Algo de los Ritos Órficos –

En la antigüedad, las escuelas y grupos del profundo saber y la filosofía aristocrática; se establecieron en base a la firme coherencia y creencia activa de la armonía, como el sustrato máximo y esencial del poder cósmico para organizar y regenerar el orden, en el primado de lo natural manifiesto...

A modalidad del Ser ecualizado, este fluye de un lenguaje intensamente inherente a la naturaleza, bajo el mismo eco y fenómeno que siempre presto y dispuesto a darse en ofrenda, providencial hacia la percepción más fina e inteligente...

Así es como el "mensaje" de la Naturaleza desnuda y sus secretos elusivos a los forzados y desatentos, a los ajenos del linaje "Atlante"; en esta ciencia y arte se hacían presentes y evidentes de un magnifico oyente, por la gracia del mágico objeto de interpretación que en las manos precisas, y en el aliento espirituoso de un "orador musical", o de un intérprete que tan justo y noble como competente; se hacían del triunfo eterno en la triada hermética otra vez, alcanzando en la experiencia una consideración fundente...

De este operador sideral que en la expresión tangible, como aquel que trabajando en los ecos y en los recovecos del material, y en el acto de las reverberaciones sensibles; surgían como fuerza pura de lo elemental, que ahora logradas de ser dirigidas en lo potencial del acto melodioso; y encauzadas como un orden a semejanza en los ecos y las correlaciones "perfectas", de una reproducción del mismo lenguaje de los pájaros; del agua, el fuego, la tierra y los vientos y de los mismos Dioses y todas las Diosas...

Comprendidos como el Poder que bajo siete velos y capas del sonido, se auguraban en los "viajes" de un éxtasis y una clarividencia impactante; lograban luego a la purificación, por la experiencia hermética del conocimiento que se reproducía "ahí", desde esta fina "escucha" de la naturaleza, por la tan técnica como trascendental capacidad anímica y formal de una voz y de los instrumentos...

Notabilidad originaria del oficio primordial de reconocimiento, (de la nota que nace y se hace, que cae y transfigura en ellos), viene dado de lo acústico como la morada preferida de lo Divino y celestial, hasta lo más subterráneo, ctónico, Telúrico e intraterrestre; integrándonos justo al medio en el cruce de los horizontes, al hogar natural del hombre y las mujeres del portento...

El "plectro" y la varilla, formas de sumo cuidado y geométrica simpleza, que en dedos conscientes, se hicieron dadores de aquel valor de ser simple objeto, pero que al tañer las cuerdas y las membranas dispuestas; se fundaban ya en todas y cada una de las capacidades magistrales de hacer vibrar a un instrumento, pero no solo aquellas cuerdas y superficies, sino que también; a las materias y maravillas visibles e invisibles de la realidad al unísono...

Juramentando el casamiento ideal de mundos y reinos, que celestiales como mentales y terrenales, llegaban y nos llevaban en sus bodas "alquímicas" y proto filosóficas, al paroxismo de un momento exacto en el que el ser vivo, se hallaba en su justo esplendor y en el mejor posicionamiento, y así es como generaban la realización completa en el abrazo de "Aión"; sin dejar de estar magnifico y presentes...

Desde lo presente a lo infinito y de vuelta, la celebración se adoraba y forjaba en sus cuerpos latentes, sin la irrupción de la intransigencia inútil, o de la defenestración del mensaje en la mente y la naturaleza unidas "por siempre", que en tensiones controladas; podían ahora proyectarse y elaborar los bálsamos, tan curativos como necesarios y placenteros, de las divinas influencias del Cosmos en nosotros...

Esta cualidad del Magisterio, llevado en "secreto", se indicaba en la observación sagaz de los juegos cromáticos entre elementos y entidades, por movimientos de esta noción del tiempo, y la coloración del fenómeno de una realidad concreta; fuerza que se nutría del mismo desarrollo cronológico, ahora como un poder que sustenta e integra al Dios y el Hombre, a la Mujer y a la Diosa fulgurante hermosa de la naturaleza, y de todos los misterios, que nos esperan en aquel "lugar" sin nombre y sin época...

Y este el significado real de pertenecer, a la única y absoluta Aristocracia que es la cierta, y es la eterna...

"Naga Zero"


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