Lápiz...
Ya no recuerdo cuando deje de tomar, la molestia de empezar a recorrer tabernas de un pueblo en guerra, pero me acuerdo de la forma en que todos ascendían por la indiferencia cuando entraban los arrabales, y en los purgatorios que quedan, de todos los que han perdido lo esencial, lo verdadero, por andar intentando aparearse en las revistas del éxito cultural...
Yo me acuerdo que eso lo trae el dinero, la gracia de saberse poderoso y mandar a otros, pero lo hacía por intentar ser un hombre bueno al ideal del amor supremo en la vida, ¿y ahora qué?...
Ahora se que es mentira, que solo cae el desgraciado cuando pierde el contacto de entretenerse en la ilusión que habita, de hacer algo perfecto en las conquistas, por lograr quimeras; se aburre de que no hay más satisfacción, si en relación de placer se trata, pero esto lo engaña en la intención del capricho, disfrazado de altruismo, y decae en la banalidad de entenderse y reincidir la imprecisión del mercado...
Luego vinieron las super divas, promesas encarnadas de mujeres más que lascivas divinas, pero son como la estrella fugaz cuando la juventud se aleja y comienza a divagar, o a estar en la reflexión de lo que te hizo soñar que había, eso fue porque íbamos llevando un gran gusto en la belleza erotica, algo que nos distrae de las necesidades reales, pero que en la forma amarga alcanza al darse cuenta, de cómo es que es, la parte del mundo horrendo que te desea y mira; girar por las superficies con alguien sublime en la profundidad del ego...
Y el freak no se daba cuenta de que era muy querido en la energía, y es porque como al tenerlo todo y no importarle un carajo, no existe ni en la duda o la oportunidad que azota su envidia, mejor dicho; a la falta de condena, la traición y el odio de los celosos desgracia la tranquilidad en la gente, ya que se enamora y aturde en los espejos, donde unos le evidencian que todo su encanto, es porque lleva billete y nombre el macho, y ella un cuerpo y un rostro hecho el trofeo...
Supe que también las más locas y atrevidas, son esas chicas que vuelven a querer ser "normales", luego de un tiempo cuando piensan en lo que han hecho con lo que les han hecho a ellas, pero solo cuando alguna madre se apiada y les dicen lo que es mejor de hacerse extraños, o en la supuesta claridad de entender qué fue lo que en realidad derivada del consejo infalible que les dio la amiga mas pilla, pobres las mujeres con sus cofradías, unas porque las miran mucho, y otras porque nunca las pillan, son tan ingenuas en la crueldad como un lobo ahuyentando a cien hienas...
Todas se escaparon de una mente nefasta que las consumía día a día, pero había una distinta que aun no entendía, y ahora que sabe, ya es como todas, porque aprendió a mezclarse, aprendió a inclinarse con mucho orgullo y alegría...
Tenemos notación electrónica, agendas y tecnología, tenemos maneras de sentirnos vanguardia, sin embargo, tan aburridas que son las rebeldías y obsesiones de hoy en dia, cosas que a nadie le afecta o importa realmente...
Veo que esconde sus tristezas en la cara de histeria, como si mirando al vacío encontrarán nuevamente la ilusión de una buena vida, de una casa llena, de un hogar sublime y si acaso, fuera necesario lo deshonesto para inquietarse ante el dolor de todos esos amantes que guardan bajo las sábanas, porque cuando el diablo que llevo a cuesta es más crudo y brilla, lo es porque nace de consejero de cuidado, pero yo no me engaño, (tanto), que ya he visto las mecánicas y no es cosa de entenderse en las locas estrellas, de esas que recitan grados y acumulan maestrias, sus versiones son de una vida que es siempre como el filtro de lo que un loco o una intensa, les dice que haga y que hacía...
¿Que porqué les llaman dementes?, porque están demasiado en la mente, y no porque no se antojan de ser comprados ni comparados con nadie, porque les da igual si piden o entregan, porque solo la inmediatez los culmina en la coherencia, y están porque no vienen más, que cuando el yo le quiera...
Por ahora gozamos, seguimos, viajamos de colección y atolondrados desastres que arreglamos con palillos, como la cantidad de personas que nunca son bastante, y aquí no hay queja o desconsuelo, algo de ironía si, porque hicimos y haremos lo que siempre hemos querido...
"Suena el río"
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