Todo pasa...
Se ha dicho en fuego y Señor del Rayo, que todo pasara en brazos de Amada, que no hay dolor ni alergia o resistencia, tanto ajena a espacio o el tiempo, sus fauces dulces devoran la impermanencia bajo la mascara de toda experiencia, transforman todo en la mota invisible que vuelve al centro, guiando el Rayo en las cenizas, suena el cráneo maestro al descubrir su error supremo en los velos...
Que no hay victoria o derrota, que no soy ni el acto o el pensamiento, tampoco en la emoción me encuentro...
Formas diversas se hayan inmersas bajo la impresión tremenda en lo inmanente, cambian de lo que no termina así o asa, cuando el Corazón ya es piedra dura, recuerda sabio y poderoso al Cristal que insufla un soplo que ordena en las nobles conciencias...
Silencio - Adoración - Tridente
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