La valiente alquimia de la muerte, devela todo lo que se escondía detrás de aquella sonrisa...
Ya suelta esa guadaña, desnúdate entera del manto negro, respira aquí conmigo, profundo que todo se inquieta y recibe esta fuerza; luego las disculpas, las dudas que derriban todos los deseos, cuando los hombres y las mujeres se excitan y engañan mutuamente, van confusos tranzando en las explicaciones lógicas; buscando un cuarto oscuro en donde hacer sus cosas; mas tu y yo, sabemos que todo lo dicho y supuesto hermoso, no vale ni un solo peso, del alma se enciende la energía, asi se hace el amor en silencio a gritos...
las doncellas nadan la opulencia de una seguridad temprana y transitoria, la de su juvenil belleza; pero todo se pudre en esta vida tarde o temprano, recuerdo cuando me dijiste aquí esta todo esto, el poder y la gloria ya es tuya, el poder y la gloria que me harte de elevarla, una y otra vez, una y otra vez hasta la saciedad suprema, y había siempre algo mas de loza suave y oro caliente; pero no te llevaras nada de esto, sublima y atrévete, sin miedo que yo no me arrepiento; pues cuando el fuego envejece, se hace mas libre e intenso, mas demonio se concentra; esta no es formula en venta, aleja todo lo innecesario y lo que esta hueco, atrae acá lo puro y lo honesto; un siempre no alcanza a servirle al rey potente que llevo dentro...
ni lo uno, ni lo otro, todo mi cuerpo es ámbar del viento, y no es la boca rosa del corazón la que muerde esas manos que construyen lo que quieren; es la hambruna escándalo de todos los que ya están mas que tranquilos y satisfechos; los niños juegan a ser grandes, déjalos crecer de arrebatos y algarabías; vamos confiando dulce amante, lo que somos y hacemos porque aquí, ya no hay nada mas que preguntarse...
y empieza algo nuevo, ahora el sentido eterno del abismo se alumbra, se transforma en presencia inmediata; sabe el que sabe, ama el que ama, la otra parte; se ahoga triste en su propia cama, y en la desgracia revuelca de una tumba fría a traición, de una vida hipócrita, de existencia vana y cobrada, fingida; demasiado llena de entuertos, de ambición, mentiras...
todo eso la muerte derriba libre e impía, amada mía; de un rostro de un nosotros y un somos que no era la pregunta o respuesta indicada, porque a partir del somos falso, es que fue armado el engaño al servicio de una vil trascendencia; una consecuencia de intereses traducidos en ideales, pero como demagogia y vulgar conveniencia, deshonra indigna...
y nada mas que eso, era lo que realmente estaba detrás de aquella mueca bonita, de aquella ficción de sonrisas...
y nada mas que eso...
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