¿Quien eres, que me inquietas así?...
Tal vez no sea este siempre un sueño alegre, y aun que nos baste hoy día con la tranquilidad de mantenerse en lo distante, ¿vamos seguros?, ¿pensando en lo observado, tal vez?; que de inmediato sorprende en lo invocado, cuando el humano atreve a estar sin la opresión constante, de arrebatarse en lo evidente...
¿Y sera entonces que vamos creando el destino?, ¿o es algo que abordamos porque nos llega como un enviado y mensaje?; nunca en las huellas se encuentra el camino correcto, solo indicios remueven, fuerzas; tal vez no era el momento lo importante, aun cuando la presencia nos susurra su espanto, de verse maravillada en la sorpresa de mover lentamente, los dedos hacia el encanto...
Puede ser que fuera ambición, o idealismos, puede ser que ya no queremos saber, sino actuar; si auguramos que es algo eterno, mas sin la necesidad de obligar, ordenar o atrapar lo que se envía en señales de intermitencia; cuando miro tu boca y la nube se disuelve, ves rondar los efectos de una belleza, del recuerdo sensible hacia adelante, y no había que justificarse el animo en la exigencia, cuando creímos que fuimos nosotros los que guiábamos las manos...
Primero los dedos de un señuelo, hacia las rodillas, y otra vez no es repetir la clave, se parece mucho pero no hay flujo en la crudeza del fuego, somos tierra; ¿quien sabe?, si uno los reconoce, cuando escapan despavoridos, si de pronto se hace el buen paso...
¿Quien podría entender lo silencioso?, aquí y ahora...
Fuimos cruzando uno a uno aquellos umbrales, y a momentos devastados, ebrios de gozo insistimos, de honor y horror, de arrullo y fortuna, con todo en la potencia, en la perdida o el abandono, creciendo como enigma; yo entiendo en mis ojos, lo que la razón quiere indicar pero no alcanza, ni abarca en la explicación, cuando se pensó que era el ángel quien vino igual, con dulzura, a sabiendas que estábamos todos a oscuras, y un poco aturdidos, cansados y hundidos, sumidos de extrañeza en naturalezas de una voz descrita en el mas intimo secreto, de cada uno...
Ella conoce lo que hacemos de estas carnes; del espíritu que por siempre no basta para existir, cuando hemos visto el rugir del lodo, y en toda convicción creativa, rotunda e inteligente, persisten...
Unos descubren y otros velan, que hay noches que no se duermen, pues cansados del mismo cliché oído del "nada es para siempre", fuiste olvidando en los reflejos; que nos desnudamos frente a frente, creyendo que al ir ya estaríamos volviendo...
Mas no hay dirección fija en los corazones y estas formulas, no es necesario armar las maletas antes de tiempo, si los viajes son retornos a una costumbre, entonces nosotros somos los hábitos, claramente yo te he visto al verme, y en la palabra que se agota hoy día, comienzan las profecías, de quien llama en lo que acontece, voluntad de amor y hacer presente...
"Uno de miles"
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