acerca de la verdad, la muerte, el amor y el abismo del alma...
el miedo y el amor son como dos hermanos gemelos; ellos son grandes oportunidades de aprendizaje y evolución en nuestras vidas; ambos siempre han tenido el gran poder de impulsar y estimular el control y mas que nada, la comprensión certera de nosotros mismos frente a las situaciones y la alteridad de la naturaleza, nos permiten atrevernos a seguir el camino siguiendo el sentido mas sincero e inteligente, actuando con fe rotunda en aquellos, los corazones de espíritu valiente y honrado, los que saben, quieren y se atreven a ser puros cuando ya están preparados, maduros en discurso y acción por igual...
también ambas potencias han sido capaces por lo tanto de interpelar a aquellos los que intentan trampear el destino sin sabiduría humilde de verse y reconocerse a si mismos como responsables de lo que les pasa, tratando de manipular al resto y las circunstancias para escapar de la responsabilidad de sus propias decisiones y emociones, tanto el miedo como el amor son capaces de congelar así a quienes se ahogan en las dudas y preguntas eternas, pretenden ganar tiempo y espacio, evitando enfrentarse al tiempo y el espacio de una manera directa, honesta, justa y sincera, nadando en sospechas que aterran y seducen constantemente al ser humano, cuando se consumen en la llama del saber sin hacer, del querer sin comprender, del atreverse sin compromiso y el callar sin tener justo discernimiento en los hechos...
y es todo esto una falta profunda e interna de fe y convencimiento, ante lo que dicen saber, querer, y osar realizar en sus vidas, mientras la duda los mantenga alienados jamas serán libres, debido a que no tienen aun bien formado el criterio y la claridad decisiva de acción e intención, cuando falta madures del conocimiento y la convicción precisa y requerida, para asumir realizar una obra sincera de voluntad y amor conscientes aquí es cuando el miedo derrumba a los que se demuestran como los mas seguros, fuertes y decididos, cuando en realidad son los mas inseguros, débiles y ambiguos, entonces el poder del miedo y el amor los paralizan y se convierten en estatuas de sal del desierto al no poder dejar de mirar siempre hacia atrás, no superan el conflicto y los mas cómodos, escapan en la idea de un olvido o libertinaje en el capricho, haciendo de sus dudas una coraza y costumbre defensiva ante la evolución natural de la vida en lo nuevo del presente...
tanto el cielo y la tierra e infierno les cierran y esconden sus conocimientos, sus puertas y umbrales, les niegan la paz de los saberes, las confianzas y las virtudes, las maravillas que desaparecen de sus destinos, pero existe la esperanza y es de esta forma que paradojicamente, este gran conflicto los obligan ante el destino y ellos mismos a comprender el valor de la convicción en la creación de los destinos, al tomar una decisión inspirada en la virtud de lo verdadero, al decidirse a hacerse hombres y mujeres bien definidos, determinados y dispuestos en su propia confianza y fe, de un fundamento de roca y no arena, dejar atrás de una buena vez los espejismos de la casa antigua, de la aparente seguridad infantil de un pasado cargado de contenidos supuestos de lo que es bueno y malo y entender, lo que es correcto y afable en la coherencia...
este salto les permite así renunciar al espejismo de lo que ya no fueron y atreverse a ser lo que aun no saben que pueden ser, construirse en sus raíces y salir de lo que ya se ha hecho una traba y no es una ayuda, saber que todo tiene un doble filo y sentido, y es justamente la virtud de su madures lo que les permitirá revertir las situaciones de una manera, útil justa e inteligente, no caer mas en el engaño de los sentidos y sin embargo esto es aunque suene contradictorio, justamente lo que le permite a la debilidad de carácter y espíritu, fortalecerse y reconocerse en la impactante realidad de un propio espejo y reflejo, usar lo que es contrario y hacerlo un aliado de nuestra voluntad, realizar la carta de la fuerza; al tener que decidir(se) y aceptar así avanzar desde un limite o un terror, hacia una fortaleza y determinación concretas...
lograr desde la duda, realizar lo completo e integral, decidir morir y desaparecer, o morir y renacer en la posibilidad de que ya están preparados, están crecidos y se han hecho ya, hombres y mujeres completos, maduros, capaces y preparados de realizarse en sus quehaceres activos del amor y el desafío del temor por igual y así, ser libres de verdad en la disciplina de su propia fe, cumpliendo con su destino en la evolución desde una diacronia fragmentada, hacia una sincronía integrada y satisfactoria, pacifica y amorosa de su naturaleza dual ya organizada, en unión de pureza y verdad...
y es todo esto una falta profunda e interna de fe y convencimiento, ante lo que dicen saber, querer, y osar realizar en sus vidas, mientras la duda los mantenga alienados jamas serán libres, debido a que no tienen aun bien formado el criterio y la claridad decisiva de acción e intención, cuando falta madures del conocimiento y la convicción precisa y requerida, para asumir realizar una obra sincera de voluntad y amor conscientes aquí es cuando el miedo derrumba a los que se demuestran como los mas seguros, fuertes y decididos, cuando en realidad son los mas inseguros, débiles y ambiguos, entonces el poder del miedo y el amor los paralizan y se convierten en estatuas de sal del desierto al no poder dejar de mirar siempre hacia atrás, no superan el conflicto y los mas cómodos, escapan en la idea de un olvido o libertinaje en el capricho, haciendo de sus dudas una coraza y costumbre defensiva ante la evolución natural de la vida en lo nuevo del presente...
tanto el cielo y la tierra e infierno les cierran y esconden sus conocimientos, sus puertas y umbrales, les niegan la paz de los saberes, las confianzas y las virtudes, las maravillas que desaparecen de sus destinos, pero existe la esperanza y es de esta forma que paradojicamente, este gran conflicto los obligan ante el destino y ellos mismos a comprender el valor de la convicción en la creación de los destinos, al tomar una decisión inspirada en la virtud de lo verdadero, al decidirse a hacerse hombres y mujeres bien definidos, determinados y dispuestos en su propia confianza y fe, de un fundamento de roca y no arena, dejar atrás de una buena vez los espejismos de la casa antigua, de la aparente seguridad infantil de un pasado cargado de contenidos supuestos de lo que es bueno y malo y entender, lo que es correcto y afable en la coherencia...
este salto les permite así renunciar al espejismo de lo que ya no fueron y atreverse a ser lo que aun no saben que pueden ser, construirse en sus raíces y salir de lo que ya se ha hecho una traba y no es una ayuda, saber que todo tiene un doble filo y sentido, y es justamente la virtud de su madures lo que les permitirá revertir las situaciones de una manera, útil justa e inteligente, no caer mas en el engaño de los sentidos y sin embargo esto es aunque suene contradictorio, justamente lo que le permite a la debilidad de carácter y espíritu, fortalecerse y reconocerse en la impactante realidad de un propio espejo y reflejo, usar lo que es contrario y hacerlo un aliado de nuestra voluntad, realizar la carta de la fuerza; al tener que decidir(se) y aceptar así avanzar desde un limite o un terror, hacia una fortaleza y determinación concretas...
lograr desde la duda, realizar lo completo e integral, decidir morir y desaparecer, o morir y renacer en la posibilidad de que ya están preparados, están crecidos y se han hecho ya, hombres y mujeres completos, maduros, capaces y preparados de realizarse en sus quehaceres activos del amor y el desafío del temor por igual y así, ser libres de verdad en la disciplina de su propia fe, cumpliendo con su destino en la evolución desde una diacronia fragmentada, hacia una sincronía integrada y satisfactoria, pacifica y amorosa de su naturaleza dual ya organizada, en unión de pureza y verdad...
y es que tanto el miedo como el amor son potencialidades que simplemente nos prueban y demuestran la convicción que existe o no existe en nuestras almas y condiciones, en nuestros cuerpos y corazones, al presentarse en la fe de lo real que se mantiene fijo y existente, aun en lo que siempre cambia y es volátil, la omnipotencia en la contradicción resuelta en lo que ya es constante y estable, nuestra vida humana y presente, efectivamente tiene un principio, un trascurso y un final, existe un limite de la percepción contingente y quien no lo entiende, se evade y la desperdicia totalmente...
la inmortalidad se acerca de aquello que presuntamente deseamos como algo ideal y eterno, de aquello que aparentemente creemos que es la realidad, y aquí esta la forma de discernir lo que es cierto y lo que falso para nosotros, lo que es ilusión y realidad en si mismo, esta es la carta del juicio, la torre y el mundo, el poder verse directamente a los ojos y aceptar la destrucción de lo falso como el camino hacia la construcción de lo verdadero, reconocer la muerte y la noche oscura del alma, como la preparación de una alborada de un nuevo amanecer de la conciencia y la vida, y así, aprovechar y aprender de todo lo vivido...
la inmortalidad se acerca de aquello que presuntamente deseamos como algo ideal y eterno, de aquello que aparentemente creemos que es la realidad, y aquí esta la forma de discernir lo que es cierto y lo que falso para nosotros, lo que es ilusión y realidad en si mismo, esta es la carta del juicio, la torre y el mundo, el poder verse directamente a los ojos y aceptar la destrucción de lo falso como el camino hacia la construcción de lo verdadero, reconocer la muerte y la noche oscura del alma, como la preparación de una alborada de un nuevo amanecer de la conciencia y la vida, y así, aprovechar y aprender de todo lo vivido...
entrar así en el reino mágico del conocimiento y el poder eternos, de la libertad y el amor plenos y realizados, logrando en la obra que esta fija e inquieta, la concreción de cualquier creación fuerte y sincera de amor, honor, belleza, lealtad, verdad y conciencia; puesto que siempre llega un momento en el que inevitablemente tendremos que atrevernos a dar ese salto hacia lo desconocido, hacia lo que no sabemos, pero intuimos, re-descubrirnos, nutriéndonos de aquello que estaba oscuro y ensombrecido por las capas del tiempo y el espacio material y es momentáneo, pero que puede ser revelado y aclarado ante la visión pura del espíritu en su fe mas sincera y radical, de aquello que somos gustosos y no de aquello que pretendemos ser forzándonos aprendiendo del valor y no repitiendo en las dudas, cuando la sospecha es la peor tortura y la verdad lo único que nos libera en realidad...
esa es la clave maestra en la resolución de los amantes y la muerte, el camino en la decisión libre, hacia el vacío inexplorado e invisible que espera siempre ser vitalizado y llenado por nuestra propia convicción/respuesta de la luz interna (el ermitaño), catalizador para realizar esta operación divina, para esto se requiere de una valentía bien curtida en el fuego negro del comprender el abismo del diablo, la intención en la templanza, la entrega del loco y la dinámica del eje visible/invisible de la rueda del destino (fortuna), esto requiere de un carácter firme, fraguado en la sabiduría potente de la experiencia y determinado aun mas allá de la lógica racional y el sentimiento superficial de algo que es captado o entendido como lo evidente y seguro, es ser y hacerse fuerte sin violencia y permitirse ser débil sin ser victima o ignorante, hacerse presente y no estar siempre, dudando entre el mundo interno y externo, vivir espontaneo en lo que se manifiesta sin retraso o apuro, ser la justicia efectiva...
se requiere también atreverse a hundirse en el silencio de la tumba fría, comprender tanto el valor de la perdida como de la ganancia, la hoz que corta y cosecha lo que ya esta listo o sobra y así, nos permite a la raíz florecer con mas fuerza, la muerte es lo que enseña a discriminar cuando el fruto esta listo para ser consumido, es poder ver para crecer y alzarse ante el juicio necesario por sobre todos nosotros, los que habiendo resistido firmes ante las tristezas y alegrías del camino, habiendo renunciando a todo lo que no ha sido ni es sincero en nosotros y en los demás que nos rodean y mas que nada, poder hacerse a uno mismo, en la esencia de la convicción total que anida y existe, solo en una fe real de frente, de un alma fuerte y madura que a despertado ya al espejismo, a resuelto el fragmento, de aquella mente la que comprende el diagrama, el curso y discurso de una sola cosa, realizar la experiencia de que ya es uno mismo, esa seguridad que tanto ha buscado afuera o adentro, saber que nada ni nadie nos puede obligar, ni negar de dar y por ende también de recibir del mundo, todo lo que si podemos entregar y compartir como efluvio e influjo de amor y conocimiento y este es; el resultado hermoso del salto de fe hacia el abismo vertiginosos que ha probado estos corazones, esta es la convicción de que nos encontramos en lo que somos, los verdaderos dueños, maestros y directores de nuestro destino y a partir de allí, a la vez podemos crear la libertad de existir y estar satisfechos en nuestra relación con nosotros, con el mundo y los otros, así es como todo esto toma una efectiva y verdadera coherencia de espíritu y materia, de justicia y confianza, de amor, conciencia y trascendencia...
se requiere también atreverse a hundirse en el silencio de la tumba fría, comprender tanto el valor de la perdida como de la ganancia, la hoz que corta y cosecha lo que ya esta listo o sobra y así, nos permite a la raíz florecer con mas fuerza, la muerte es lo que enseña a discriminar cuando el fruto esta listo para ser consumido, es poder ver para crecer y alzarse ante el juicio necesario por sobre todos nosotros, los que habiendo resistido firmes ante las tristezas y alegrías del camino, habiendo renunciando a todo lo que no ha sido ni es sincero en nosotros y en los demás que nos rodean y mas que nada, poder hacerse a uno mismo, en la esencia de la convicción total que anida y existe, solo en una fe real de frente, de un alma fuerte y madura que a despertado ya al espejismo, a resuelto el fragmento, de aquella mente la que comprende el diagrama, el curso y discurso de una sola cosa, realizar la experiencia de que ya es uno mismo, esa seguridad que tanto ha buscado afuera o adentro, saber que nada ni nadie nos puede obligar, ni negar de dar y por ende también de recibir del mundo, todo lo que si podemos entregar y compartir como efluvio e influjo de amor y conocimiento y este es; el resultado hermoso del salto de fe hacia el abismo vertiginosos que ha probado estos corazones, esta es la convicción de que nos encontramos en lo que somos, los verdaderos dueños, maestros y directores de nuestro destino y a partir de allí, a la vez podemos crear la libertad de existir y estar satisfechos en nuestra relación con nosotros, con el mundo y los otros, así es como todo esto toma una efectiva y verdadera coherencia de espíritu y materia, de justicia y confianza, de amor, conciencia y trascendencia...
esto es ser uno la vida, uno el amor, uno el poder, uno la convicción eterna, esto es ser libertad de unirse en matrimonio sagrado de opuestos y complementos y ser verdadero que se hace eterno en lo efímero y efímero en lo eterno, al reconocer(se), al comprender(se), dominar(se) en el peso de esta cadena que nos sostienen aquí presentes y que esta en nuestras propias manos, guiando el carro, siendo nosotros el hilo mismo del destino que vamos desenredando en este laberinto para no perdernos, lo llevamos en nuestras manos y nos enfrentamos con el ángel y el monstruo que somos, haciéndonos mas humanos y así; vamos creando el curso de nuestra historia hacia el triunfo, esto no es trazar un devenir infantil del capricho del poder como vanidades, esto es un crecer y avanzar en el compromiso personal y colectivo ante nosotros mismos de hacer toda esta existencia un milagro e iluminar, con la llama negra que fulgura entre los cuernos de la bestia, la misma que sobresale de nuestras propias cabezas y nos conecta con la divinidad, poder ser desde la serpiente y transitar lo humano y lo divino al mismo tiempo, hacernos potencia y posibilidad, en una sola realidad mas allá de los engaños y las trampas del templo, las pruebas de nuestra fe, llegando al altar y así mantenernos firmes, fieles, tranquilos, estables, completos al descubrir el velo de todas las fuentes que sostienen todas y cada una de las múltiples y a la vez, únicas experiencias y existencias en un solo corazón que vibra, late y realiza en el oro, la espada, el basto, la copa y aquello lo quinto, que existe en silencio e invisible...
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