Y así es como todas las Serpientes renacen y encienden...
--- Ammavaru ---
El Señor de las Montañas, es el único y verdadero Centro ideal del mundo, aquel Ser domina la geometría axial del huevo en la integridad física y metafísica; en este y todos los tiempos...
Su Amada eterna, teje un destino terrible para los malditos, los ignorantes e incompletos, y activa; el Triunfo Seguro, Sereno y Supremo, en los que han conseguido aferrar bien y descifrar claramente la clave del Eje, con genuina y pulida bondad y aristocracia...
Su enigma es lo que yace detrás de todas las capas y de todos los velos del día y las noches, con su estado puro y duro, blanco en la intensidad cuando la pareja perfecta engendra; entonces nacen los Dioses...
Se abrazan como el hielo al fuego eterno, en la formación del sentir y el consentir la unión Tántrica, la verdadera Victoria desde un Mayor y un mejor fundamento; se alcanzan libres, satisfechos y consecuentes, anteriores siempre al juego de la polaridad que encierra al novicio, al criminal y a los ignorantes; se encuentran ya en sí mismos integrados, como un solo y seguro encuentro, que es tan divino y completo, como el Amor que no acaba ni desfallece...
Aquel que es mayor en confianza y fuerza, se atreve y se impregna en la firmeza y su entendimiento, pero esto lo hace así, para recordar y no para recabar novedades; esto es porque aquel deriva de las semillas que encienden la mente en las estrellas, las que en realidad, más bien derivan de su adentro cuando en verdad sabe y despierta...
Vive y nace de aquello que es todo lo visto y creído en las formaciones de la geografía y la biología externa, sin quedar prendado de la ilusión del suelo ni el firmamento; esto es porque en realidad el Noble se ha integrado en la base lunar, al levantar del báculo Divino que lo forja y sostiene, aquí en la tierra como en el cielo y los infiernos, completamente...
Triunfa desde las raíces del material crudo y lo cuece, y en los frutos logrados se organiza; lo es dicho y hecho en donde la navidad y la primavera florece, aún cuando aquellos logros son sus hijos, en lo que se impulsa y genera, directo al conocimiento; naturalmente vive tranquilo y en ceremonial silencio...
Su esquema es del orden que se asemeja y supera al universo, y a todas las pinturas y arquitecturas señaladas del orbe en los poblados planetas; y en todos los planes y llamados que hombres y mujeres a medio hacer, intentan de hacer creer a otros como la verdad, sin tener ni juicio ni coherencia...
Así es como demasiados desean y aborrecen al mismo tiempo, a todas las cosas y a los varios seres del mundo y la naturaleza en este planeta; lo hacen así, porque en realidad se odian a ellos mismos en "eso", se frustran y seducen pervertidos con todo lo que pueden ver y hacer, como si fuera algo grande allá afuera, como si fuera esa la gran promesa, siempre ajena a sus poderes reales y el noble entendimiento; crían y plantan así el sufrimiento y la degeneración en sus huellas que dejan, dentro sus propias colisiones e impresiones; y en los desiertos malsanos que hacen pasar por valles fértiles y nobles sustentos...
Nada de ellos que nace en sus acciones los fortalece, y aun más pierden cuando se vistan de rojo, de amarillo, de blanco o negro; nada en ellos se alcanza realmente en triunfo, o es un poder que late en los caminos de la eternidad, porque simplemente están conformados y subyugados por sus carceleros internos y externos; no dominan nada de lo mágico ni de lo técnico y desesperan, entonces quieren robar la Joya en vez de intentar transformar su engaño; viven y respiran detrás de toda apariencia y teatros que montan, de orgullo y banalidades diversas con las que prostituyen y se encantan; esto es porque son esclavos de las visiones que controlan sus mentes, mentes que jamás son suyas; ni por voluntad, ni acercamiento...
Son millones los adoradores del látigo que les define y corrige siempre, son la esclavitud rastrera que pocos resuelven ni mucho menos si entienden, llevando a cabo el dicho y hecho en la intención torcido, pero como imberbes e inmaduros del placer y el sentimiento...
Se atrapan tanto en donde todavía buscan, los vacíos sin comprender la nada en las respuestas, y así es como pierden a muchos y se degradan en la acción vulgar de un descriterio insólito, y en las peores vanidades plasmáticas; viven como "reyes y reinas" supuestos, sin haber jamás cuidado ni preparado bien como debe ser, la Sangre y Tierra en Justicia activa para ejercer, su totalidad segura y suprema de la Gran Obra...
Nuestro Saber domina el lugar del ojo que emerge del lago de agua invisible, y en la fragancia nace de todos los recuerdos y pensamientos, controlados y contemplados sin premuras ni violencia, ahí es donde la coronilla despierta, la Espada enciende; aquí es donde se abre el portal con lo secreto que ejerce el ensueño en la Fuente, sin peligros se insiste en la cima, desde una caída al cielo al revés que resuelve la tierra del nuevo ascenso...
Ello lo hace ingresar por entre las cuevas de hendiduras y entradas camufladas, para no ser vistas por las miradas mutables e indecentes, y en lo profundo de esta Tierra verde se mece el dador del mundo; desde aquello devasta y permite hacer Ser al ser, en la resurrección que es negada y borra como un demonio, cuando el buscador no es consciente en la pureza y sensación de los valores lavados del noble Entendimiento en su Elemento...
Tal como las venas rojas cruzan y asisten al Corazón Sagrado, estas son las velas del navío que encienden la inherencia de nuestros cuerpos, y así es como las tensiones del desengaño y la estupidez se vencen, se alejan de todo lo que agarra horrible e innecesario el camino en la gente, y en lo que mueven y remueve cuando se hace réplica, cuando se agita; pero solo como a las hojas del Árbol se mueven, ya que giran y caen solo aquellas en las tormentas; jamás se derrumba un cuerpo realmente armado e inteligente; esto es lo que tantos idiotas y los incontinentes nunca entienden...
Conoce a lo que mira desde lo profundo y sonríe, o a veces llora desde la Maestría de una indiferencia que pocos perciben, limpiamente y por debajo del significado aparente que les recubre en lo que Es; y es "eso" en la esencia de la verdadera y única incondicional Consorte; sabe bien quienes son los que se confunden con la orden, porque no entienden cuál es la entrada correcta ni la salida específica del Templo, y en los laberintos del vicio y la bestia interna; mueren sin sentido irremediablemente...
Pero entonces algunos despiertan, algunos descubren la certera razón del monstruo que yace en sus adentros; y así es como la bestia entonces sirve y funciona, de aliado y guardián tremendo, de transporte y tesoro, de un fuerte y seguro terror ante los enemigos del Noble y la Gran Serpiente; aquellos son los cuatro Seres que afirman la mesa estable del genuino Mago en donde aquel Matrimonio, nos bendice y rehace; entonces nos levanta de todo error, vanidad y entuertos...
Con su Amada abraza en la última piel los comienzos, de aquel que corta cabezas y colas de las entidades más porfiadas y desgraciadas de este y otros mundos, con un Amor intenso que es capaz de superar la misma muerte; se nutre incluso de los que no atinan ni afinan la inteligencia, y a todos los que no obedecen, le aplica el yugo en la Ley del Gran Silencio; este es el llamado primero a la invocación Suprema en todas las razas, y en todos los pueblos, que no han de envolverse en trampas ni mezclar su esencia sin conciencia...
Sólo la Verdad libera al Poder Celestial del veneno inherente, transformando la espina del odio en Joya hermosa de la diadema resplandeciente, y el plomo se vuelve en Oro, logrando al bálsamo de ambrosía beber y florecer en donde los falsos iniciados; simplemente se pudren, mueren y enferman...
Sólo un Dragón prístino es verdadero regente de su propio Destino, sólo el valiente y fuerte en su seno, es quien de verdad esto consigue si entiende; se hace así el que obtiene las alas de inmortalidad, pero sin forzar jamás la puerta, sin errar jamás la llave en la cerradura que lo llevará, directa e inmediatamente al mismísimo Reino infinito de un Sol Diamante, de la imperial casta que brilla tranquila en la entrada; sin matarlo nunca más en su intento; así es como logra lo que todos quieren, sin decaer en su intento...
Estas palabras son mucho más poderosas y eternas, que todas las maldiciones y distracciones con las que los encierran y entierran constantemente, desvirgando su bella y poderosa inocencia; drenando la vitalidad en miserables formas de autómatas, haciéndolos como antiguos esclavos, igual que muertos vivientes; y en lodo de indecisión y engaños los sumen para olvidar su Amor Perfecto, plagándoles en la influencia de falsos guías, de impostores maestros y aún peores regentes...
Estas son las crías de una observación fluida en los ojos del Templo, labor del sentido que se limita a indicar y erradicar las maldiciones y alucinaciones, creando la gran diferencia entre el hado y el reflejo que nace como identidad en la mente, cuando esta humanidad se enfrente; al digno espejo de humeante y amable oscuridad latente...
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