San Pai...
El ser humano no parará hasta encontrarse en la razón pura y originaria de su propio olvido, así es como sana y despierta sin abrir los ojos, y sueña cantando entre dormidos...
Ya no odia ni ama como un premio y castigo, lo hace entregando la voluntad por donde no hay noción de lo que es tuyo y mío, y no es que cambia y se hace extraño, porque no dejará de ser tan simple y corriente como el pan de horno, o la mano que amasa ese alimento y el sonido de un parque y los niños...
Sabe que entendió, cuando ya no intenta desesperadamente seducir o incomodar al prójimo con las artes y efectos de una maniobra y parafernalia distractora, va directo al hueso y se interesa tanto en los libros como en la tierra seca, en la boca de una mujer divina como en los dedos de un mono; en la mirada del que se dice su amigo y el enemigo, en la acción del trabajo y en el descanso, y en lo que le hace ser como un "secreto" activo...
No tiene principios porque no termina, no funda su reino en la vanidad del que "cierra" el circulo, su acontecer es tan natural como el estiércol de los cerdos y las perlas del mar, entonces; ya no tiene olvido, porque no toma ni suelta nada, y hasta el todo es irrelevante en los caminos...
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