Cuando por fin, la inteligencia se une a una pasión correspondiente, y en justa medida y proporción actuan, nace el mas puro amor duradero...


He comprendido, que una muy buena forma de entender y actuar en el amor es ser tal y como enseña el arte y la ciencia de hacer ladrillos de adobe, puesto que si este mantiene una optima relación del nivel de dureza y resistencia expresada en la arcilla, con la suave docilidad pronunciada en la arena y ambas partes, junto al agua del sentimiento que amalgama sus "cuerpos" y luego, bajo el calor del fraguar que entrega el conocimiento se hacen, como una sola y misma cosa; esta va unida y presta al servicio de una forma que adoptan dentro de un sistema de orden y en la función de su propia estructura que crean en conjunto, de ir logrando la "realidad" tangible de una hermosa relación de potencia y fuerza, de dureza y resistencia en relación armónica a una suavidad y plasticidad totalmente liviana, afable y amoldable; eso es la mujer y el hombre unidos bajo un mismo techo y yo entiendo, ahora que es todo esto lo que es mas justo y le da al conjunto un peso y sentido suficiente de existencia, así como un poder de alcance y cohesión, de energía y resistencia en contra de aquellas fuerzas que ataquen su "identidad" de estructura, resistiendo y sobreviviendo el avance del tiempo...

Representado un valor de la tierra misma como concepción creativa de espacios de existencia, como elementos fundacionales de la vida misma en pareja y del ser humano en conjunto, aun mas; del sentido del ser hombre y mujer unidos en la experiencia real de un amor concreto, visto este como aquel proceso que une y mantiene unidos; no por la idea abstracta o metafísica de una "necesidad", o conciencia abstracta de idealismos ajenos a lo pragmático, sino por acción básica de estar presente y ser sólidos en la fuerza, consecuentes consigo mismos así como en la resistencia o docilidad de sus potencias; (fuerza como el aire o el agua y el fuego, siempre elementos móviles y adaptables; resistencia como en la tierra y el hueso o la carne, siempre firmes y estables), pero esto; es preciso de entender y aplicar de una forma inteligente tanto así como inteligible; (la diferencia estaría en comprender aquello que le da el valor al sentido en si mismo de las cosas, y en el sentido mismo que adquieren luego las cosas como acción de valor en si mismas, y aun mas allá en comprender los diagramas que admiten y "sostienen" la antelación de estas causas por sobre si mismas, todas tendientes de ser percibidas en efectos sensibles profundos y consistentes)...

Y esto es saber de esta proporción exacta mas no igual de aquellos elementos concretos, hechos sentidos e interpretaciones, pero también conductas y complementos concretos, poblados de inter-subjetividad pero que no por eso alcanzan a perder naturalidad de su existencia original; los que manteniéndose bajo una proporción justa y estable en la forma ejemplar que toma ese ladrillo de adobe, y que se expresa en la relación natural de ambas "partes" mediante otros elementos que estan presentes, y aun siendo totalmente opuestas en propiedad y dinámica, siguen siendo iguales en materia y mecánica y producen "amor" puro...

Pero solo cuando la intención común los une y conecta en la deriva de la existencia; logran realizar obra concreta y esto es lo que les permite abrazarse en cuestión de segundos, bajo una constitución elemental que sostiene toda forma del amor verdadero; siendo este el resultado de la unión de una parte que es mucho mas dócil y adaptable pero existente en menor medida y proporción de aquella otra, la que es la parte mas dura y resistente al cambio; logrando así en totalidad de adaptarse en su "efecto" completo, hacia una causa simple de "acercamiento", esencial y honesta y es esto, lo que entrega y asegura la capacidad de estar y existir juntos y unidos, de persistir como unión formal, por muchos años, décadas y hasta siglos enteros...

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