la libertad y la esclavitud modernas...
las estructuras económicas de la política dominante, han buscado insaciablemente los medios de desarticular e integrara en sus leyes y mecanismos de consumo y producción hoy día, y generar de paso ganancias importantes para sus intereses, a partir del estudio racional, sicologico y espiritual del ser humano, en la comprensión, absorción y manipulación del fenómeno humano de sus necesidades físicas y emocionales e insatisfacciones espirituales y existenciales y la rebeldía filosófica y practica, ante lo que los frustra, asusta e incomoda, en la tendencia a la huelga y al paro, en la necesidad de reclamar cierta justicia y libertad individual y social, la de exigir compensación y respuesta a sus lamentos e inquietudes...
y esto es lo que han logrado hoy día los sistemas, respondiendo a esas necesidades, convirtiendo y polarizando esas tendencias altruistas de plenitud y satisfacción, en forma de servicios y negocios productivos y profitables por medio del mercado negro de las drogas y el sexo y la industria legal del consumo, el ocio y la entretencion...
nos van pasando gato por liebre y nos hemos conformado con estas promesas de éxito y alegría mustia y poco durable, puesto que el verdadero poder natural del hombre proviene de la posibilidad real de su creación y participación personal en la construcción vital de proyectos, fenómenos obras y resultados leales al impulso sincero de su corazón, allí esta el gozo al trabajo, la fortuna que acarrea felicidad que se construye a partir de nuestra potencia amorosa y orgásmica realizada, creativa y no es eso lo mismo que el derecho de elegir y aceptar consumir, cosas, servicios, fenómenos y productos ajenos ya ordenados y procesados por otros mas allá de lo básico, las únicas industrias, servicios y mercados dignos y honrosos son los que nos ayudan a satisfacer las necesidades básicas de la vida, todo lo demás es superfluo e innecesario en verdad...
todo lo que no sea alimentación y cuidados básicos, fundamentales y no lujosos y este por fuera de nuestra participación activa, se ha convertido al poder del mercado del ocio y el entretenimiento con fines de control políticos y emocionales, estas son mera evasiones sensoriales y sensuales ajenas a nuestra capacidad de entendimiento y producción personal, nos dominan por medio de una sugestión cómoda, de la seducción e inducción de nuestros sentidos y emociones acostumbradas a lo que ya esta hecho, así desarticulan nuestra razón critica en el sentido del aburrimiento, la flojera, el miedo a la locura y la incomprencion y al rechazo del resto, lo que no es nada mas que una amenaza constante por sentirnos inútiles y perdedores, con el peligro mortal de hacernos a un lado y marginarnos de la fiesta y el baile, por no tener capacidad adquisitiva de compra o acceso a estos nuevos placeres del circo cultural...
la felicidad y la libertad no existen per se en el hombre entonces, no somos felices ni libres de esta forma, siempre queremos mas, nos acostumbramos a sentirnos plenos, libres, contentos por ser útiles y participantes de algún tipo de juego, concurso o propósito que este mas allá, de la propia identidad profunda del alma que somos, porque no sabemos quienes somos, entonces seguimos dogmas, manifiestos, modas y otras manipulaciones externas, para no evidenciar el vacío terrible en que estamos viviendo, sabemos que por lo menos podemos enmascarar, pretender ser, decir que sabemos y ejercitar el poder por medio de la sumisión o el control de otras voluntades, decimos ser libres pero en realidad nuestra mente se mueve exactamente igual que la mentalidad de un vasallo o un tirano, aceptando en lo profundo la linealidad vertical del poder, la estructura piramidal del poder y la autoridad social, religiosa e intelectual...
nunca seremos libres mientras nos comparen o comparemos con otros, y eso queda bien difícil en nuestra sociedad actual, basada en la comparacion constante y la competencia terrorista, todo lo demás es discurso, mentira, aprovechamiento de las circunstancias, charlatanería y vanidad pretenciosa de supuestos maestros, mesías o libertadores del alma, del espíritu y la carne, y existe interés personal en sus actos...
porque sin esta comprencion personal, real, practica y fundamental del proceso, la obra, lograda por nuestra propia experiencia y autoridad, seguiremos siendo esclavos bien sea en jaulas preciosas de oro y seda, o en frías e inhóspitas cavernas...
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