Respecto al poder Real de un Jefe -
Sabemos que una verdadera autoridad, no se fundamenta en los castigos, se fundamenta en el orden consciente de las necesidades del proyecto, en la seguridad personal y en la efectividad de su ejemplo como el criterio vivo de acciones nobles e inteligentes, respecto a las mismas necesidades del conjunto asumido o la aventura y la empresa...
Sabemos que un Jefe máximo, es una persona que no es infalible, pero que sabe bien como ajustar sabiamente sus propias dudas, faltas y estructuras hacia una novedosa y tangible solución de los problemas que enfrenta como organización social...
Un jefe real, es dinámico y versátil en su adecuación existencial y espiritual constantemente, no tiene miedo de actualizar sus métodos o esquemas lógicos, sin perder el rumbo de su aporte y su espíritu del proyecto...
El tema de los "castigos", es simplemente un asunto de la formación primaria en los elementos mas "crudos" del conjunto, (o de la necesaria reacción firme, ante una falta grave que ponga en peligro la cualidad y los fundamentos puros de su aventura o la misma empresa establecida en el conjunto); todo esto debe entenderse en relación a una puesta en marcha de actividades e intenciones, que deberán ser acordes a la necesidad y la sacralidad inherente de la misma empresa y la aventura que enfrentan como el desafío existente...
Las personas que utilizan castigos y la coerción por fuerza, para resolver en los demás sus propias fallas, faltas; debilidades o por la banalidad e incapacidad degenerada de sus propios miedos, mediocridad, inseguridad y caprichos, no son jefes, son simples charlatanes y unos reverendos idiotas...
La jefatura como el poder del sentido, se establece en la claridad de una realidad que se manifiesta en su integridad, sin perder la movilidad de la naturaleza y la inteligencia que esta siempre modula en la humanidad y que se expresa en sus designios por la racionalidad e intuición consciente...
La autoridad originaria, vive en sus reflexiones y acciones, en sus emociones y en la fuerza ampliada de su organización como el estadio de la integridad y el poder, alineados en un solo y mismo eje...
No le tiembla la mano ni la voz, porque sabe de la cualidad que se activa en las mismas frecuencias que conforman la organización, de su actividad como el proyecto y la empresa encarnada en su existencia...
(Señor Del Rayo)
"Míster Capisce"
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