la emancipacion inteligente...

El problema de la democracia, radica en que este sistema “actual”, (inaugurado como tal por la vertiente occidental Europea de las revoluciones que dieron pie a la alborada de la nueva era moderna); se basa como esquema y ejercicio práctico y concreto, en la toma de decisiones legitima por medio del voto “popular” y luego, su defensa y aplicaciones, tanto prácticas como ejecutivas, y administrativas, sobre y desde el cuerpo real del estado, (res publica), instaura así, el fundamento lógico e ideal de su experiencia y justificación de existir.

Acciona su poder desde el poder del voto electivo, utópicamente descrito como el ejercicio de la libertad popular en cuanto a su dirección política y social; se fundamenta en la determinación de la toma de decisiones públicas, por medio de la discriminación colectiva; sufragios representativos de decisiones, que operaran luego activamente, como leyes o estatutos oficiales y aplicadas, reconocidas como legales y “preferibles”, más convenientes para la mayoría del pueblo, al servicio del desarrollo, evolución, progreso y bienestar integral del estado como totalidad humana.

Ese estado que supuestamente, representaría fielmente, los ideales e intereses, preferencias y resoluciones del pueblo; la voluntad de la “res publica”, encarnada en su organismo gubernamental, determinadas sus decisiones, según votación popular y parlamentaria.

También funciona, o dice funcionar y ser efectiva, en cuanto a la creación, aprobación y estimulo de aquellas leyes, toma de decisiones, normas y condicionamientos de orden social, políticas y culturales, económicas y contractuales, de acción y conductas públicas como privadas, que influyan en la vida de los naturales, de los participantes de la nación o estado que ella indica, encarna y representa.

Y en todos los ámbitos que esta regule y defina como prohibida o aceptada; por medio de la regulación que esta implica.

Como idea utópica suena muy bien; ponerse todos de acuerdo y hacer respetar esas decisiones; pero en su momento de creación y aun hoy día, pasados ya más de 200 años de historia, se encuentran graves falencias e incoherencias lógicas de su sentido e interpretación política y moral.

Pero para que todo esto funcione correctamente, en cuanto a la verdadera defensa de sus ideales al servicio de la emancipación y el progreso igualitario y amoroso del pueblo que representa, y la negación de la dominación y los abusos de poderes, se requiere el ejercicio de la libertad, igualdad y fraternidad como acción concreta, real, fáctica; y no solo como un emblema o mascara distante y metafísica.

Es necesario entonces la madurez integral, racional, emocional, cultural, pedagógica, e instruida y activa, del cuerpo social por completo que conforma una masa humana de nacionales, de toda la res publica que opera en ese estado y territorio.

Esta democracia es directa heredera y proviene de los ideales gestados en el renacimiento y la ilustración, del polémico “siglo de las luces”.

Pero esta masa, esta res publica necesita para ejercer inteligentemente su derecho a voto, un desarrollo critico e intelectual importante y generalizado, a nivel cultural y económico, epistemológico y semántico, en la inteligencia política y el análisis crítico de los fenómenos que vive; y fundar sus decisiones en cuanto al desarrollo y apercibimiento de la integralidad de sus facultades sensibles e intelectuales e incluso psicofísicas y mentales, espirituales para ejercer de manera efectiva y leal, inteligente y consiente de ese poder, de ese derecho al sufragio, a la decisión que estamos tomando; comprender el cómo, porque y para que, la estamos tomando.

Cuando esto no ocurre, por diversos motivos de falta de conciencia o alienación popular generalizadas; por ignorancia o manipulación mediática y totalitaria especialmente, (un desarrollo integral de las masas como fenómeno inteligente) (lo que Freire propone en esencia); entonces la voluntad y el poder real de esta democracia, fundamentada en la representación legal de la voluntad de aquella “vox populi” no inteligente o emancipada; las decisiones que se hacen ley y orden a fin de cuentas, propugnadas por este electorado popular inmaduro o controlado; en realidad descansa y se define como espejismo de la libertad, y es controlado de manera a veces muy subjetiva, conducida e influida esta decisión y en el peor de los casos, manipulada y “obligada”, por un cuestionable sentido común, (más bien por moda o tendencias, definidas como preferibles y deseables por los medios de información, comunicación, propaganda y control mental), el dogma se impone y destruye la libertad e inteligencia humana.

La comercialización del sentido político y espiritual, religioso y filosófico; en donde los candidatos y los ídolos del momento, se venden como mercancías deseables, representantes de todo lo ideal, de la horma y norma, de la imitación deseable de todos aquellos, los “inmaduros” y edipicos sociales.

El ídolo, el maestro dominante, la diva superficial y el dirigente demagógico y manipulador, las personalidades “vampiricas”; se aprovechan de la debilidad moral e intelectual, psicológica y emocional, e incluso física y de identidad, de las personas engañadas por sus discursos y el circo, el espejismo y los trucos baratos con los que los distraen y subyugan; los hacen sus esclavos y títeres de sus propios intereses y necesidades y la gran mayoría de la gente, nunca o tarde se dan cuenta.

Desenmascarando el engaño social:

Estos “representantes” intachables y ordenados como perfectos; vienen a representar y suplir, todas las necesidades, cualidades, sueños e intereses, ideales que son vistos como deseables y necesarios por los individuos y las masas, como lo necesario (lo representativo de) lo deseable, lo alcanzable para ser feliz, para ser mejor, para sentirse bien, para ser en pocas palabras, superiores y lograr sentido existencial.

El pueblo y las personas, operando asi, se convierten y convierten a los demás, en instrumentos, en objetos, alienan la humanidad inherente a la raza humana; valga la redundancia y se hacen victimas y a su vez también, complices de toda esta maquinaria voraz que destruye al mundo entero, desintegra y consume el sentido vital de las personas y la naturaleza, debemos despertar, reaccionar, crecer, madurar al respecto ahora mismo.

La masa operativa, el pueblo alienado y despojado de su valor y potencial, se convierte en objeto instrumental sin conciencia, pierde su fuerza social de avance y voluntad valiente y emancipadora, y los mecanismos del poder secreto, que mueve los hilos de todo este show, desarticulan toda posibilidad de emergencia y crisis, de cambio y progreso universal.

La instrucción, la experiencia y el desarrollo y promoción de la sensibilidad, de la inteligencia y del amor como fundamento de poder y unión, comprensión lógica y vital de este “existir” como pueblo y planeta; es vital, necesario y urgente de ser recuperado, afianzado y defendido por todos nosotros, los seres “pensantes”.

En el ejercicio de un desarrollo del conocimiento, de la inteligencia múltiple y la sensibilidad solidaria y consiente, y en el ir más allá de los intereses desafectados, egoístas y vanidosos, aberrantes de las personas “sucias”, “infectadas”, y enfermas por esta esquizofrenia cruenta que se reproduce en las redes sociales y culturales, por medio de la influencia y la programación de valores y hábitos que impulsan y promueven, la reproducción de la injusticia, la crueldad desnaturalizada y la nausea de este sistema inhumano, antinatural e hipócrita y enemigo del alma y el cuerpo de todo lo que se hace llamar vida; deben ser erradicados y reinstaurar, recuperar, exigir claro que si; la acción y evolución de nosotros mismos , como fundamentos de acción y madurez, de desarrollo de todas nuestras facultades y de la importancia de volver al vivir “vital”, afectivo, amoroso y natural, noble y sincero; esto no es propugnar hedonismo y estupidez, al contrario, es recuperar lo que nos ha sido arrebatado.

Pero las elites del poder hegemónico, los “maestros iluminados”, siempre fundamentados en sus valores religiosos, políticos, económicos y culturales de conveniencia; actúan en concordancia y apoyo de los circuitos de operación y control físico y mental de la población, utilizan la manipulación emocional como elemento predilecto para la evasión de lo real y como distracción ontológica del ser humano y la percepción del otro y su entorno; hoy día el gran dictador, no actúa con maneras duras y agresivas, al contrario, sonríe y seduce limpiamente a sus víctimas.

Todos aquellos que han preferido o no saben que aun viven en el encierro del conocimiento y la dominación de las emociones, por medio de estos fetiches formales; de la regularización y estandarización de la experiencia colectiva en una elección dominante, del querer el mejor o la mejor opción, si pero; ¡mejor al servicio de que ideal o fundamento?, creen que van en beneficio de su interés, pero en realidad solo son el autómata contento, que es manejado por la mano negra; viven sonrientes pero vacios.

En la experiencia esencial de ser únicos y autónomos, podemos construir una realidad social y de colectivo; pero estos virus de conciencia, nos hacen caer en el juego del miedo y la comparación, de la cosificación de la persona, de la “prostitución moral del sentido, del querer y el afecto”; de la instrumentalización de todo lo que está vivo y siente, como mecanismo al servicio de un fin que no es en definitiva, su existencia sino la de otro que lo controla en secreto, (tácticas de manipulación de todo tipo, aprovechándose de la ignorancia y falta de valores y desarrollo de todo tipo en las personas); por eso importante es todo esto.



El conflicto de la representación del sentido como objeto deséante:

La poiesis externa de la persona y los colectivos, de las masas cuando se convencen de algo, como algo real y coherente, conveniente; pero no discrimina, no comprueba de manera empírica o “científica”, este dogma o mantra que repite sin cesar; se adscribe a un fundamente de hecho o valor del sentido común de las cosas, de la naturaleza verdadera de sus relaciones y operaciones sociales y privadas, así la biopolitica funciona en silencio pero muy efectivamente en nuestras vidas, tenemos que despertar ahora; y preguntarnos;

Que es lo que se niega o afirma en nuestras conciencias?

Cómo y porque se repite un axioma o experiencia, ya prefabricado en nuestra vida?

Detectar lo que impulsa al consumo sin reflexión crítica o sensible, por medio de la acción de la observación vital; no quedarse en el juego evasivo de la meditación banal, un placebo de embriago que a fin de cuentas, solo es un escape hedonista muy cómodo y otra evasión mas del mercado neoliberal, una entretención superficial de los sentidos y un uso hipócrita e irresponsable de la técnica y el conocimiento al servicio de la evolución de la vida misma; eso es lo que quiere el sistema que hagamos, por eso instaura las modas y las tendencias de una manera muy suspicaz y calculada, no muchos se dan cuenta, pero ya vamos despertando.

El ser vivo se realiza en una vivencia y observación activa de su historia y potencia, trabaja y desarrolla la voluntad e inteligencia de una manera consciente e implicada y no se aliena, se resiste a la masa “light”, estupidizada e hipermaterialista y así, puede entregar libertad y plenitud a la naturaleza y la humanidad y no contribuir, al desgarro, traición y abuso de la vida misma, el ser inteligente y honesto, no es ingenuo o sumiso, no es alienado y evasivo, no es flojo y aprovechador; perdura en la verdad, la honestidad, y en los valores que se han hecho a sí mismos como realidad fluida, y dejan de ser mentiras, figuraciones hipócritas e etiquetas de identificación de mercado y conveniencia momentánea, en la navegación de las superficies y se convierten en fuerzas contenidas y realizadas en la madurez de su experiencia, se erradica poco a poco la hipocresía y el infantilismo, la idiotez y el engaño y la humanidad se hace fuerte, noble y hermosa, digna de ser y estar presente.

Cuando el humano inteligente se atreve a ser honesto y comprometido, la masa también despierta, se potencia en sí misma esta relación, en cuanto a individuo y colectivo…



Toroblanco