La contradicción del ideal frente al error que lo implementa como lo eterno...
Simplemente es la idea que nosotros mismos creamos del otro y la situación y así, se genera el dolor derivado en la expectativa frustrada y es, tan solo un ligero arrebato pasional, de que sinceramente, tal vez, vamos buscamos algo honesto en lo deseado; pero allí es donde esta la semilla terrible al engaño que hay descubriéndose.
La muerte del ideal es lo que golpea el sentido de estar vivos y derrumba nuestras ganas de seguir "creyendo" en "algo"; esa persona no era ese "otro" en lo real y es por esto, que se destruye y olvida, en todo lo que uno se imagina también, como lo equivocado, en el error latente.
Este "error"; es en realidad el mismo ideal sublimado y llevado a un máximo eterno resplandor, a una obsesión por lo ideal desde una perspectiva infantil platónica; el deseo vivido así, llevado al extremo necesita ser probado como posible, como verdadero; y se podría decir que "deberá" ser entonces traicionado por las fuerzas pasionales, que exigen la prueba de su originalidad legal del enunciado "verdad", lo que es verdad no siempre es lo real de esta forma; el error prueba en donde la ambición se topa con la entrega.
Para que algo sea ideal de esta manera "clínica estética"; entonces, deberá renunciar a ser algo típico u ordinario, a que se aleje de lo que siempre es fácil o esta allí a la mano del que lo desea, el hecho de que sea demasiado accesible y sin ningún desafío para nuestras fuerzas, le quita el valor de deseo, pues sino fuera así; no nos permitiría ejercitarnos a nosotros mismos de una manera ontológica excitante y existencial, el otro así se hace solo una prueba de fuerzas y en el error; que en realidad es mas bien un vencer el ideal, "matándolo" en sacrificio, (extremadamente influido por la lógica del dolor judeo-cristiana y la dialéctica idealista de socrates el ciego odioso a mi ver, es este proceso).
Ir derribando el ídolo del pedestal, (el mismo ídolo que nosotros levantamos allí); es como se hace un contento personal en la ideología de lo sublime al deseo externo; esta es la prueba de fe que siempre ha de existir en la historia que se repite, así la verdad es traicionada para alcanzarse a encontrar, en lo que se busca afuera en ese algo distante, de uno mismo poblado como ideal en el otro; el amor sublime a lo real nos pervierte el gozo de estar presentes sin búsqueda...
Para que algo sea ideal de esta manera "clínica estética"; entonces, deberá renunciar a ser algo típico u ordinario, a que se aleje de lo que siempre es fácil o esta allí a la mano del que lo desea, el hecho de que sea demasiado accesible y sin ningún desafío para nuestras fuerzas, le quita el valor de deseo, pues sino fuera así; no nos permitiría ejercitarnos a nosotros mismos de una manera ontológica excitante y existencial, el otro así se hace solo una prueba de fuerzas y en el error; que en realidad es mas bien un vencer el ideal, "matándolo" en sacrificio, (extremadamente influido por la lógica del dolor judeo-cristiana y la dialéctica idealista de socrates el ciego odioso a mi ver, es este proceso).
Ir derribando el ídolo del pedestal, (el mismo ídolo que nosotros levantamos allí); es como se hace un contento personal en la ideología de lo sublime al deseo externo; esta es la prueba de fe que siempre ha de existir en la historia que se repite, así la verdad es traicionada para alcanzarse a encontrar, en lo que se busca afuera en ese algo distante, de uno mismo poblado como ideal en el otro; el amor sublime a lo real nos pervierte el gozo de estar presentes sin búsqueda...
Si no existe el drama o el peligro a precipitarse en la caída al terror de un error; la duda por si misma se convertiría en un asco muy aburrido así como absoluto, el yacer bajo el arrebato y la presión del cometer un error y escapar así, en el lamento consecuente, es como una válvula de escape a las tensiones que la decepción o el fracaso generan en nuestras vidas; es en el fondo el deseo avivado de esta forma, lo que consume las voluntades; ya que siguiendo el curso de lo "correcto" o lo seguro, ya no tendría mayor atracción o interés para nosotros, seguir viviendo.
Nosotros queremos lograr lo ideal, de una manera fácil que es la de querer cruzar el río del acierto sin el lecho del error, alejándonos del mundo real que mueve los hilos y los cimientos de los sueños y las proyecciones; los "pronósticos" personales de todo lo que se prueba en esta mentalidad televisiva, "descartica" y ortodoxa positivista pero a la vez "rebelde" o liberal; entonces de todo aquello que juramos cierto y seguro, lo acabamos destronando en el engaño o el error, en la infidelidad que va intentando probar lo estoico de un ideal, vendido a toda prueba.
En el fondo queremos que fracase, para ver si es capaz de sobrevivir a esa prueba terrible de lo relativo que es siempre vivir post pos-modernos; y esto es lo mas lógico en el juego trágico, el pensar que no seria ideal lo "correcto", si no pudiera trascender justamente el error, a pie forzado del fracaso sublime en la experiencia de sus propias dudas y contradicciones...
(pero la duda no representa ya el error o el acierto, la duda solo detiene a lo posible en lo cómodo de verlo como imposible; fruto de una mentalidad rígida y pragmática alienada en lo que ve actuar como "vida")
(pero la duda no representa ya el error o el acierto, la duda solo detiene a lo posible en lo cómodo de verlo como imposible; fruto de una mentalidad rígida y pragmática alienada en lo que ve actuar como "vida")
Ese estado de "prueba" y error, de ensayo del ver para creer, (de un tomas moro y su cristianismo infantil racionalista); es algo anticuado vestido de novedad publicitaria y psicológica; si es eso lo verdadero en realidad, encontrar la verdad de las ruinas; entonces el dejarse ir hacia el error como si fuera algo ajeno a nosotros y a nuestra voluntad, es la expresión de una esclavitud mental tremenda.
Somos Vistos como niños sin una identidad funesta y el terror de madurar se transforma en deseo de muerte; pero el deseo subsiste como vértigo, porque nos encontramos al borde del abismo cuando creemos que lo cierto, es lo mas constante y el salto exige tomar la decisión; ¿pero es lo ideal algo constante?; y allí esta el nudo trágico, del miedo a lo desconocido que hace que uno dude de la intención mas firme y es así; que el alma se prueba en un diagrama añejo, en una deshonra patética que hace de la convicción, una verdad desenfocada en lo temporal, pero suprema en lo infinito, osea, en la alienación completa que lleva a la aniquilación total y de una u otra forma; nos convence de que no somos nosotros mismos, los responsables de nuestra caída al error, ni de lo visto como lo ideal, es el diablo o el destino, es el otro o la divina providencia la se encargan de mantener allí nuestra mochila en la espalda, llena de piedras...
Somos Vistos como niños sin una identidad funesta y el terror de madurar se transforma en deseo de muerte; pero el deseo subsiste como vértigo, porque nos encontramos al borde del abismo cuando creemos que lo cierto, es lo mas constante y el salto exige tomar la decisión; ¿pero es lo ideal algo constante?; y allí esta el nudo trágico, del miedo a lo desconocido que hace que uno dude de la intención mas firme y es así; que el alma se prueba en un diagrama añejo, en una deshonra patética que hace de la convicción, una verdad desenfocada en lo temporal, pero suprema en lo infinito, osea, en la alienación completa que lleva a la aniquilación total y de una u otra forma; nos convence de que no somos nosotros mismos, los responsables de nuestra caída al error, ni de lo visto como lo ideal, es el diablo o el destino, es el otro o la divina providencia la se encargan de mantener allí nuestra mochila en la espalda, llena de piedras...
Esto es para probar(se) si en realidad eso que es creído o dicho, nombrado como "verdadero", es lo que en realidad yo deseo y si esto, sobrevive a esta muerte, la de probarse ante mi propio odio, aburrimiento y desgano existencial; es lo que le permite el querer seguir viviendo alienado en un yo superior, en un dios autarquico pero mentiroso y excluyente, en la ilusión del ideal platónico traidor de la vida misma, en un engaño sofista disfrazado de bondad y omnipotencia.
Esta es una obsesión laica del amor en su herencia mas religiosa, comprendido este "acierto" como el sacrificio y el subyugarse a una voluntad que nos perfora el alma y controla el cuerpo, lo que corta el plano en dos y fragmenta, es el falo violento y la vagina que engulle y devora todo hacia lo absoluto de la nada misma; de algo que establece el poder en "si" mismo, de atreverse a hacer, nombrando el bien y el mal como si fueran estas cosas, dos potencias absolutas que fluyen de la unión perdida de algo, que un dia fue una sola cosa pero que ahora no se encuentra; por otro lado se afirma en su contradicción brutal, como algo que no puede ni ha sido nunca dividido; esta es la pulsion del encanto ideal, del amor puro que promete, que "une" lo diferente, lo visto como lo mas sincero y original; el compromiso como ideal del progreso hacia lo superior...
Esta es una obsesión laica del amor en su herencia mas religiosa, comprendido este "acierto" como el sacrificio y el subyugarse a una voluntad que nos perfora el alma y controla el cuerpo, lo que corta el plano en dos y fragmenta, es el falo violento y la vagina que engulle y devora todo hacia lo absoluto de la nada misma; de algo que establece el poder en "si" mismo, de atreverse a hacer, nombrando el bien y el mal como si fueran estas cosas, dos potencias absolutas que fluyen de la unión perdida de algo, que un dia fue una sola cosa pero que ahora no se encuentra; por otro lado se afirma en su contradicción brutal, como algo que no puede ni ha sido nunca dividido; esta es la pulsion del encanto ideal, del amor puro que promete, que "une" lo diferente, lo visto como lo mas sincero y original; el compromiso como ideal del progreso hacia lo superior...
por eso el dolor de la perdida aterra al débil, que es el que siempre duda de donde viene esta fuerza, ¿si de afuera o de adentro? y en la pregunta-respuesta maniquea esta el "error" del error de las dudas; pero que estimula al fuerte que es el que siempre cree y hace a veces sin pensarlo, porque valora y se atreve a errar tanto como a triunfar en la vida misma; su poder no se centra en el resultado entonces y así escapa, a lo invisible; pero ninguno de estos dos personajes sociales, es "mejor" o "peor" que el otro; porque ambos se inspiran y a la vez pervierten, se prueban a si mismos, uno aburrido y otro actuando en el mismo abismo de angustias y no hay comparación posible, entre el uno y el otro, porque cuando ambos han decidido ya en su actitud, todo en lo que creen o no, si es en la duda o en la convicción aparentes, allí estarán ambos, justamente, tentado a la enseñanza de la libertad, como algo mas allá de convertirse en una mera opción superficial, mecánica o poco inteligente entre blanco y negro; porque la opción como decisión no esta allá afuera y ese es el engaño estratégico, al que han sido entregados desde muy pequeños, porque sin eso, no puede haber ya control de ningún tipo...
El descubrir que es el error lo que en realidad manifiesta lo verdadero en si mismo y así, derrumbar lo inútil integrándolo a una pasión mortal del sacrificio y el triunfo, ¿pero quien media el juicio de nuestros triunfos y fracasos entonces?, ¿algo como un super ello social o un dios del sentido filosófico?; el sustrato fijo como la costra de una lógica imperante, cristalizada en la imagen donde el ojo es lo que asume ese "ver", como ver lo correcto o incorrecto en las conductas de las personas, en las situaciones y así; se aliena y destruye implacable lo no aceptado muy tranquilamente, entonces; desea el error, desea la muerte, porque esta lo hace mas vivo en su ambición de alcanzar lo perfecto...
La negación del remanente del proceso ideal, dependerá de la fenomenología que asuma y confunda la persona que "elige", como verdad o preferencia, y es simplemente como a entendido lidiar con lo que no es algo real, sino una administración mucho mas "económica" que romántica; de las consecuencias de lo que se concibe como perfecto o estable...
(Así se miente y se engaña y por eso sufre, por querer probar si acaso lo que piensa, siente, cree y hace; es realmente algo correcto y legitimo o verdadero, según el valor del juicio en que se reafirman las "formas" que sostienen su mascara de ideal, lo que le hace sentir un "bienestar" al ego-ser y no una existencia plena al yo-cuerpo)
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