Ocho de risa...



La sonrisa no nace de la boca, ni es forjada en su forma o "escrita" en la materia, ella fluye desde una percepción y emoción libres de imágenes e ideas, respecto a una sola cosa hecha aparte de lo natural, respecto a algo concreto y "correcto" como el decir la "idea" humana...

La sonrisa genuina es reconocimiento inmediato de lo que ya es honesto, sin la necesidad de tener que ser tornada en pleitesía, ni es de virtud o engaños, porque ello es lo inmediato en quien descubre su manera más simple y original de acabar con la reflexión mental, hacer del gozo algo absoluto e inminente, algo imposible de vivirse como distancia imaginada...

Ella es la claridad de encuentro en lo que nunca ha dejado de estar aquí como "algo evidente ahí", por ende; la sonrisa entera no es "felicidad" ni es "tristeza", estas son cosas pensadas que todos creen serían la razón y origen perfecto de aquella pureza certera que es la sonrisa libre, pero la sonrisa honesta no es buena ni mala de acuerdo a ninguna especie o apariencia de idea, al contrario, existe en lo que trasciende y deja insuficiente a la misma "idea"...

La sonrisa pura es la transformación de la nada en todo lo inmediato, en la misma sensación de que hay algo que “deberá ser así”, y por ello se ríe aun si eso acuerda o no con la idea que anima el juicio crítico, de lo que “debería” y “es” como algo esperado, hay que comprende que no es algo ontológico como se ha pensado…

Ni el Yo alcanza a darte un buen ejemplo de espacio o explicación, porque la sonrisa genuina es la maravilla de quien ha dejado ya de ser humano, de quien no necesita el ser para estar "aquí", no lo necesita como imagen ni idea de una referencia, y es la función principal del teatro llamado como mascarada hacia afuera, pero no huye ni engaña de algo, no se usa como estrategia política en su maravilla sin valor, simplemente es realidad por sobre toda imagen...

La sonrisa real no busca "crear" ni acuerdo o molestias, mucho menos empatía, ello es la claridad más pura del horror y la insinuación constante que hay en ti, como algo que ya es completo, y es la realidad convertida en experiencia de un dominio satisfecho y tranquilo...

Pero la seducción y el miedo se sirven por igual de aquella estrella, pues la sonrisa eterna es la barca que mueve ambas corrientes de la lengua “antediluviana”, y hace el primer eje del mundo algo activo…

Sepa el que sin ningún esfuerzo, aquí sonría…

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