¿libertad o condicionamiento?, ¿ emancipación y amor verdadero?, ¿o solo un engaño esclavo de las conveniencias?
es el paradigma de la educación lo que realmente define e implica el sentido de aquello que se hace, de lo que se aprehende, no esta la clave en observar e indicar las acciones mismas que se realizan, sino mas bien en reconocer el sentido que las inspira y como esto se proyecta, si responde a una acción reflexiva o a una acción replicante, visto así, de manera critica, analítica e inteligente; se comprende al niño que escribe, camina, se sienta, calla o habla, como individuo emancipado o regulado por agencias bioculturales, biopoliticas y en definitiva economicosociales; aquí se encuentra una "resonancia" en la construcción de su identidad como efecto de control o creación, todo esto según si la intención hermenéutica del que le enseña, responde a un compromiso verdadero o a una mera función instrumental de orden al servicio de otros intereses ajenos al niño como individuo único e irrepetible dentro de un contexto colectivo inalienable; el paradigma del serialismo industrial de la educación hegemonía e imperante del sistema capitalista en desborde y dogmatismo de la metaestructura que instaura ficciones, fantasmas y esquizofrenia existencial, allí donde hubo algún día pureza y espontaneidad, originalidad trocada en formalidad normativa; persiste en la vanidad de lo objetivo como un totalitarismo del entendimiento y su consecuente "cosificacion" del sujeto en "mercancía" e insumo social de (re) producción técnica, aquí la crisis epistemiológica de contradicción vital y así, la conducta del niño se aliena porque es vista y estimulada como una mera respuesta refleja a una orden que instaura roles, modas y tendencias al servicio de intereses que sobrepasan su libertad, amarre en el sentido común de un mandato, de una exigencia, de una acción virulenta y replicante sin conciencia critica e inteligencia ante lo que nos pasa; el niño que se normaliza así de esta forma; luego deriva en un hombre (o mujer), que cree que piensa, que cree que siente, que cree que actúa, pero en realidad se abstrae y aliena constantemente en mundos privados, públicos o hermenéuticos y aun bajo el manto invisible de lo estable, de lo seguro, realmente se viste con el traje nuevo del emperador, y es desde su pretensión que sufre y maquilla, desde su acumulación de información que esconde su ignorancia y en la apariencia de libertad que actúa obediente, se hace esclavo en la memoria o la erudición operante; hasta que quiebra y diagrama en abismo y consecuencia, toda aquella interpretación latente que lo a hecho una antena y transmisor de comunicación y representaciones éticas y estéticas, ¿donde se encuentra la originalidad del ser?, ¿donde la emancipación verdadera?, ¿de lo real que viaje mucho mas allá de todos nuestros condicionamientos?, ¿son conductismos, estrategias, conveniencias, seducciones, sugerencias de un poder subyugante, jerárquico y obsesivo que subsiste interno en lo externo?, siempre indicando la importancia en otro cuerpo, en otra vida, en otro molde, en la referencia de una diferencia mas allá del limite y las superficies; de un espejo reflejo que desaparece en la intermitencia...
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