Dios perdona, pero el Demonio nunca olvida…


1

“Y acabamos de cruzar este umbral, cuando aún no sentíamos la confidencia en la acción de ser mandados, pero en todo lo somos desde cierta perspectiva, ya que la influencia es simple la clave de hacer realidad nuestros convencimientos”

· Lo “mío” se conecta directamente con la fuente de lo que "ya sabemos", (Sinergia dirán algunos), mas yo creo que un estado que se haya escondido, o evidente ante los sentidos que se han despertado como conceptos en la memoria, sensación lógica que activa una selección nominal de nuestra atención en la experiencia; por esto es que es “creada” una ilusión tan sensual como antojadiza, en ellos los deseos, relativos a ellos los recuerdos... 

 En todo están como una realidad que inspira el orden, y en la implicación de nuestra personalidad cuando se funden como un dogma escrito en la sociabilidad que obliga, por donde existen desde el caos que es de ya un punto, reflejado como el vórtice que se abre en lo infinito; pero no solo existe un “lugar/juzgar” que es la fuente del vacío o encuentro, si vive por la “umbralada” de a dos o más realidades “internas” también contrapuestas...

Proyectadas hacia lo que se piensa “afuera”, pero digo internas por la “imagen” que es lo evidente y concordancia de que es algo absolutamente concentrado en la personalidad de un “mismo si”, bajo el cielo y en la tierra como ejemplo de un mundo que se recuerda, y así aparece nuevamente; porque no necesariamente el tiempo corresponde al mismo espacio en donde ocurre la "evidencia"...

¿Qué es lo que nos queda en medio”?, un puente justamente, “eso”, que ya es algo un poco más complejo…

· Perdura los recuerdos en las cosas que se piensan y observan, que se dicen de “nuestra” realidad a nivel sutil como forzado en la expresión, ¿y será que eso es de una mano en lo que nos queda de la sensación?, ¿vagar entre el espacio de la escritura y los dedos?, ¿que existe como una “ceremonia” en la conexión total?, entonces viene el umbral… 

· Este es cuerpo de nuestra “madre”, porque también y en divinidades más que imaginadas, diría yo “interpretadas” y gozadas a “nuestra” experiencia de la realidad, (y espero que esto se entienda), ya que somos cultura absorbida como absoluta; que incluso en deseos profanos, y en las verdades sagradas, se han sublimado las dos “opciones” del tablero de ajedrez mental; pero somos “algo” más que esas dos “chicuelas” de la dualidad peleando siempre, tal vez bailando andarán para emerger de este siempre umbral perfecto, aunque tal vez me equivoque un poco más o un poco menos, en lo inmediato de la percepción sin traducción la veremos, la verdad como un señuelo…

· Cuando tu estado es de absoluto, más bien que ya de estar híper sensibilizado, “saturado” en lo que ocurre de la existencia, se suspenden las pasiones y se contiene y concentra el esfuerzo, para excitar mejor al punto exacto de una potencia en conciencia eterna porque se haya ajena del tiempo como fragmentado; o a veces que ocurre en general, se divide en etapas, siendo pocos los que entendieran también, cuando son Dioses o lombrices a cierta escala de ese tiempo que distancia en el espacio…

· La observación mental, demasiado aguda en los sistemas de escritura y memoria, lleva plagada en la expresión de “continuidad” su convicción general, por todo lo que se le ocurre como importante y vital, cuando deriva en la búsqueda de lo que se “mantiene” y conserva de sí mismo ante el mundo, y así es que (re)quiere de comunicarlo en la más noble y máxima durabilidad “física” de una expresión genuina y original, de algo que ya ha “entendido” como la radicalidad perfecta de su propia realidad “controlada” en la atención de la realidad formada, (por lo que persiste idealmente en su claro ejercicio de la misma realidad)

· Por eso nos hacemos con la (ilusión también) cultura, en muestras inmortales de ansiedad social, y que del cierto rango al deseo y competencias claro está; se conservan y resuelven para la ecuación del poder. ¿Pero que es la verdadera fuerza?, ¿si “esta” está en la atención y en la realidad del deseo/objeto?, vivir la saturación de todas nuestras “ganancias” y observaciones saciadas, porque si se pueden saciar, volviendo la “realidad” perfecta como una posibilidad del lograr, y claro que se puede, y este no es el conflicto central ni en la tensión del sistema; este es el acto en las claves, de un sistema al control de la experiencia más allá de la carne viva y su caducidad; los hechos consumados se han “reservado”, como imágenes latentes en la expresión de la obra; Feuerbach diría, ¿Qué es el hombre como individuo ante la inmensidad?; pero yo expreso, ¿Y qué es la inmensidad ante la intensidad?, ¿de mi propia autoridad ante la vida y la muerte como dos partes separadas por la idea de individualidad?…

· ¿Por qué seguimos pensando entonces lo real?, que si lo hacemos que ya existe, que ocurre y es verdad; ¿pero porque es inconcluso al pensarse como una realidad posible en la expectativa?; muy simple, porque nunca se toca y detiene, y aún más allá de la muerte esto perdura, en la “realidad” de su cultura que ya obtiene y ocurre, que ya sigue “aquí”…

· La palabra es “una” sola, pero las multiplicidades de su atención y explicación, de su interpretación ya son muchas, valga la redundancia, demasiadas del ser de aquí o allá cuando se conecta en las realidades de otras mayores “cantidades” de relación, (uno/mucho) tal como el tejido se va integrando en mayor complejidad a medida que simplifica su integridad, esta es la real “complejidad”, palabra difícil de la intrincada idea cuando es la forma de “hacer llegar” por conocimiento una realidad diferida en la formalidad del logos; por lo complejo que ya es solo una chispa de cosas y ocurrencias, de hebras psíquicas bien trenzadas y ya está; que a veces van muy “pegadas” o disgregadas, relacionándose entre sí como un sistema de venas, de ríos en el diagrama orgánico de un mundo al destino “pasionario”, del amor que siempre es como el salto “fugaz”, de aun cuando dure para este “siempre” humano; por todo el máximo deseo de alcanzar la “unidad” en lo ideal de una sola cosa concreta y tangible de un cuerpo en la variedad…

· Pero este “ideal” es del millones de “ideas”, de pensamientos y sensaciones en la misma era de la mayor degeneración social, y la desintegración cultural clásica; ocurre entonces como el fenómeno de olas tremendas de avance y retroceso en el mar único y agitado, unos van cuando otros vuelven, y otros vuelven cuando otros van, pero nadie llega en realidad…

· El tiempo uno lo piensa en procesos, sus arribadas y esquemas son como una “marca” compuesta de la realidad, es lo que te hace consciente del tiempo que “pasa” como capacidad de acción; ¿pero has visto lo absoluto del tiempo?, ¿el todo anegado de vanidad resuelta?, ¿el “tiempo” en lo inmediato al presente que ya es demasiado tarde o temprano para mantenerse como un presente?, ¡eso es poder!

· No es la obra, es la experiencia que ella es, lo que ordena y “crea” un concepto venido de la nada y hecho “verdad”, pues la “creación” nunca es fija, se hace una dinámica de organización constante, y esto es la vida “real”…

2
· El sufrimiento no es la "cosa" física en el dolor, el verdadero sufrimiento es la observación consciente de algo que usted desea profundamente y con fuerza, pero que asume o siente ya de no tener posibilidad de alcanzarle, de realizarlo; así existe entonces, la exquisitez de un conformismo puro en su “castigo” mental, resuelto al ser testigo propio de aquella perdida absoluta de fe y voluntad, y en todo lo que le recuerda y confirma que no podrá usted jamás lograrlo; también lo intensifica cuando más le observa en otros cuerpos y experiencias, pensando en la imaginación y el discurso que se convierte en algo dispuesto al mundo pero negado a su experiencia y servicio...

· Posible sea que la tentación ya es camino hermoso al dolor más puro, pero solo sea si ocurre en el deseo que ya hemos visto como una proyección convencida y condicionada, como la relación de venganza ante una sensación de vacío de poder interno, de la dependencia de nuestro alcance ante el poder de otro que niega o permite la experiencia; así emerge todo lo que se conforma en tentación bajo una forma comprometida ya en la sumisión a una fatalidad del Destino, donde son “otros” los que imponen la condición de experiencia, y usted; como un vago dominio simplemente la capta y reproduce; pero la seducción se hace un gusto insípido entonces cuando se haya despierto y consciente, ante el verdadero maestro y dominio del tiempo y contexto...


...

Comentarios

Entradas populares