Entonces prefiero ser conejo...


Ya; o sea que según vuestra lógica de aparejos, ¿si uno se aleja de la estipulación anti herética de alinearnos y asumirnos como meros súbditos de un dios altivo y dominante en lo creativo y narrativo?, ¿entonces, por realidad de antonomasia rotunda en cuanto al fenómeno que se percibe y expone de esta forma?, (y siempre frente al cuidado de una reprimenda social); ¿significa literalmente que primero dejaríamos de ser humanos para merecerlo?, ¿qué perderíamos la misma categoría del "ser humanos" para establecer un terror?, ¿y que es desde esa pérdida como castigo del "ser" humano entonces?, ¿qué estamos sujetos dentro de algo que se define como lo posible, pero sólo en los marcos de toda estructura cultural ya imperante y definida en contraste a la naturaleza? 

¿Y qué sólo por desafiar estos límites de nuestra propia imaginación, y entregarse a los deseos más puros de acción frente al mundo y en el poder mismo de ser anterior, o posterior a "humanos"?, ¿es que si esto lo hacemos así, tal como en la moraleja del ángel caído, que deja de ser o hacer como "deus", ya dejamos de ser nosotros como humanos realmente? 

Si, solo sí; ¿somos nosotros plegados y obedientes dentro de un límite, una escala gnóstica y gnoseológica aceptada en lo real, como simples peones y subalternos del orden que no es orden, "más abajo" de un dios supremo y criado al capricho de un grupo "humano" que se abroga el derecho de declarar, definir lo que es justamente, "humano" en nosotros? 

¿Siendo que elevados en las faldas de la locura mística misma, estos seres llamado "humanos" por sí mismos, o acaso por otro ente?, ¿se hayan ya entronados en la elaborada ley simbólica e intocable de varias culturas fluctuantes?, ¿o es que responde a ideas de mundo y persona, dentro de la misma conciencia de ser y estar, aquí en el mundo como conjunto y no individuos? 

Entonces perdemos nuestro contexto "humano" al no encajar en la explicación lógica del comportamiento indicado como reprimenda de la naturaleza misma, y hundimos los pies en la decadencia filosófica y luego existencial mediante doctrina del agenciamiento; ¿y dado que otros, ordenando el cuento de la relación nos reprenden y observan como humanos o no humanos, si hacemos ciertas cosas?, (por forjarnos en la paradoja de la transgresión de un orden por correspondencia que nunca es absoluto, pero que si pretende serlo y se contradice en sí mismo, como garante de cualquier ley divina en base al mundo humano del comportamiento, de algo más que un bajo al contrato social, requerido y estipulado como el orden perfecto para el conjunto, y tardíamente a las masas, la idea del ser "humano") 

¿O es más bien?, ¿que un miedo al castigo divino, no es más que un miedo a la decepción y erradicación social de nuestra propia calidad humana entre las masas, y en la gente que guía sus mentes?, (siendo que en realidad, esto es llevado a cabo por las mismas manos y proyecciones humanas, como ejecutoras del premio y/o el castigo en cuanto lo define "el mismo hombre", ante la idea de su propio bien y el mal, como el ser humano y limitado; y en el orden del razonamiento como la guía de toda acción y emoción, dicha en contraposición de la naturaleza pura extrapolada, "salida del paraíso", ya que se esfuerza entonces para "ser humano") 

¿O es que tiene miedo y/o ansias de dejar de serlo en su efecto?, ¿al ser del "caer" más profundamente en la conciencia y sabiduría interna del tomar conciencia, y del mismo sentido que aparece en el límite de la circunstancia personal, que creamos y existimos como un orden privado, dispuesto en el sentido del otro orden público; por la propia idea de entrega y acción frente al mundo público y privado como en un conflicto constante? 

¿Para luego vivir mediante un nosotros, tan poderoso que choca y limita al ente radical del sí mismo, que generalmente y por la fuerza de una cotidianidad popular radical de nuestro entorno, social e ideológico, lo hace a la manera de actuar policial y en el descubrimiento, de nuestro anhelo y sombra de hacer realidad las conciencias en todas las consecuencias de nuestro propio ascenso a ser, y no dejar de ser, "humanos"? 

¿No es lo mismo entonces, que el mismo ideal de "ser humano", es lo que ha creado la pérdida y el terror de dejar de serlo?, ¿deseando volver a un vacío y todo absoluto, perdiendo entonces la misma naturaleza pura de ser, sin mayor conflictos o esfuerzos? 

No es la lucha constante ante la naturaleza pura entonces, lo que nos ha elevado o destruye del "cimiento" perfecto en la existencia, sino lo que es de la confrontación y el engaño constante, en lo que creemos y hacemos como locos, para dejar o alcanzar a serlo...

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