Fuerzas del templo...

Sobre el poder real natural, y la honesta realización encarnada en la enseñanza espiritual

Crecimiento y valentía espiritual, es realmente atreverse a ser hombres y mujeres plenos, avanzar el camino, asumir nuestro estado actual como algo hermoso, digno y natural; renunciar a la arrogancia y comodidad, la ignorancia y banalidad de quedarnos pegados, estancados en una sola etapa idealizada de esta vida...

Sea en la infancia, juventud, de adulto o anciano; ninguna etapa es perfecta por separado, porque eso es quebrar la belleza y lealtad en la vida que es siempre algo integral, sistémico en la realidad de ser humano un proceso y no un resultado...

No somos "cosas" estáticas y ninguna "etapa"; es mejor o peor que las otras, solo en la mente incompleta y fragmentada, dividida aun, habrá ansiedad o apego hacia alguna de estas llamadas etapas; un hombre, una mujer de poder real se atreverá a reconocer(se) en el proceso y honrara la naturaleza en su existencia plena y completa...

Madurar no es solo amarse y "encontrarse" a uno mismo, también es amar y honrar a los otros que en algún momento de sus vidas; también se atrevieron a avanzar, ser leales en su propio proceso y crecimiento natural, honrando así la obra divina, hacerse hombres y mujeres consecuentes, para y porque el niño o niña que fuimos y estuvo allí, pudiera aprender, ser criado y cuidado, así como el anciano visto, honrado y atendido...

No hay verdad espiritual en quien se declare y quiera estancar en un pasado, o escapar siempre al futuro y sufrir, gozar por ello...

Hombres y mujeres de voluntad y poder real, sean señores y magos del tiempo, acordes en nobleza y virtud con la única ley pura y natural; jamas renunciaran al presente en el que existen, y tal y como su cuerpo le indica y expresa que esta siendo presentados; no lo harán para olvidarse o convencer a otros de que su actitud es o no es correcta, lo hacen de honor y amor a la creación divina y el sentido justo, cósmico e universal...

Observar y actuar en la senda de la gran naturaleza, hermosa, magnánima, suprema, aquí y ahora; con la inteligencia energética y genética actual y ancestral...

Estos son sabios guerreros y creadoras personas, amantes que el planeta, el universo, el pueblo entero y las familias requieren para hacer valer y prevalecer, justicia y plenitud, inteligencia y amabilidad, realización sana, transversal e integral...

"Señor del tiempo"