Mas allá del bien y el mal...


Estos son los días del Sol, su fría luz, nos revuelve en las aguas modernas, transitan con la insistencia y el valor de una gran paradoja; esta es la cuestión del saber, por ser dado en todas las hojas y en las formas, y en las características de los nombrados como atributos en su albor de las dimensiones, las horas del tiempo en los mundos, pero los filósofos con sus visiones, no existen en la claridad de un nuevo comienzo...

¿Quién es el que domina la canción en forjas desde aquello que labra espacio para lograr cimiento?

Esta es mi lágrima, la estrella que nace del recuerdo; se limpia de impregnación y estudios previos para recubrir del cielo al velo...

Esta es la fuerza de iniciación en su gran tormento, un sigma y enigma en la piel del ciervo cuidado por los leones; tormento porque le entregará la forma y contenido puro al no nacido, la vida en su espacio criado y nutrido desde adentro...

Tormento, divino y puro porque es dador del único y solo amor blanco, de amor diferenciado y de alcance intenso; entonces, la operación transforma e invierte lo malo en bueno, el veneno sana y se libra el todo de la experiencia...

Así es como te hallabas sola y perdida, entonces yo te encontré, ahogada en la confusión del vacío incomprendido, llamando al poder de una puerta sellada siempre en medio de vuestros cambios y acontecimientos...

Te alzabas cruda detrás de las cortinas del humo y la luna, bullente bajo un cuerpo que incita y suscita el deseo, y así es como has querido hacer nacer del Ser a una cosa hendida en la apariencia, pero la vida existía en la observación de aquellos, los antiguos, los que te apreciaron tan sólo como mujer divina por medio de un convertirte en la herramienta, en la carga externa del triunfo hacia el terreno del pequeño ego; entonces, la forma se hizo un placer desnudo encargado en las profundas decepciones, y en los horrores de las traiciones; en lo inconstante de sus lógicas, y en la pérdida completa de la invocación maestra...

Vivir, demostrando en qué es lo que realmente había oculto en la piedra, obstruyendo el flujo del manantial, en la inmortalidad del centro que gira ahí adentro; nada que no fuera algo ya conocido en su propio seno, nada de lo que se hizo ilusión y esquemas de los lamentos...

Quienes subieron formaron la promesa en la utopía, todavía encerrada en los ojos del pobre ciego que observa, sin comprender la esencia del orbe que capta la iridiscencia; vivir siendo el burro y la zanahoria tendida en el clamor de una conciencia que intenta, una y otra vez, alcanzarse en los hombres y en las promesas; en las mujeres y estos hombres del mundo...

Esta es la fortaleza y la torre erguida, el límite de todo límite armado para cumplir con severidad, el destino en los mortales sustentos, en los sentimientos como la carroza y la cuna, de un poder cristal para vivir la intención trascendental por fin, del nunca otrora despierto...

Entonces les sirvieron las leyes del momento fundidas en la inmanencia, leyes de todos los que olvidaron sus leyes sin letras, las palabras buscando una apreciación de una libertad que jamás comprendieron, ni encendieron...

Esto es lo que mata y libera, esta es la poción legendaria del concentrado en firmamento, labor derramada en los labios preparados, las bocas transparentes del Gran Maestro azul de invisible; pocos son los que traspasan la idea en la sangre, con su desafiante umbral de espejos...

Saber vivir más allá del hueso en la catedral de la médula, de lo que enhebrando como identidad en la escoria, se yergue en lo que hacen pulir para destilar la plata y el oro en su inteligencia; vivir y urdir como la joya antediluviana de la mejor serpiente, trazando imperio en las cuentas de nuestros códices, desde los más retorcidos y extraños secretos, renovando el mundo en los fuegos rituales...

y algunos quedaron para siempre en los sueños plagados de abstracciones, obrando en labores que siguen dando al mundo en donde no hay mundo, y aun así; ellos siguieron con la pérdida del ápice, y ahora son los que lideran pueblos y el templo...

Los otros, los olvidados, son la raíz del todo en árbol, y el camino florido alboreado que lleva al centro, sin cerrarse como estos dicen, siendo umbral y eternidad constante; esto es para no olvidar jamás la estrella polar del sentido en los laberintos; cuando se enreda la pluma en las llamas, lo hace para que se den cuenta nuevamente del portento...

Crecen los criadores de razas como un saber del río, de aguas libres que no tiene ya importancia en realidad, cuando en la danza y batalla usted se encuentra...

Supremos, somos la fruición del seño en la sospecha del vivo y la convicción del muerto, no hemos venido aquí para quedarnos, porque somos los que formulan mansiones del tiempo en los pensamientos; estamos detrás de todos los cuerpos de estudio y en las variedades del orden, lo hacemos porque nutrimos la nada en los disfraces, moldeamos las caras en las máscaras del teatro itinerante e interesante de esta historia...

Debes saber que tu voz no es la persona que llevas, la persona se adhiere a esa voz, y así proyecta...

Yo soy la vía, yo el corazón de la galaxia entera en el gran centro, soy su eterno acólito y maestro; pero el Yo aquí, no es la totalidad del completo enigma que se teje a intervalo en la escala de lo presente, el todavía si y todavía no perfecto, de lo que hace Ser preciso como un parecer digno y significante del poder que aparta y cierra espacio...

Nuestra es la creciente pluma de honor, bajo el que mece y escribe como las olas y el viento, nuestro querido entendimiento en el tintero, y en los mares hacia las montañas, y en los desiertos de arena y hielo...

Nuestra es la cruzada de las montañas, y el lenguaje incomprensible en lo que nos desvive con su amor divino en las mañanas, dulces de hogares formados, de pueblos curtidos, por la emoción de una tradición brillante y coherente, y en todos los que acaban siendo alados cuando el mediodía se acerca y fortalece; entonces, la fruta madura existe y se entrega al noble del momento...

Y así renacen las semillas para comprender su verdadero vientre de humor e impulso, nuestro negro origen, profundo y lubricante, horadado en la investigación detrás del principio que forja la rama en la resonancia, la idea que respira, y la magia de esta imagen...

Resuelven los guardianes la agitación en los altos mandos, y ordenan sin necesidad de ejecución violenta al que toca la puerta; entonces no temen, prosperan y reinan...

Aun así, deberás dilucidar si esta es la ilusión y el clamor siniestro, de uno de los pocos de los múltiples secretos, develados solo a los pura sangre, y aún así, todavía te meces...

Nace en principio como explicación, como máquina intermedia que ha venido a ser desde su identidad con los dones, y esta es la razón del ser que se atrae a sí como un autócrata, en la voluntad de los maestros, mientras busca al Ser en laberintos y esquinas del tiempo a encuentro...

Cierra el giro y solventa la relación con la paradoja, triunfa en todo lo que se extiende como cronología para recubrirse a sí mismo de experiencia, y actuar con brío en la naturaleza y en la mente de la gente, en la vencida ignorancia del eterno presente...

Recubierto así aparece el misterio de su identidad secreta, vive en ello con lo que cauteriza su espíritu por sobre y bajo lo imposible e insondable de las capas, destilando una cualidad en la contradicción vital y existencial; y así es como se diluye en la misma eternidad resuelta, ambrosía y victoria honesta...

Entonces, esta es mi palabra, esta es la entidad que guía y sueña, la fuente de su energía que nutre al serio en todo umbral de la información, y en todos los guardianes que rigen y obedecen; este es el material de los pilares que montan naciones e imperios, y así también; como cuando quieren los derrumban y desintegran, porque cuando hablo todos sueñan, pero cuando callo...

Todos despiertan...

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