El hielo soy yo...


Y es que el Posmodernismo arrecia fuerte, tenemos banalidad imbuida en la identidad épocal, furioso y peligroso te vuelves si no sigues la corriente de ocasión, súbditos y mercancías sensuales, que ya no son rebeldías, ni vanguardias disidentes...

La insistencia es lo importante, es lo que no es la forma que deriva de la intención, o a intención se dice que es formato de ocasión por sensibilidad; porque yo aprovecho "esto" para comulgar con mi experiencia de un estado de agrado o impaciencia, la carnada esta servida, ¿será el odio o el amor? ¿quien pica en la ocasión?

Y me dejo, porque no son "tan malas" las consecuencias, pero si te olvidaste de la tensión clave que ha emergido en cualquier tipo de base, que yace y nace de la posibilidad que ha dado al sentir y entender tu estremecimiento interno/externo; te agota el olvido que los devasta y degrada como un aire sin mar...

Vivir cuando se apaga la satisfacción real, quedando una simulación sin pánico, producto de la fragmentación mental que anhela en la otra cosa, lo que siente no esta; lo que asume como del ser imposible y todavía lo adorna y busca, anhelo y la obsesión; ¿pero que es lo que esperan de los demás?; clave identidad...

Abrazos sin brazos, lenguajes directo; nutrientes del veneno que han sabido todos los magos y alquimistas, sin importancia, volver bálsamo y justicia en la ecuación que hace a un pueblo una piedra...

Pero de ella el agua...

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