Ten Little monkeys and the Tiger...



En el mundo actual, existe la forma última de consuelo llamada "integridad", algo difícil de encontrar y aún más duro de permanecer en ello al lograr, pero esta manera no es perfecta en relación a otros, porque todos quieren lo mismo en realidad, la fantasía de entretenerse y olvidar lo que ansían realmente bajo lo que acontece de su propio ensueño, y esto es lo que definen como lo ideal, lo mejor, pero luego lo vivencian muy diferente al sentido que nos guia de par en par...

Ello es sólo en formas que nos atrevemos a conectar y enlazar como historias, relatos vivos y estados de gracia que indican muchos, mas solo un punto exacto en donde el mundo entero se convierte en tranquilidad, sin embargo; ¿porque se insiste tanto en que la única vía de alcanzar la paz, sea con la preparación de una guerra?, ¿con el esfuerzo de la personalidad en relación a los demás?

Todo ser sincero debe aprender a engañar, velar, distanciar para no incordiar, y esta es la gran paradoja social, la libertad se asemeja a una idea perdida en la ganancia de mi propio aliento...

Ello es, debido justamente a nuestras ansias de poder lograr, de llegar allí, triunfar, coronar por falta de algo o alguien, no por complexión total, y la belleza es logro, la fuerza un triunfo en desarrollo, la bondad un mérito alcanzado por adiestramiento y la banalidad, sólo el resultado final de todo ese esfuerzo predicho... 


Todas estas cosas se han convertido en eventos desplazados del presente, se han vuelto amenazas o incentivos internos y externos para seguir queriendo, han dejado en resumen, de ser simplemente una capacidad de experiencia inmediata y fluida al existir sin más; se han convertido en simples promesas y engaños, o en la "zanahoria" que hace al burro andar...

¿Y qué es lo que nos entrega la absoluta plenitud integral?, si es que es por luchar y esforzar, entonces si es la guerra, constante y sin importar si es por fluir o actuar, entonces luego la paz, como estado de paso; pero ni la paz o en la guerra dejarán de ser suyos los conceptos o enseñanzas que les niegan y alienan, y aún más; que te alejan de la naturaleza pura esencial, porque son sistematizaciones de algo que es mucho más directo y vital, la máscara que nos permite "vernos", pero que así mismo nos niega la unidad real...

¿Que como nos engaña y aliena?, pues simple, cuando se convierten en mandatorios para nuestra felicidad o plenitud integral, por condición de ser cuando se transforman en presiones y forzamientos de un estado que se hace negativo en la realidad, negativo como un estadio que debe desaparecer para cambiar, o incluso cuando en lo positivo nos concuerda al sentido de cambiar, en ello nos escondemos de todo lo que se impone como lo magnánimo y real...

La maravilla no es entonces poder lograr, llegar, coronar, la maravilla no es tampoco un simple andar o dejar de estar, la maravilla es que al develar de dónde es que nace y fluye el verdadero gozo y poder vital, nos encontramos tan solos que ese mismo estremecimiento espantoso, es lo que hace actuar sin pensar, vivir sin maniobrar, fluir completo y natural...

Se olvida en los conceptos la genuina verdad de lo que nos permite ser humanos, solo cosas plagadas de ideas, y ya que a todos nos hace querer buscar y actuar, lo es porque somos simple identidad en fuga o en proyección mortal, sabiendo que somos demasiados ya, somos lo que no importa ni necesita que se indique como tal, porque este mismo "somos" es ya una capa importantísima del reconocer y estar, pero en sociedad, y es nada más que el recubrimiento de lo que aún no entiende, o no le importa hacerse ver ni estar...

Otros dicen que se encuentra el destino en ciertos personajes que reflejan nuestras verdades como posibilidades rotundas, y en ello el tiempo no existe como un límite sino como mera posibilidad en consecuencia, universos paralelos y doppelganger en los que la proyección de nuestros odios y amores se materializa en seres concretos, y dicen que la única característica de la mente es justamente, que puede y debe proyectar; detectar la respuesta al hábito más seguro en lo que de esta proyección mental, ocurre como un juego al habito del pescador con su anzuelo y nada más...


Entonces; lo que creemos ser nosotros, es solo el pez que alcanzamos con nuestro anzuelo cognitivo y que se retuerce en el aire cuando es visto, detectado, el pescador; es la fuerza que se esconde detrás del deseo y la aversión a ciertas cosas, lo que decide y divide en categorías que danzan en la pantalla de lo "real"...

Se describen como apariencias de importancia y fuerza, pero esto es solo porque aquello que muy someramente han dicho aquí, que lo es como el "pescador", y que no es dios a este ver "mágico", ya que un dios clásico se empeña en "crear" lo que ya estaba dispuesto de mucho antes, (que aun cuando en realidad solo ordena y transforma lo que ya hay) todos los pueblos salvo el "silencioso" han descrito como "creación" y por ende; engañan al que piensa que es de origen o en la fuente esa realidad, y es por esto que se atan a la fuerza temporal, la secuencia que los hace entender la vida como estructura en secuencia...


Hay un punto "secreto" a simple vista, la idea de confusión, algo que en ello está emergiendo potencia esencial, de que siempre hay algo más porque uno observa que aparece, pero ya está cuando hay algo menos en qué pensar, la ilusión pragmática de la realidad en la identidad, como bloque y masa humana, la sensación de especie y diferencia anhelada...

Lo que llamamos "nuestra" mente, es lo que nos ha convertido en máquinas de socializar, por un fin muy simple de sobrevivencia social, pero no porque esa sea la realidad fundamental de lo que se esconde bajo el manto de la personalidad, y ahora entiendes que es lo que la "diosa" antigua vestía de capa profunda en los templos de ayer y hoy...

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