Acerca de como caemos en dependencia e idolatría ontológica...
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...Tiene que ver con la forma en que se moldea la conciencia de representación suprema e ideal, acerca y sobre lo que se es visto o entendido, aprendido como aquello que es reconocible en una sola forma exclusiva y categórica, individuada en lo que se estima y cree, ya es perfecto y superior...
Alienado al "mas allá" del conjunto en total, formalizando lo divino y absoluto en la distancia de un deseo abstracto, absorbido en algo único que se hace un molde concreto, un modelo, un recipiente estándar de lo pretendido como absoluto y eterno; en lo que de por si ya es, tanto en su imagen como en cuerpo; algo totalmente limitado a una soledad estética estática...
Adoración condicionada de ese algo o alguien, del vehículo del deseo que ya es marcado en su apariencia física y material como una eternidad fija; algo que termina siendo una fabula, una absoluta decepción violenta del todo, y que fragmenta la experiencia integral de la realidad, como un conjunto completo, y no como una obsesión por cierta parte limitada de la superficialidad material; función divina de la omnipotencia real, agotada bajo el engaño de una sola personalidad e imagen (re)creada, como el concepto de lo ideal, bajo un sentido de relación personal con la superioridad, como algo que no somos nosotros, y que no es el conjunto, que es solo algo muy particular, limitado en la corporalidad de una imagen diferenciada, de algo ajeno tanto al conjunto como al elemento que somos nosotros mismos en el conjunto; forjando la dependencia existencial, a un sistema de creencia en donde la referencia de lo perfecto es algo que ya esta fuera, de una armonía universal natural, y por supuesto, que no somos nosotros; principiando la negación del conjunto y de nosotros mismos, en favor de una idea superficial de lo creído divino y perfecto; y así es como nace la deslealtad y el desprecio hacia la pureza de una verdadera Ley Natural, como sistema integrado e inteligente en donde la totalidad es lo importante, y no la necesidad de particularizar lo sagrado en una sola cosa, finalmente ajena de la experiencia real de flujo, que culmina en rigidez, terror, competencia y vanidad...
Así va adaptándose la adoración de esa imagen de una personalidad, a un nivel superficial que se limita y presenta ante nosotros, como la máxima expresión alcanzable de lo absoluto, del valor completo de lo que es real; sea un ídolo o una diva; es "algo" que termina obliterando y dividiéndonos de nuestra inteligencia y belleza natural, y de toda pureza de una experiencia directa con la potencia de lo integral; en la seduccion del fenómeno que en realidad se encuentra, engañoso y completamente limitado en la sola imagen de lo personal, y de aquello que realmente impulsa el poder de existir; causal del mismo sentido de estar vivos y por lo tanto; de una dependencia ontológica que nos separa de nosotros mismos, y nos hace pasto seco de la esclavitud ardiente, del gozo a ser negados como fuerza y libertad, entregando el fruto directo de nuestra energía e inteligencia, a otra voluntad muy ajena a una omnipotencia real...
De aquello que se forja como algo ajeno a lo inherente de la propia realidad, como integrantes de un conjunto universal y absoluto, que no es limite de lo estructural del tiempo y espacio, siendo aquí en lo directo y lo real lo absoluto; sin necesidad de adscribir su sentido e importancia trascendental, a una sola experiencia de la cosa formal...
"Eso" mismo que luego es comparado a lo que asumimos, que no somos nosotros mismos y por ende, que se hace referencia de algo deseable de reconocerse como guía y modelo hacia la verdad, como un hito o una superioridad respecto a esto nosotros mismos, que en toda cultura de estructuras jerárquicas, termina siendo como el fuego a las polillas; ya que este triunfo ontológico en la experiencia de una adoración de una propiedad adquirida bajo la ilusión de esa imagen, funciona igual que una adicción a las cadenas, bajo cualquier cultura imperante que olvide lo natural real, (que se aleja del "dín" natural)...
Generalmente se forma de una imagen determinada de lo perfecto mediante la propaganda, a un nivel de elevación divina, relativa al concepto de fuerza y estatus; como "substancia ideal", que se haya encarnada en ciertas cosas, o personas que existen allá, en el "afuera" de un nosotros mismos...
Estas divas e ídolos, estas representaciones físicas del poder supremo; se forjan como referencia ideal de todo lo que se espera sea un constituyente fundamental, de nosotros mismos, de nuestras propia existencia y que se entiende como el logro de un triunfo, como el descubrimiento de un tesoro alcanzable, aqui en el mundo fenomenológico...
Luego aquello que es representado como el juego del poder; (función ideológica del materialismo ontológico, como reconocimiento externo de alcanzar poder social, en "algo", o "alguien" manifestado en la realidad tangible; en logro y conquista externa a fin de cuenta, que se hace el sentido de vida personal); y por ende, de todo aquello que se particulariza e influye en una sola cosa, genera la dependencia de nuestra propia realización existencial, en cuanto al logro de un triunfo de adecuase a una propiedad externa al valor absoluto, o al hecho de reconocer nuestra belleza, nobleza, libertad y valor integral; en la imagen externa de una "otra" persona que se hace un deseo ciego, en la devoción hacia una imagen particular, que se hace distinta a una realidad general o absoluta del nosotros mismos; y si yo no puedo abarcar lo completo en la misma potencia que existe aquí y ahora, (producto de engaño e ilusión de las circunstancias); entonces lo identifico en una sola cosa visible, o en alguien concreto y me entrego a idolatría en su adoración, como algo subyugante a una cosa material, perdiendo mi contacto directo con la realidad divinidad de Alláh, o en otras palabras, de la Ley Natural; negando la divinidad pura y el sentido integral de toda existencia, al cargarle una importancia superficial del fenómeno admirable, y de algo o alguien que termina esclavizandonos a otra voluntad o personalidad, humana (la importancia mediática de control social con las 50 sombras de grey por ejemplo), que no son ni divinas, ni absolutas en realidad, cayendo en el narcisismo aberrante y el culto a lo individual por sobre todas las demás cosas...
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bien sea esta cosa, un sujeto; y en el mecanismo de identidad social de lo que se haya expuesto al mercado, como algo ideal; como algo que existe allá afuera y es posible de alcanzar, de obtener, de acercarse en la subyugante actitud, hacia una imagen/voluntad ajena, a la cual finalmente, nuestra propia realidad ontológica se entrega en adoración sublimada en materia...
Pero así mismo, se produce la distorsión del sujeto en objeto y así, la cosificacion misma del sujeto en objeto, como una imagen distante en lo deseable que se hace ; creando la imagen se concreta la manipulación de lo real, bajo el velo de la ilusión y en sentido patológico, de la alucinación que...
de lo creído como perfecto y deseable, siempre con respecto a una forma concreta externa, modelada o definida por algún canon cultural visible y ajeno...
ajena al si mismo del siervo cristiano y católico, e incluso explica el porque del caudillismo degradado de la ideología original en los marxismos impuros también); puesto que al estructurar una cultura o sociedad, fundada en un credo y costumbres que mantiene una representación figurativa exclusiva de lo supremo, divino, superior; se tiende a focalizar la atención y voluntad personal, en cierta imagen de lo que se ha idealizado a nivel externo en aquello, lo o el "otro entendido como perfecto"... Así construye e impulsa la imagen concreta del ídolo o el líder máximo, a manera de extrapolar la intención suprema, e identificarlo como imagen pura y virtuosa, finalmente; creado y reconocido como el cuerpo y la sangre encarnada de aquella forma suprema; representando en su imagen viva, a la misma divinidad sacralizada, (lo ideal), como absoluta y digna de entrega y obediencia, de apoyo e imitación y alabanza... De esta forma la voluntad interna y personal, (a la manera schopehaureiana), se entrega a un reflejo de lo que no somos, pero que podemos ver que si "es", ese otro elevado al máximo nivel divino; se le adora entonces y así, se entregar uno a una forma de idolatría confesional, bastante cómoda y resolutiva de nuestras tensiones, deseos y angustias internas; una cruenta dependencia ontológica de origen pasivo radical. he allí la dificultad de dominar los pueblos de pensamiento islámico puro, donde se niegan la representatividad visible en algo exclusivo de Alláh, como lo absoluto y a su vez, lo que "es" todo en mas mínimos detalles; una suerte de teoría de conjunto absoluto, también por eso el álgebra surge de la misma filosofía arábiga, en donde se comprende una inmanencia manifiesta de la voluntad como un todo que ya es fundamento ajeno al mismo dominio humano, mas no lo excluye como expresión del total cosmologico; por eso el islam es fuerte y rebelde ante toda opresión, sin negar que también puede ser tergiversado en función de controles políticos o a corrupciones neocatólicas y protestantes del mecanismo fundacional capitalista y consumista indiscriminado...
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