vertigo de la contemplacion real...


vacio eterno, desintegrado, aislado, lejano y solitario, la ciudad se abre con sus millones de maquinas rugientes, llenas de cadalzos humanos, llenas de humo y asfixia existencial...

sin llanto, sin misieria, solo y en silencio en medio de la bulla y el escandalo social, la cabeza inquieta, los puertos sin barcos, el viento lejano, los dioses cansados, sentados desde arriba y abajo miran con aliento jadeante y desinteresado a toda esta muchedumbre inutil, miles de insectos corriendo ante el dolor, el odio y la tristeza, los muchos que son pocos se afanan por descubrir el misterio que inevitable se diluye entre los dedos...

cuando pensamos que ya estabamos en el lugar correcto, nos toca otra vez salir de esta existencia, alejarse de lo imposible, construir entre ruinas, levantar los templos que un dia seran quemados, acabados, reducidos a cenizas y escombros, señor de la destruccion eterno, diosa del final, despierta y en su juego no deja de ser leal al que esta arriba, todo cae, se hincha y explota, las luces se apagan y las voces de los caidos que siguen lamentandose ya no me inquietan, no me torturan, simplemente no me importan en absoluto...

sigue el alma inmortal descubriendo los velos, rasgando las pantallas, cortando las apariencias en mil pedazos, sigue la luz del primero y mas hermoso en su esplendor, son los humanos ingravidos que se atormentan, se ahogan, se hunden en el pantano, como miles llegados y otros tanto que habran de llegar...

veo en horizonte sin reservas, sin perspectiva, veo en lo que no tiene arriba ni abajo, en lo que no permite ser descifrado, lo que no tiene nombre ni tampoco un rango fijo, existo desde la inmensidad del abismo, las tinieblas que silencian tantas voces de idiotas, de marionetas de sus propios deseos y ansiedades, veo en lo profundo del templo de la carne y existo ante la fuerza sin palabra, sin principio ni final, los ojos del que y la que es por siempre, de lo que se mantiene ajeno a toda esta arrogancia y estupidez, consuelo de la nada flotante, desvario de la locura silenciosa y sutil, de la soledad que engulle y alimenta la verdad suprema, y caen los imperios, caen las ciudades, mueren los hombres y mujeres, nacen los ideales que pronto habran de consumirse en su propia pasion, queda la estela del vacio eterno, simple y conciente sin mente, sin cuerpo y sin corazon, la senda que se escribe en las arenas y es borrada por las olas implacables, hermosas y constantes...

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