Ojos de niebla...
"Quisimos durante tanto tiempo ser mas jóvenes, mas viejos, mas bellos, mas flacos, mas fuertes o exitosos; ¿y para que?, para lograr convencer a una persona que ya estaba convencida de no poder ser jamas ella misma"
"Esto" no es lo mismo pero se parece, sin embargo así es como concluye y se absorbe la versatilidad del juicio en nuestras diferencias...
Los recuerdos se hacen huellas fijas que van plasmando identidad como un proceso intelectual, extrayendo en la memoria lo inmediato, mas solo es visto como un rasgo, la silueta de aquella experiencia critica y concreta; aquí el punto de inflexión radical del paso umbral, concuerda con la creación activa de la sensación que trae la idea de ir trascendiendo, bajo promesa de resolver nuestra pulsión, nuestros hábitos y fantasmas, pero esto aun es una realidad limitada, obliterada en lo extraño y la apariencia...
Esta resonancia cognitiva, se hace como eco que retumba, una frecuencia que reverbera en lo que podemos o no, reconocer y afrontar como excitable; esto resuena incluso en la angustia de un placer o un terror violento, por esto es que hacemos del arte un engaño, una costumbre; recuperando aquella imagen que se ha hecho nuestra propia identidad perdida, mediante lo que estamos logrando aclarar y entender en este ahora...
Pero el dominio de la magia del tiempo, no es tanto el concretar sistemas nuevos sobre otros antiguos, tal como podría entenderse fácilmente; se trata en gran todo de alcanzar distancia sobre lo que nunca fue inherente a nuestra realidad interna; ya que el mundo genera un hambre y deseo de (Ex)istir; y observando que en la misma raíz gramatical del concepto hecho palabra, de existencia; se implica un extraer como proyecto de ese irse "hacia afuera", en todo lo que se pretende una evidencia de un "contrato" original con nuestra idea de mente...
El vacío no es perderse en todo aquí, de inmediato, mas bien concreta el limite de las fronteras en lo que es saciarse hasta derrumbar la estructura que hace el sueño de necesidad y seguridad; trastornar la percepción de un arrebato absoluto en la lógica decidida como lo perfecto...
Si a veces somos por la exageración de nuestra energía hacia un limite, del claro ir mas allá y encontrar plenitud y satisfacción total, (según lo entendido como lo absoluto realizable); entonces ya estamos pretendiendo hacer lo real de algo que no existe, pero así mismo se alcanza la creación suprema de un hombre o una mujer inmediato, presente en lo perfecto de la potencia, no tanto en la mascara que nos "cuida" del dominio guardián, cuando este ha sido expulsado de nuestro propio eje, pero también aquello que es lo nuestro es proyectar conmoción genuina, y así se aprehende lo llamado real...
Recuperar(se) es lo debido en este estado, recuperarse del mundo sin perder la inteligencia al fulgor, y puede que sacrificar la vanidad y la cordura, pero no el poder del llamado fuego interno; los locos se parecen mucho a los genios, pero no por semejanza de una u otra actitud ya hecha una categoría de entender caracteres o acciones; mas bien porque el mismo sujeto que percibe y reconoce, que indica la igualdad en tal distinción dialéctica; ya es lo que observa en si de uno u otro como un nemesis que inquieta, de ese "algo", o alguien que excede la propia identidad social, pero esto sigue siendo un engaño de objetividad narcisista...
Cuando se entiende y reconoce el rebalsar nuestros "vasos", como un saturarse de ese estado o emoción, develamos la clave orgasmo, el punto anclaje e insigne, la ojiva atómica del poder real en nuestros cuerpos...
Pero esta es solo una fase del camino hacia la energía pura de esta bestia inteligente; las formas no están aquí para concretar nada, de esa manera se hacen solo un simple "encuadre", nos conformamos con la representación, de aquello que es mas o menos adaptable o reconciliable a lo que en nuestro interior se hace un mandato en la exigencia, de entregar o recibir lo máximo como idea de un triunfo, de una "iluminación" espiritual, de una realización hacia el mundo; pero no es real tal dinámica del éxito, y es por esto que muchos logran pero no existen realmente, ya que olvidan la fuerza y valentía de resolver el enigma que "nos" transmite...
Los recuerdos se hacen huellas fijas que van plasmando identidad como un proceso intelectual, extrayendo en la memoria lo inmediato, mas solo es visto como un rasgo, la silueta de aquella experiencia critica y concreta; aquí el punto de inflexión radical del paso umbral, concuerda con la creación activa de la sensación que trae la idea de ir trascendiendo, bajo promesa de resolver nuestra pulsión, nuestros hábitos y fantasmas, pero esto aun es una realidad limitada, obliterada en lo extraño y la apariencia...
Esta resonancia cognitiva, se hace como eco que retumba, una frecuencia que reverbera en lo que podemos o no, reconocer y afrontar como excitable; esto resuena incluso en la angustia de un placer o un terror violento, por esto es que hacemos del arte un engaño, una costumbre; recuperando aquella imagen que se ha hecho nuestra propia identidad perdida, mediante lo que estamos logrando aclarar y entender en este ahora...
Pero el dominio de la magia del tiempo, no es tanto el concretar sistemas nuevos sobre otros antiguos, tal como podría entenderse fácilmente; se trata en gran todo de alcanzar distancia sobre lo que nunca fue inherente a nuestra realidad interna; ya que el mundo genera un hambre y deseo de (Ex)istir; y observando que en la misma raíz gramatical del concepto hecho palabra, de existencia; se implica un extraer como proyecto de ese irse "hacia afuera", en todo lo que se pretende una evidencia de un "contrato" original con nuestra idea de mente...
El vacío no es perderse en todo aquí, de inmediato, mas bien concreta el limite de las fronteras en lo que es saciarse hasta derrumbar la estructura que hace el sueño de necesidad y seguridad; trastornar la percepción de un arrebato absoluto en la lógica decidida como lo perfecto...
Si a veces somos por la exageración de nuestra energía hacia un limite, del claro ir mas allá y encontrar plenitud y satisfacción total, (según lo entendido como lo absoluto realizable); entonces ya estamos pretendiendo hacer lo real de algo que no existe, pero así mismo se alcanza la creación suprema de un hombre o una mujer inmediato, presente en lo perfecto de la potencia, no tanto en la mascara que nos "cuida" del dominio guardián, cuando este ha sido expulsado de nuestro propio eje, pero también aquello que es lo nuestro es proyectar conmoción genuina, y así se aprehende lo llamado real...
Recuperar(se) es lo debido en este estado, recuperarse del mundo sin perder la inteligencia al fulgor, y puede que sacrificar la vanidad y la cordura, pero no el poder del llamado fuego interno; los locos se parecen mucho a los genios, pero no por semejanza de una u otra actitud ya hecha una categoría de entender caracteres o acciones; mas bien porque el mismo sujeto que percibe y reconoce, que indica la igualdad en tal distinción dialéctica; ya es lo que observa en si de uno u otro como un nemesis que inquieta, de ese "algo", o alguien que excede la propia identidad social, pero esto sigue siendo un engaño de objetividad narcisista...
Cuando se entiende y reconoce el rebalsar nuestros "vasos", como un saturarse de ese estado o emoción, develamos la clave orgasmo, el punto anclaje e insigne, la ojiva atómica del poder real en nuestros cuerpos...
Pero esta es solo una fase del camino hacia la energía pura de esta bestia inteligente; las formas no están aquí para concretar nada, de esa manera se hacen solo un simple "encuadre", nos conformamos con la representación, de aquello que es mas o menos adaptable o reconciliable a lo que en nuestro interior se hace un mandato en la exigencia, de entregar o recibir lo máximo como idea de un triunfo, de una "iluminación" espiritual, de una realización hacia el mundo; pero no es real tal dinámica del éxito, y es por esto que muchos logran pero no existen realmente, ya que olvidan la fuerza y valentía de resolver el enigma que "nos" transmite...
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