas, sugeridas, sublimadas muchas veces o de un supuesto libre albedrío, se han definido como fuerzas de ley, y para comprender su intención verdadera, deberíamos preguntarnos acerca de lo que se entiende hoy día como lógica de la libertad, mas bien, el ejercicio de la libertad en la dialéctica de la posmodernidad de una identidad hecha como reflejos materializados de aquellos sentidos fragmentados, herederos de la maquina y el serialismo, que justifican "funciones" sociales, y augures de los milagros de la farmacéutica y el futurismo re-visitado por lo tanto, en la sociedad de la posmodernidad no hay identidad posible o de "interés", sin la alteridad de contrastante que la justifique en una comparación constante ante si misma y de allí, que se establece el narcisismo como endiosamiento del ser triunfalista y a la vez trágico.
Así se genera una tensión competitiva y totalitaria en la representación de lo que es perfecto y deseable, efectivo y funcional; se instaura "la era del vacío", tal como lo indicaba magistralmente el titulo del libro homónimo Gilles Lipovetsky allá por los ochentas (G. Lipovetsky; la era del vacío, ensayos del individualismo contemporáneo, París, 1983).
las sociedades necesitan que se cumplan ciertos efectos, trabajos y objetivos requeridos, vistos estos como deseables, estables, necesarios para la sobre-vivencia cultural, bien sea esta vista como colectiva o individual; y se que aquí el planteamiento recae en una cierta visión muy estructuralista del sentido de ser, nación legión o colectividad; pero si solo si, se entiende esta idea, como el enunciado que permite (que instaura las mismas relaciones de poder dentro de una estructura social cultural), como el orden de "factura" humana de "idealismo moralizante", que establece lo que es una identidad. Pero esta identidad, desde el advenimiento de la posmodernidad que ejercer ahora una "tensión" conceptual tremenda, tiene un sentido propio entre el desborde y la falta de "forma concreta" y es necesario el plantearlo todo así; para reafirmar luego en la hipótesis que expondré en este ensayo, como es la transformación radical que la posmodernidad a ejercido en la manera de ser y hacer identidad en la humanidad.
hablo acerca de la influencia en la construcción de identidad (totalizada y a la vez fragmentada); por la influencia directa de la filosofía de las sociedades postmodernas, y como el proceso desligado también de la influencia del modernismo como respuesta al progreso y la evolución humana, esta en el núcleo y génesis conceptual de esta identidad totalitaria y violenta al máximo (american psycho, bret easton ellis, 1991), tan propia del pos-modernismo en donde la abulia y la esquizofrenia colectiva, se distraen y aterran con y en la crueldad de su propia utopía sublime en decadencia, y de la belleza relativa y de todos los miles de, "ismos" que hoy día la pueblan y confluyen, que son como cadenas tendientes a múltiples ejes de fuerza que descuartizan la esperanza y lo bonito, en puras tensiones e intereses que contorsionan aun mas esta identidad, por millones de caminos que nutren las nuevas posibilidades de personalidades múltiples humanas, y esquizofrenias sin sentido, que van dejando al ser muy frecuentemente en un mar de mas de lo mismo, la obsesión por la decepción y el escape al uso y abuso de todo cuanto pueda estar en nuestras manos, en nuestras mentes, en nuestra identidad postmoderna...
todo esto se fundamenta en relación al "cultivo" o estimulo hoy día a querer ser, deber ser y así; cumplir deseos pulsares, cumplir sentidos que es en realidad, fundamentar nuestra existencia en base al síntoma mas que al complejo; en tipos de personalidades escindidas, comprendidas estas como fuerza de acción replicante, la vida en contradicción vital y sin embargo, con una sonrisa en la cara; como representaciones de "masa" por la inercia de la moda y la propaganda, como encarnaciones representativas de funciones morales, económicas y culturales, (el humano maquina); de fuerzas sociales que imperan a manera de sistemas de influencia cibernética e ingeniería social aplicada, (recomiendo revisar aquí la obra del gran Norbert Weiner), identidades de sentidos que permiten, actuando en conjunto, alcanzar cierto estatus e intereses, ideales vistos como necesarios, importantes, absolutos, realizados como fines en los medios mismos de acción, como humano "virus", como humano replicante, como inteligencia diferenciada de un sentido profundo, como lógica pura y matemática.
de allí que al relacionar identidad con posmodernidad en este ensayo, e reflexionado en la identidad que se convierte ahora, en una manera de "enunciar" el poder abstracto y absoluto sobre sí mismo, como escape a una realidad imperante a toda costa de la represión y así disolvente con los seres humanos, a partir de lo que ellos mismos piensan y asumen como realidad posible, y de los medios que la harían posible, se construye la identidad desde su condición de poder material adquirido siempre hambriento y no tanto, del discurso o la cualidad moral o metafísica, en donde a mi ver, es el súper yo "expropiado" y puesto en la imagen y semejanza de este nuevo estado ahora declarado, como exigente y vigilante para con el individuo y sus conductas, la violencia administrada como mercancía cultural; pero estructura de estado neo liberal peligroso pero también benévolo si se portan bien y cumplen, y en la identidad que permite actuar en el, de algo que se construye como un yo que adolece o goza de su suerte en el silencio del conformismo o en la neurosis del embriague el exceso de fin de semana y el despilfarro en las tiendas y la exageración de exposición publica.
la época de los escándalos y las vergüenzas del morbo y la pornografía estilizada; puesto que al fundamentado del poder se añade un leitmotiv de la fama como recurso a la eternidad del alma; y de su presencia total en la reconstrucción de una identidad ahora por medio del poder del dinero y los bienes que se obtienen, pero mas que nada, del gusto por mirarse al espejo siendo uno, ese personaje que se asemeja o distancia del ídolo cultural, de todas las cosas míticas que le rodean y le significan y así, donde se atrapa en el reflejo que le demuestra que está logrando siempre algo mas, que está logrando la hermosura de la gloria y el ideal, por medio siempre, de una modificación en el verse la imagen de sí mismo, tanto como un concepto legitimo, de resistencia o de proyecto; pues la misma explicación de identidades diferenciadas que entrega Manuel Castells, es ya influida y derivada justamente, de la observación reflexiva del fenómeno del pos-modernismo sobre la construcción de identidad social y su fuerte impronta egoísta y Narcisa de este momento actual, derivado del pos-modernismo.
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