De la maestría del Giro -


Que el sabio sea sabio, no significa que se acobarde y esconda cuando deba indicar y actuar en el mundo, directamente, ya que el verdadero sabio, no diferencia el mundo físico del del espíritu, no se decanta ni por el cielo o la tierra, y mucho menos; se alienara en una burbuja metafísica de no acciones, pretendiendo que así es como a "logrado la iluminación", o "el vellocino"...

Un sabio siempre es valiente y certero, sabe bien que son solo uno y están latente y profundamente entretejidos, tanto el fenómeno de la impresión y expresión a la manera integrada de lo que hace dentro y fuera del mundo ordinario y cotidiano, en el pliegue y despliegue es maestro atrevido...

El sabio genuino, comprende el valor y el poder del "Wei Wu Wei", y tal como Arjuna en el peor momento de sus dudas, entiende inmediato que es lo que hace y porque se atreve a actuar sin miedo o escándalos desgastados, ni con justificaciones tibias intelectuales o actitudes doctrinarias sesgadas...

Un verdadero sabio no le hace el quite a su deber histórico, se levanta y actúa, se levanta y anda, cruza tranquilo el río, porque se atreve y funciona; porque opera tanto en la voz y en el silencio, tal como en la noche y el día, actuando en medio de todos y no siendo acabado o por ello derivado, o enajenado en sus propios miedos o anhelos...

Un sabio Real, un verdadero Maestro; siempre actúa y observa al mismo tiempo en todas las direcciones, esta tan aquí en la tierra como allá en el cielo, es un umbral vivo, lo otro; es solo un indolente astuto, un falso maestro y un negligente que se hace pasar por "notable" o enigmático que se refugia en las esquinas, mientras que el maestro se centra en donde sea, y actúa en perfecta justicia y completa armonía...

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