Algo sobre las constantes nupcias logradas –
Su costra es la memoria de la paradoja divina, en la ciada que es la formación de una conciencia del principio que antecede, tanto en la emoción y razón del por qué lo es, de la idea de un ser que se desenvuelve y gira...
Lo que indico aquí, es la misma paradoja diabólica de la anunciación de un quiebre, de un rechazo de la voluntad intransigente del dios que no quiere ser sangrado y florido, ya que entre lo de arriba y lo de abajo, ya que entre la bondad y la maldad fingida; solo existe una torpeza de la maquinaria orgánica que resulta del poder procrear y organizar verdad y realidades...
Nuestro cuerpo es tránsito, pero también es la forma de expresión de nuestras ideas, concebidas como creencias y agencias de lo que pensamos que es justicia y deseo...
Misma es la fuerza de una apertura carnal, que nos permite ingresar al mundo de las visiones y emociones, por saber de un canal transmisor que se proyecta en su progenie, mucho más allá de la interpretación general del modelo anunciado como el relato de toda doctrina, de lo que hay y el "yo soy", al vivir sin la identidad del clamor que abrió el camino para ofrecernos una realización suprema...
Las cenizas con vino, sirven para adquirir propiedades "secretas", engullir fuerzas de los materiales que algunos queman, todos nos alimentamos de nuestras observaciones...
¿Pero qué es lo supremo en el dolor?, ¿sino la misma costra que nos recuerda que hubo una herida para comprender los límites del momento?
Ya que hay umbral donde se domina la diferencia, lo experimentamos sin la necesidad de la división como separación de "amantes" indiferenciados; Hieros Gamos, Tao y Tantra es la leche batida que transforma el veneno, rocío de la noche en la mañana, pues toda dualidad, no es más que una percepción de un cierto estado de equilibrio adecuado...
La dualidad no es la tensión, la tensión genera dualidad cuando es rasgada, por ello es que nacemos de una apertura unida en dolor y alegría, nos concebimos del macho en la hembra, y en el terror y la satisfacción suprema; todo el sexo que trasciende esta verdad, no es más que búsqueda o intensidad de una ansiedad por perpetrar el poder como identidad mundana...
Creemos que somos lo que nombramos para reconocerle, pero nada más que como una pronunciación de la interpretación que otros traen, a nuestros pies como persuasión y seducciones; como ofrenda de reconocimiento en este proceso de abducción en los órdenes y hogares...
Esto no es conflicto hasta un cierto punto de atención, ya que la dificultad, se impone más en la capacidad de entender que estamos siendo absorbidos hacia una realidad magnetizada...
Todos los quiebres son necesarios, cuando la identidad alcanza su cenit, ya que entiende donde está la corona que brilla de verde esmeralda, y el giro vuelve a donde el equilibrio se hace una dinámica...
Que así se viste de oscuridad traslucida en los ojos de la hermosa mujer divina, llamada como la amada gacela; ella es la que nos satisface sin degradar la unión, porque afirma la diferencia como un engaño de quienes no comprenden todavía sus labores, sea en los bosques limpios o en las ruidosas ciudades...
Todos los cuerpos, son ya un sacrificio divino, sea que vivan por siglos o tan solo un par de horas, sus características se entregan de las impresiones que se hacen emociones y las cualidades, de ambas fuerzas que copulan y entregan aliento en la fusión "momentánea", pero esta determinación, no es algo absoluto y definitivo, si el cuerpo mismo animado de intenciones, de aquello que atrae; logra entregarse a sí mismo en el completo abrazo natural divino...
Un hijo es como un padre envuelto en sueños, una hija es la madre que se haya significada, pero hay cosa que nutre a bestias, dioses y humanos, dejando huellas de lo que eres porque te nutre y consume al todo; solo en el ahora, cuando no estas separado de las cualidades ancestrales...
Tratar de cubrir la necesidad de equilibro con nuevas categorías y formaciones sociales, solo se ocupa de la generalidad de un mundo agotado en lo abstracto de su propia imagen e ideas, pierde mucho la fineza del sabor y el detalle, lo concreto y particular de un saber que es presente, en lo que le hace sufrir y agradar a una mente, que se identifica con la separación de sus características formales...
La esencia, no es más que una adaptación del conocimiento áureo, para intentar volver o enclaustrarse en el sentimiento de la totalidad lograda, pero la única victoria, es la del tiempo que se ha vuelto una confirmación de nuestras "propias" facultades, y aun así; el tiempo, es solo un reflejo adecuado de invisibles e intangibles comprensiones no actuales...
"Naga Zero"
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