Sobre la unión del cielo y la tierra...
Sepan todos, que La fuerza instintiva y sexual es muy difícil de manejar cuando hay sensaciones de agrado y apego en juego, pero hay algo más profundo en este fenómeno, como para no dejarlo tan pueril o superficialmente enunciado y explicado...
Sucede que los afectos se nutren del cariño y la necesidad de contención y realización energética en las personas, y lo cierto es que muchos hombres, cargamos con ciertas “distancias” emocionales, y varios conflictos internos respecto al sentido mismo del reconocimiento social y el cariño en frustraciones históricas y cotidianas, (y obviamente a las mujeres, también les pasa esto) y muchos, sino todos; simplemente buscamos a otro porque queremos ser vistos y oídos, en el deseo de ser reconocidos como personas queribles, valoradas, importantes y atractivas, desde un otro que apreciamos como alguien muy especial, "importante" y significativo en ese sentido, alguien que representamos como ese "anhelo"...
Y ya que nos hemos visto exigidos, a ser y hacer desde un rol tan repetido e idealizado culturalmente, del hombre “perfecto”, como una forma fija y especifica que se representa y demuestra ante el mismo mundo en donde estaríamos siendo lo que debemos, como alguien poderoso, fuerte, competente y deseable; exitoso, agradable y "logrado", entonces tendemos a exagerar y extrapolar, (o reprimir y negar) los afectos declarados ya, según carácter e ideas preconcebidas, y en la locura del olvido de nuestra propia identidad "perdida", nos nutrimos del espanto obsesivo y compungido…
Y es que es desde este mismo estado, neurótico e histérico del dialéctico rechazo y reconocimiento mutuo humano, que nace la emoción sexual como frustración o exigencia desplazada del poder representado, (porque siento yo que debo ser, más de lo que ya soy, porque creo yo que lo que soy, no es suficiente, porque no estoy completo y quiero "mas", etc.) entonces; me ocurre luego que la confusión arrecia y me enferma en lo que ya se haya desplazado de mi propio arrebato sensible y es, la forma imaginada de una simpleza insatisfactoria en la impotencia total del "yo solo soy así", entonces se desfoga incontinente al primer momento en la circunstancia oportunista de un reconocimiento y cariño alcanzado, en un buen trato de una mujer "divina" hacia mi estado…
Se derrumba toda mi ansia desbocada en la locura de insistencia y los ruegos, en la rabia de la torpeza rotunda, y en el orgullo inepto de un querer hacerla mía; luego en lo que forma de tanta tensión de estos anhelos a medias frustrados, que exigen desde un ego incompleto, demasiado herido e inflado; nace lo que se confunde con la sensación de tener derechos plenos, de que si una chica demasiado hermosa, inteligente, sensible y atractiva “a mí” me mira y trata bien; entonces esta misma experiencia del reconocimiento social y emocional ya "significa" y potencia a un nosotros mismos, como identidad de este ser un hombre logrado, también bello, resuelto, deseable, inteligentes y sensibles, realizado por reflejo y no por coherencia integrada...
Cuidado, pues pasa que actuaremos varias veces de formas torpes o desafortunadas en la misma experiencia del respeto y el cariño recibido, en donde se abalanzarían automáticamente la mayoría a solo comer, devorar con gula y desespero del momento de ese “reconocimiento externo alcanzado", (y hombres y mujeres decaen por igual, en este engaño mil veces), y es que solo porque tú seas simpática o afectuosa, simpático y afectuoso con ellos; ya piensan las cosas de una sola forma lineal, y se entregaran a la vanidad, o en la desesperación hipnótica de un ansia alborotada, puesto que no es más que compulsión desafortunada y desmedida, sentencia obsesionada y desgraciada; se manifiesta algo que no es tan siquiera un deseo poderoso y sexual genuino y acabado, sino una perversión mental, de aquellos estados incompletos que se nutren del sentimiento de un descontrol y el vacío; como experiencia incomoda, forzada y fragmentada...
Por esto es que ya es un acto fallido, y hay que observar tranquilo en la niebla del retorno, puesto que cuando actuamos desde las frustraciones y en los propios anhelos y dolores, sucede que lo que se intenta satisfacer viene en base a la oportunidad del lograr coronar ese "objeto reflejo” del deseo y no, un alguien vivo, entonces; esto es lo que se pone en juego, la desgracia espiritual, y es por todo lo que no se haya resuelto en nosotros, y es lo mismo que impulsa al deseo del beso y las caricias requeridas, y la mujer lo siente y se molesta y se enajena, se retrae y rechaza instintivamente el movimiento fallido; porque intuye que no es certero, no viene de un hombre realmente fuerte, inteligente e integrado, o se entregara ella, torpemente también, como su propia manera de escapar o seducirse en sus fantasmas, potenciando en los del otro, algo que ya está incompleto y extraño...
Naturalmente y luego de esto, emergerá una gran decepción y la incomodidad insoportable del acto de este "amor" falseado, de este encuentro fallido, de ese algo que no es más que un acto de catarsis ya "escapada", desde nuestra propia irresponsabilidad personal con nosotros mismos, y en la falta del compromiso inalterable como actores principales de nuestros propios destinos…
Nace la molestia deriva de la sensación radical de entender, que no hemos sido genuinos en la cabalidad del poder que ya somos, que no fuimos, sino algo en lo que nos entregamos a otro placebo e ilusión que desangra y exprime la vitalidad, la energía natural divina y no es del Tao, no es del Tantra; es solo aburrimiento y mediocridad social y asistida, es mutua perdida, derrota y desgano...
Ahora bien; no por esto tendríamos que olvidarnos de que claramente la unión sexual genuina si existe, y sí que puede llegar a ser como un acto completo al destino, que puede llegar a ser muy bien satisfactoria y compartida, pero solo ocurre así; cuando viene de la unión genuina, y no es como escape de la realidad interna, o un mero divertimento y descarga psíquica y compulsiva; (porque esto es lo que en realidad genera el desprecio energético y la incomodidad hacia la persona o el sí mismo que ya se percibe entonces, como algo patético, pusilánime y enajenado en sus maneras de ser y actuar mediocre, bajo los hechos de aprecio y los deseos), del poder vivir con sabiduría integrada tanto en sus aversiones como en los deseos, y atreverse a resolver la confusión en lo que ahora mismo se haya integrado, más allá de la circunstancia o el condicionamiento mental ya imperado...
Lo cierto es que muchos tienden a desvanecerse en la ilusión de lo que será este otro perfecto, que si es dulce, cariñoso y agradable contigo, que te ofrece un respeto y reconocimiento como tal, como persona “viva”, que aún no tienes o anhelas; entonces de ese otro que te entrega cierto "descanso", agrados y esperanza ante un mundo violento e indiferente; tan moderno y agitado, tan terrible y exigente en extremo; sea porque quiere entablar la unión sexual contigo...
Que sea en tu destino ese encuentro sexual, con alguien realmente "real" en cuanto amante y compañía asertiva, y no solo como escape o proyección mental hipnótica más, desde nuestros propios vacíos y enredos mal llevados, por esto es que decimos que el amor verdadero, es tan simple y firme y severo, como amable y dulce mutuamente, ya que lo otro es solo escape y "paños fríos", del dolor o el desprecio sufrido; son soluciones parche que no cumplen con sus noblezas del destino, atrévete a ser completo sin la necesidad del gusto o el disgusto en la reacción asistida, vívelo desde el origen sin probarte ni exigir pruebas, siendo inteligente y natural como el curso de un rio o la montaña y los ciervos de invierno...
Sea esta unión integral de un hombre y mujer presente y sublimes, siempre gozosa, fructífera y satisfactoria, tan simple como versátil fluida, porque esto es ya encuentro sin las seducciones ni las estrategias forzadas, pero si emerge como la sensualidad viva; de corte agradable, inteligente y plena, sin escudos ni apuros, pero con una determinación valiente y férrea...
La unión Tantrica, ya es declaración natural como absoluta y verdadera, y no es porque se prueba, convence u obliga, lo es; porque se manifiesta y realiza sin mayor pretensión ni esquemas, por todo lo que ya es gozo, danza e inteligencia suprema y posible aquí en la tierra, como en el cielo unido...
Cielo y tierra unidos en la cuadratura perfecta...
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